Manuel Jiménez: "La función de la mujer era casarse y darle hijos al marido, de ahí el estigma de las solteronas"

El cineasta malagueño presenta en el Festival de Málaga una película documental con una veintena de testimonios de mujeres que no han pasado por el matrimonio

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Manuel Jiménez junto al ojo del cartel del Festival de Málaga. / Javier Albiñana

La literatura, el cine y la cultura popular estigmatizaron durante décadas a las mujeres que no se casaban, ya fuese por elección propia o por circunstancias sobrevenidas. En muchas familias había una solterona que era considerada inferior a la madre y esposa y en ellas ha puesto la mirada el cineasta malagueño Manuel Jiménez Núñez con Solteronas. El documental se estrenó en Abycine, el festival de Albacete, el pasado octubre. Desde entonces ha participado en el Festival de Alcances, en el Iberoamericano de Huelva y en el festival internacional La Cabina de Valencia. Ahora ha llegado a su tierra natal para proyectarse en el 26 Festival de Málaga.

-¿Cuál fue la semilla de Solteronas?

-Estaba rodando en Madrid Las Sinsombrero 2 y una experta en Elena Fortún me habló de una profesora de la UMA, Amparo Quiles, que había realizado una investigación sobre las solteronas. Pensé que era un temazo, todos tenemos una tía o una vecina solterona. En Málaga busqué a Amparo y me comentó que su trabajo iba sobre la representación que no se había casado en la literatura y las artes escénicas en el siglo XIX. Daba igual, la idea ya me la había lanzado.

-Solterona siempre ha sido un concepto peyorativo...

-Sí, pero buscas en la RAE y pone "mujer de edad avanzada que nunca ha contraído matrimonio". Ahí no hay insulto, pero sí que le viene de los libros que hemos leído, la tele que hemos visto, del cine...

-¿Y del sistema que las consideraba incompletas?

-Claro. La función de la mujer era casarse y darle hijos al marido, de ahí el estigma de las que no se casaron. Una de las primeras decisiones que tomé fue que este documental tenía que tener banda sonora y que tenían que ser coplas, que era lo más popular de la época y con cuyas letras se nutría la gente. Hablé con Martirio y nos dijo que si le gustaba el proyecto, entraba. Y lo hizo.

-¿Cómo armó el guión de Solteronas, que quería contar?

-Quería mostrar por qué ese término era peyorativo, poner el acento en el cine que se había visto, la publicidad, la prensa, cómo se había representado a la mujer soltera. Con la pandemia pude centrarme en el proceso de documentación, ver el cine y leer la literatura de posguerra. Y encontré una de las claves en Carmen Martín Gaite. Ella dice que la mujer que no va a encontrar nunca marido se la señala y estigmatiza, pero nunca se habla con ella. Entonces me dije que había que hablar con ellas y me puse a la búsqueda de solteronas para que diesen voz a la película. Quería que ellas narrasen en primera persona lo que les había supuesto y lo que había sido su vida por el hecho de no casarse.

-¿El estigma es global?

-Sí, te das cuenta de que es algo que pasa en todas partes, desde Sudamérica, al norte de Europa, pasando por China, donde tienen una especie de mercadillo en el que los padres de las muchachas que no han conseguido marido les buscan esposo. Es un insulto a la familia, a tus padres, no casarte. Es un tema universal.

-Pero su mirada se centra en el franquismo...

-Cuando se establece el franquismo se vuelve al ángel del hogar. El franquismo lo tuvo muy claro. No es que la mujer le diese igual, todo lo contrario. La quería para mucho pero en un lugar concreto y con unas funciones concretas, ser madre y cuidadora.

-¿Qué tipo de perfiles hay en su película?

-Una de las mujeres del documental tuvo un novio formal, se prometieron, y cuando se iban a casar a su hermano lo abandonó su mujer, también a sus hijos, y ella tuvo que renunciar a casarse y tener su propia familia para cuidar a la de su hermano. Se ha quedado soltera toda la vida. A 26 mujeres, todas de Castilla La Mancha y Andalucía, le planteé salir en la película, seis me dijeron que no y tengo a 20. Había pensado quedarme con las cinco o seis mejores historias y a través de ellas construir el documental, pero cuando las tenía no pude descartar a ninguna.

-Imagino que todas le plantearían una visión particular...

-Todas tienen algo que solo tienen ellas, así que las he incluido a todas. Eso sí, la mayoría la condición que me puso para participar es que no se las reconociese. Aunque te dicen que no se sienten estigmatizadas preferían no dar la cara.

-¿Se ve la soltería desde distintos ángulos?

-Afortunadamente he conseguido lo que quería. Tengo a mujeres que han decidido no casarse nunca, otras porque no han encontrado a nadie o nadie se lo ha propuesto, monjas, hippies que tomaron esa decisión para no perder libertad, lesbianas... El testimonio de la lesbiana es maravilloso porque ella no se ha casado porque no podía, era impensable aunque tuvo relaciones muy largas.

-¿Y qué conclusiones sacan estas mujeres?

-Todas han sido más libres que si se hubiesen casado, han hecho más cosas que siendo esposas, todas son trabajadoras, han tenido que salir adelante por sí mismas y hay desde una delegada de Gobierno a una vicerrectora de universidad, pasando por una señora que emigró al campo para trabajar la tierra. Tengo niveles socioeconómicos y culturales de todo tipo. Creo que el documental podría ser la voz de las solteronas, que es suficientemente representativo.

-¿Qué sensación queda al espectador?

-Pues que son mujeres normales, que cada una ha hecho su vida y que lo único que tienen en común es que nunca se han casado. Todas hablan desde el ahora. Te dicen que son mujeres felices, realizadas, satisfechas con su vida, pero hay cosas que vivirlas no fue tan inocuo. Realmente ellas hace cuarenta años fueron a contracorriente.

-¿Qué recorrido tiene Solteronas?

-Pues lo tiene una distribuidora que verá la posibilidad de llevar la película a más festivales, la agente de venta está intentando venderlo fuera y aquí Canal Sur lo emitirá y también Castilla La Mancha Media.

-¿Ya está con el siguiente proyecto?

-Sí, estoy haciendo con Antonio Ortín el proyecto Camino de la Memoria, tenemos ya la ayuda al desarrollo del Festival de Málaga. Vamos a contar el alzheimer desde todos los puntos de vista, desde el paciente al familiar cuidador, neurólogos, investigadores, médicos y vamos a utilizar el Camino de Santiago como metáfora. Vamos a hacer una evolución de la enfermedad en un eje geográfico con la realidad más leve en Andalucía y la más grave en Galicia. Este año estamos cerrando financiación y haremos el viaje de localización, rodaremos el año que viene y queremos estrenar en el Festival de Málaga de 2025.

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