Óscar Casas y Dafne Fernández: "Hay ciertos personajes que pasan por ti y te curan"

FESTIVAL DE CINE DE MÁLAGA

Los actores aterrizan en el Festival de Cine de Málaga con una serie cómica que versa sobre el mundo alrededor del fútbol de élite: los excesos y la importancia de la salud mental, en esta entrevista para 'Málaga Hoy'

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Óscar Casas y Dafne Fernández, en la terraza del Hotel AC Málaga Palacio. / Javier Albiñana

Imprevisible, irracional e incontrolado. Así podría definirse el mundo que gira en torno a los futbolistas de élite. Chavales jóvenes que alcanzan la fama y comienzan a ganar mucho dinero a una edad temprana. Lujo, fiesta y vicios que contrastan con presión y sufrimiento que les deriva, a algunos de ellos, en problemas de salud mental. La serie Pollos sin cabeza -que se ha estrenado en el Festival de Cine de Málaga para dar el pistoletazo de salida oficial el 28 de abril en HBO- ahonda en este terreno, hasta el momento desconocido cinematográficamente, desde la comedia mostrando "el patetismo de ciertas situaciones", así como "la ternura y la humanización" de sus personajes.

-La serie en realidad no trata de fútbol, sino del mundo que rodea a los futbolistas cuando llegan a la élite. En justo el caso de su personaje, ¿ha cogido referencias reales para prepararlo?

-Óscar: No he cogido un caso concreto. Obviamente la serie es ficción y tenemos que entretener, por lo que llevamos las cosas a los límites.

-¿Es tan excéntrico cómo parece el mundo que hay detrás de los futbolistas?

-Dafne: Yo conozco a algún futbolista y ya te digo que se han quedado cortos. Sí sí. Además que todo está escrito por Jorge Valdano Sáenz (hijo del exfutbolista y entrenador Jorge Valdano), que nadie conoce más de este deporte que él.

-Óscar: Es cierto que muchas veces la realidad supera la ficción. Eso está clarísimo.

-Ese mundo también se asemeja muchas veces al del cine, la música. En definitiva, al artisteo.

-D: Sí, pero no cobramos igual. La pasta no es la misma (risas). Yo creo que los excesos no son los mismos, no se pude comparar.

-O: Todo lo que conlleva fama y sentirse más poderoso en cuanto a dinero, sea la profesión que sea, va a llevar a lugares cómicos y muy excéntricos. Pero, insisto, creo creo que esto ocurre en cualquier faceta en la que haya dinero y fama.

-Ambos además empezasteis en el mundo de la interpretación desde muy pequeños. ¿Cómo se gestiona que te reconozcan por la calle y empezar a ganar dinero cuando todavía eres un niño?

-D: Lo más complicado aquí es seguir en este mundo; después están los altibajos porque te toca un pedazo de personaje, te crees dios y piensas que eso va a ser así siempre, pero luego te metes la hostia del siglo porque nada es para siempre. Gracias a dios.

-O: Creo que muchas veces es un viaje entre lo que sientes, es decir, la pasión por tu trabajo y la fama y el dinero, con los que hay que saber lidiar. Hay gente que lo tiene mucho más fácil porque tiene un entorno sano y una familia que les acompaña, lo que ayuda a estar más en la tierra. En cambio, hay otros que lo tienen mucho más difícil y, si además no tienen mucha capacidad emocional, pueden llegar a volar y a encontrarse en lugares feos porque la fama y el dinero juntos son peligrosos.

-Así es. Es esencial tener familia y gente de la de verdad cerca que contenga y ponga los pies en la tierra. Justo eso es lo que hace su personaje Sonia en la serie, Dafne.

-D: Beto -interpretado por Hugo Silva-, que había sido futbolista y ahora tiene una empresa que representa a jugadores, necesita un personaje como Sonia para ubicarse en el mundo, pero hay veces que es difícil mantenerlo. Durante la serie, vamos a ver cómo tiene que lidiar con todo lo que tiene en su trabajo y con esa historia tan personal con una chica que no tiene ni idea de fútbol, por lo que lo saca totalmente de ahí.

-Se hace referencia en la serie a los problemas de salud mental derivados de la presión, la fama o el dinero. ¿Cómo es de importante en vuestra profesión?

-D: Es lo más importante. En nuestro mundo más porque nosotros trabajamos con las emociones-

-O: Y hay que protegerlas.

-D: Sí, sí. Hay que protegerlas, hay que rodearse de profesionales y acudir a ellos. Yo creo que el primer paso, el más importante y el más difícil también, es darte cuenta de que tienes un problema. Pero, cuando sabes que tú solo no puedes lidiar con las cosas, acudir a estos sitios es esencial. También a nosotros nos ayuda mucho el propio hecho de ser actores.

