Kiko de la Rica: "El negativo no debería desaparecer nunca"

El director de fotografía recibió ayer el Premio Ricardo Franco del Festival de Málaga

Kiko de la Rica, ayer, durante su rueda de prensa.
J. L. Picón (Efe) Málaga

24 de abril 2015 - 05:00

El director de fotografía Kiko de la Rica entró en la historia del cine español por trabajar en la primera película rodada en España en formato digital de alta definición, Lucía y el sexo, pero, cuando se le pregunta por sus preferencias personales, asegura que "el negativo no debería desaparecer nunca". "Me parecería terrible que desapareciera", afirmó ayer De la Rica, que recibió en el Cervantes el Premio Ricardo Franco, concedido cada año por el Festival de Málaga en colaboración con la Academia del Cine para reconocer a técnicos de prestigio en el cine español.

De la Rica considera que "cada película tiene su textura, y lo mejor es tener distintos soportes y, en función de la película, elegirlo, porque la aportación creativa o visual del soporte es un ingrediente más, y lo bonito es tener una gama para poder hacer la elección". En sus últimas películas ha trabajado en digital, porque en el cine español "los presupuestos han cambiado, se rueda menos semanas; el digital permite rodar con más cámaras, porque no hay problemas de metraje, y hay posibilidad de trabajar la imagen a posteriori". No cree que su trabajo deba "pasar desapercibido", ya que "la fotografía, dentro del lenguaje cinematográfico que elige el director, es la caligrafía o pone los acentos".

Sobre Lucía y el sexo, De la Rica recordó que la "apuesta visual" de su director, Julio Medem, tuvo "un peso importante y permitía trabajar la imagen o que tuviera más protagonismo la fotografía". "Cada director tiene su personalidad, Álex de la Iglesia también tiene un estilo concreto, y tú estás ahí para apoyar ese lenguaje. Hay películas en las que la imagen cuenta mucho, y en Lucía y el sexo era un elemento importante".

Para Kiko de la Rica, "lo ideal es seguir a los directores, y lo perfecto, encontrar un director que tenga personalidad y autoría, con un lenguaje". "A partir de ahí, con tus conocimientos, tu oficio y tu componente creativo, debes aportarle elementos que arropen o que hagan que eso sea al final una pieza más redonda", ha explicado De la Rica, que también se ha topado en su carrera con directores con los que no "comulgaba a nivel visual", y en esos casos su trabajo se convierte "en algo más mercenario". Al preguntársele por nombres propios, cita el ejemplo de Julio Medem, "con quien es interesante rodar, pero a nivel personal es un tío complicado para trabajar, porque no sabe exactamente lo que va a hacer hasta que está en el set, y trabaja mucho con la intuición".

Tras haber sido candidato al Goya por títulos como La comunidad, Lucía y el sexo o Balada triste de trompeta, finalmente lo consiguió por Blancanieves, de Pablo Berger. Era una película con la gran particularidad de ser muda y en blanco y negro, pero cree que cuando trabajó en ella ya tenía "algo de oficio", y además Pablo Berger "la pensó muy bien y al rodar sabía lo que quería", según De la Rica.

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