Leo Harlem: "Un amigo me dijo que me veía haciendo de abogado cabronazo, creo que se puede intentar"

Llega al Festival de Málaga con 'La familia Benetón', una comedia en la que interpreta a Toni, un soltero entrado en los cincuenta al que le 'llueve' la tutela de cinco niños extranjeros

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Leo Harlem en el Festival de Málaga el pasado año. / Jorge Zapata | Efe

Málaga/Leo Harlem representa mejor que nadie la transición de los escenarios a los sets de rodaje. Con la salvedad de que su camino no ha sido el tradicional, con décadas interpretando a los clásicos de por medio, sino desde la explotación de un don innato: hacer reír a los demás. Desde que saltara a la fama en El Club de la Comedia, Harlem, humorista locuaz donde los haya, no ha parado de hacer monólogos, sacar proyectos adelante y rodar películas como Padre no hay más que uno, A todo tren o Como Dios manda. Todas ellas, exitosas. Una tendencia que quiere seguir explotando con La familia Benetón, en la que interpreta a un cincuentón al que le llueve la tutela de cinco niños extranjeros, y que presenta en el Festival de Málaga.

Si no el que más, es uno de los cómicos más taquilleros del país. ¿Cómo se pasa de una carrera sobre los escenarios a liarla tanto en la gran pantalla?

Ha sido sin pretenderlo. La primera vez que hice cine fue por una colaboración que me pidió Santiago Segura para Torrente 5: Operación Eurovegas en la que hice de vigilante jurado con Chiquito de la Calzada. A partir de ahí me empezaron a llamar para más cosas, las he ido haciendo, parece que no las hago muy mal, que no me choco con los muebles al grabar, que no se me olvida el guion... Y a lo tonto a lo tonto no sé si llevo 12 o 13 películas.

Imagino que esto es algo que no se imaginaba cuando se pasaba las horas detrás de una barra sirviendo gin tonics

Para nada. He trabajado de panadero, de camarero, también he estado haciendo otras cosas, y jamás hubiera imaginado que acabaría así. Desde luego, estoy encantadísimo. Recibo mucho cariño y la gente me trata excepcionalmente bien. Es una bendición. A mí me toca la lotería todos los años.

Su personaje, Toni, le tiene alergia a los niños. ¿A qué le tiene alergia Leo Harlem?

Al ruido. Es lo que más odio en el mundo. No lo soporto. Me pone de los nervios. Por ejemplo, cuando viajas en tren y la gente habla muy alto. Eso lo odio. Pero en general no soy maniático. Tampoco me pasa como a Toni.

Nos lo tomamos a risa, pero ahora tampoco es que queramos tener muchos hijos…

Yo creo que la gente lo que hace ahora para tener hijos es hacer números en vez de hacer el amor. Y piensas: a mí un niño me cuesta un pasta. Para una pareja tener un par de chavales o tres es complicado. La gente vive un poquito más en precario. Los alquileres, las propiedades, todo cuesta más. Es difícil. Al final esas pulsiones salen por otro lado en muchos casos. Fíjate la de gente que hay con perros, con gatos, con todo tipo de animales... Hay países donde ponen un peluche para que te tomes el café.

Siempre ha existido cierta tendencia a desdeñar las películas cómicas, como si valiesen menos que las de otros géneros. ¿Por qué cree que ocurre esto?

Nunca se ha valorado tanto la comedia como otras cosas. Hay obras maestras del humor que nunca han ganado un premio ni son consideradas buenas películas. La tragedia y el drama siempre aportan algo más profundo. Nos hacen sentir mejor en el sentido de que nos hacen parecer más selectos. Tú vas a ver una ópera, lo cuentas y parece que has aprobado el COU; sin embargo, dices que vienes de ver una zarzuela y pareces tonto porque se considera más trivial, más banal. Pasa igual con las películas cómicas. Aunque desde hace un tiempo están alcanzando un mayor reconocimiento. La gente se ha dado cuenta de que también son importantes.

Además, cada vez está más asumido que es el único medio más o menos indemne para la crítica.

Sí. El humor es un medio extraordinario para meter cualquier mensaje. Lo que sí que sucede es que hay mucha susceptibilidades, a veces se generan polémicas, surgen censuras... Pero eso está al margen. Ya lo dice la frase: más moscas se cogen con miel que con hiel. Y es verdad.

Está claro que la comedia es su hábitat. ¿Se ve interpretando otra cosa? Qué sé yo, un thriller…

¡Hombre!, yo si me llaman y me pagan lo hago. Pero por el momento no ha surgido. Si me llamaran... Tengo un buen amigo que me ha dicho siempre: yo te veo a ti de abogado cabronazo. Pues mira, un día lo podemos intentar. Lo que pasa es que no es una cuestión que dependa sólo de mí. Si me contactan y el proyecto me gusta por qué no intentarlo. De hecho, ha habido muchos actores cómicos en España, respecto a los que estoy en las antípodas en cuanto a nivel, que lo han bordado con películas más profundas. Te hablo de José Luis López Vázquez, Andrés Pajares, Alfredo Landa... Ambos registros pueden convivir. Acepto ofertas.

Ahora que no nos oye nadie. ¿Cómo está lleva esto de las alfombras rojas, certámenes y demás saraos?

Te digo una cosa: lo llevo con naturalidad. Ni me vuelve loco ni me desagrada. Yo lo tomo todo para bien. Luego ocurre que en ciudades como Málaga la gente se vuelca. También pasa en otros sitios, claro. Pero estos eventos le dan un puntito especial, glamuroso, bonito. Aunque esto no deja de ser una pasarela. Cosa para lo que yo ya estoy mayor, gordo y feo. Eso lo llevo algo peor. Pero me lo paso bien igual.

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