Paz Jiménez clausura el Festival de Málaga con risas y "respeto al diferente"
La ópera prima de la malagueña Paz Jiménez, 'Como dios manda', llegará a los cines el 2 de junio
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La malagueña Paz Jiménez ha clausurado este sábado el 26 Festival de Málaga con la proyección de su ópera prima, Como dios manda, una comedia blanca donde se "reparte a diestro y siniestro" y no se libra ningún colectivo, si bien la risa y el respeto sobresalen sobre cualquier otra consideración.
Con historias pequeñas que van arropando una historia troncal, el descubrimiento de "los tonos grises" de un funcionario radical y chapado a la antigua, que interpreta con solvencia Leo Harlem, Como dios manda está (increíblemente) basada en hechos reales, ha contado la guionista Marta Sánchez, que se apoyó en relatos de una amiga asistente social y un funcionario padre de un hijo trans.
Según ha explicado el equipo de la película en la penúltima rueda de prensa del 26 Festival de Málaga, que ya ha anunciado las fechas del año próximo -entre el 1 y el 10 de marzo de 2024-, se trata de "tomar todo esto que ofende a tanta gente y que causa tanto debate político, y darle la vuelta: Vamos a reírnos un poco, porque no es simbolizar, es reírnos de todo y los funcionarios cobran también", advierte Jiménez.
La comedia tiene como protagonista principal a Harlem, a quien arropa un magnífico elenco empezando por su jefa, María Morales, y sus compañeros de oficina Daniel Pérez Prada, Stéphanie Magnin, Santi Ugalde, Maribel Salas y Mariola Fuentes, además de un espectacular Julián Villagrán que canta y baila un espléndido número gay en el escenario del Orgullo, y un enorme "cura" al que da vida Pepín Tre.
"No hemos elegido solo un tema -explica a directora debutante-, habla del abanico plural que se puede dar en la sociedad; hay una trama trans, se toca el racismo a través del personaje de Rohaia, se habla de feminismo, de colectivos en riesgo de exclusión".
Pero ni se mete en polémicas políticas ni en discursos, "para eso ya están las arenas políticas como están; al final -resume Jiménez-, habla del respeto y de la convivencia más allá de ser trans, de otra raza o de otra religión".
"Cuadrado (Harlem) es un retrógrado, machista y machirulo, pero los modernitos más abiertos socialmente también tienen que convivir y abrirse y aceptar a este tipo que, 'a priori', les horroriza, porque la convivencia es bilateral, y no es sólo que la gente chapada a la antigua tenga que abrirse, ojo, hay que ser comprensivo", afirma la directora.
Y es que Cuadrado, como su nombre indica, "es un hombre que lleva su trabajo a rajatabla y quiere que todo el mundo sea como él en todo, en el trabajo, en la vida, y en todo, y él, como funcionario perfecto, no puede entender al que se escaquea, va a por él y le machaca, y por eso se monta el pollo", detalla Harlen.
"Es un radical para quien todo es blanco o negro y se encuentra en un mundo donde cada vez hay más grises y se tiene que adaptar", aunque para ello necesita la ayuda de Ana (Magnin), una deliciosa compañera que es capaz de darle el cariño y la paciencia que necesita: "Con cariño y ternura, el amor se abre paso", dice la actriz.
Su compañero Martín (Pérez Prada) está perdidamente enamorado de ella.
Al final, dice el actor pelirrojo que ha estado por partida doble en este festival, "para mi la película es la metáfora de un viaje que yo siempre recomiendo a mis amigos, que salgan de su zona de confort, que viajen, y si es con mochila, mejor", porque es la única manera de crecer: ponerse en los zapatos de los otros.
"Nos conformamos con ese ratito de reflexión que pueda dejar esta historia de respetar al que tengamos al lado, opine igual, diferente en las antípodas nuestras o no", ha concluido Jiménez. La película patrocinada por Atresmedia, llegará a las salas el próximo 2 de junio.
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