-O: Justo iba a decir eso. Creo que nuestra profesión ayuda mucho a entender y a soltar las emociones que uno tiene dentro y no sabía. En definitiva, a curar.

-D: De repente hay ciertos personajes que pasan por ti y...

-D y O: ¡Y te curan!

-O: Es bonito porque tenemos esa ayuda que nuestro trabajo muchas veces cura.

-Antes, Dafne, me comentaba que una de las cosas complicadas de este trabajo era seguir ahí. Creo que ha tenido un parón, ¿cómo se sobrelleva?

-He sido madre de dos y la verdad es que perdí un poco la identidad. De hecho, mi primer trabajo después de serlo fue Pollos Sin Cabeza y me costó bastante porque no me sentía muy segura. Lo más fuerte ha sido la pérdida de identidad. Dejar de ser tú y tener que volver a encontrarte. Un día asumes que la vida de una persona depende de la tuya, pero hay que saber encontrar el equilibrio. Gracias a esta serie fue cuando lo encontré y me empecé a sentir más yo.

Los actores Dafne Fernández y Óscar Casas durante la entrevista. / JAVIER ALBIÑANA

-¿Consideró que, después de ser madre, ya no la llamaban lo mismo que antes y no le ofrecían los mismos papeles?

-Tengo que ser sincera y considero que estamos en un muy buen momento para las mujeres. Yo ahora mismo estoy grabando otra serie en la que las protagonistas son mujeres y, además, de mi edad o mayores. Rondan sobre los 44. Eso es un avance muy importante.

-O Es súper necesario porque había mucho vacío de esos personajes femeninos.

-D: Yo notaba que después de ser madre no había personajes para mí. Podía hacer como mucho de madre. Pero es cierto que últimamente estoy notando que también puedo hacer de esa mujer de casi 40 que cuenta las cosas que le preocupan.

-Óscar, imagino que esta pregunta se la hacen mucho. ¿Qué ha supuesto en su carrera profesional ser el hermano de?

-Es maravilloso. Es maravilloso haber tenido la oportunidad de tener un apósito y tener cerca a una persona que ama esta profesión y que lleva una carrera como Mario. Le debo crecimiento profesional y, dentro de esta profesión, crecimiento actoral sin duda. Me acaba de dirigir en la película Mi Suegra Tiene Alas y me ha dado hasta el momento el personaje de mi vida. Me ha hecho volar con esas alas a lugares que ni siquiera sabía que tenía dentro de mí. Si Mario hubiera tenido a un Mario Casas en su vida desde sus inicios, creo que habría sufrido muchísimo menos y eso a mí me lo está regalando.

-Si Mario Casas no hubiera sido actor, ¿tampoco lo hubiera sido?

-O: No lo sé. Siento que sí, que desde pequeño lo he amado y lo he sentido.

-D: Yo quiero decir que Óscar ha trabajado desde muy joven y se lo ha currado mucho. Es una gozada ver el trabajo de ambos porque los dos se han tirado a la piscina y son súper currantes. Creo que eso desde fuera se ve y sois de los mejores actores de este país y me hizo mucha ilusión que un guapo ganara un Goya.

-Ambos hecho drama, pero también comedia. ¿Qué género es más complejo?

-D: Comedia es lo más difícil porque tiene que tener un ritmo. Es como una partitura y es muy complicada. Quien hace comedia puede hacer de todo. Creo que es muchísimo más difícil que el drama y que cualquier otra cosa.

-O: Pollos Sin cabeza es una comedia dramática y hay que mantener una línea que es muy fina. En una comedia el guion es esencial y en este caso está muy bien escrito.

"Nos tomamos muy en serio la pretensión de divertir"

Jorge Valdano Sáenz, Carolina Bang y Rodrigo Ruiz-Gallardón (de izquierda a derecha). / JAVIER ALBIÑANA

Y es que cuando partió este proyecto cinematográfico, el único propósito era "entretener y divertir" al espectador. Pese a que la no pretende trasladar una crítica ni tampoco posee un mensaje de fondo, Rodrigo Ruiz Gallardón, uno de los directores de la junto con Secun De La Rosa y Adolfo Martínez Pérez, considera que, "lejos de ser algo frívolo","es un trabajo que nos apasiona y nos tomamos muy en serio la pretensión de divertir".

¿Cómo se ha conseguido? "No construyendo personajes planos y dándoles un poco de todos los matices posible", apunta. De esta manera, los protagonistas "no son graciosos en sí", sino que lo divertido es "la mirada con la que se ven ciertas situaciones", añade.

Si bien, Carolina Bang -guionista con Jorge Valdano Saenz y Pablo Tébar- aclara que "en ningún momento la intención ha sido hacer una parodia o reírnos de la industria del fútbol, sino todo lo contrario". Manifiesta que, pese a no ser futbolera, le ha generado "mucha curiosidad".

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