"Imbroda no era una persona que pasara por la vida de los demás de forma superficial"
El director malagueño Sergio Rubio presenta este jueves el documental 'Imbroda, el legado del maestro' en el Festival de Málaga
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Entrenador, profesor, político, empresario, pero sobre todo padre, marido y amigo. Así es como todos recuerdan a Javier Imbroda a lo largo del documental de Sergio Rubio Imbroda, el delgado del maestro que se estrena este jueves en el Festival de Málaga. El cineasta malagueño destaca que Imbroda siempre tuvo un consejo para todo el que se acercaba a él y que cuando empezaron el proyecto no hubo nadie que le cerrara las puertas.
–¿Por qué decidió embarcarse en esta aventura?
–Me llegó el proyecto para hacer el guion y al terminarlo me comentaron si quería hacer la dirección y dije que sí porque normalmente es difícil que te den una oportunidad para dirigir y aparte es un personaje que me encanta.
–Muchos describen lo largo del documental cómo era Imbroda y cómo lo conocieron, pero ¿cómo lo describirías usted?
–Primero que es una persona que tiene muchas vidas, muchas personalidades y una persona que trasciende. No era una persona que pasara por la vida de los demás de forma superficial, era una persona que cambiaba a los demás y no solo a nivel deportivo, sino también a nivel personal porque él ha sido muy influyente.
–Allá donde iba dejaba huella.
–Sí, por ejemplo, Paco Ávila de Medac me contó que se acordaba de cómo le decía a Imbroda tenemos una entrevista con un tío americano que ha estudiado en Cambridge y él recordaba que le decía Javier: 'Paquito, tú te lo comes, Paquito. Y se iba y se lo comía'.
–¿Y su vida cómo la resumiría?
-El trabajó muchísimo. Por ejemplo, en Milagro Maristas nos contaron que él iba a dar clase por las mañanas, entrenaba con el equipo e iba a Granada a ver una VHS de otro equipo que era contra el que se enfrentaban y estaban allí hasta las 3:00. Luego cogían el coche, se volvían y volvía a dar clase. Pico y pala, pico y pala.
–¿Y la familia?
–Lo primero que hicimos fue hablar con ellos. Les parecía bien y nos dieron algunas pautas. Estaba claro que que si de algo tenía que servir esta película era de documento para ellos. Luego quedó claro que teníamos que armar un largometraje y con una buena narrativa y respetar a su familia era fundamental. Nos decían lo que le parecía bien y lo que no y cedieron en cosas y nosotros en otras. Es más, el otro día cuando vieron la película fue muy emocionante para ellos, pero para mí poder estar allí sentado viéndolos a ellos y ver como reaccionaban fue una experiencia muy bonita.
–¿Cómo cree que va a recibir el público que lo conocía el documental?
–Muy bien porque muestra mucha nostalgia y aparte cuando vean la película verán que el famoso no triple de Ansley tiene un peso muy importante en toda la narrativa de la historia. Creo que sí que va a gustar mucho, aparte hemos trabajado con un equipo buenísimo.
–Imbroda fue profesor, entrenador, político, empresario… ¿De todas sus etapas cuál destacaría?
–Para mí el amigo. Tenía muchísimos amigos de verdad, nadie nos ha cerrado las puertas con esto. Todo el mundo quería participar ahí con él y son personas que luego no es que fueran amigos porque se tomó una cerveza un día, sino porque en momentos cruciales de la vida él les ha ayudado mucho.
–¿Qué va a transmitir este documental?
–Quienes no conozcan en profundidad la vida de Javier va a ver, por ejemplo, todo aquello de la selección de Lituania que fue una cosa épica e increíble . También muestra la historia que tiene como padre, con sus hijos, y con Salvadora cuenta esa historia de amor que todo el mundo nos ha comentado que era una cosa increíble.
–Y después su salto a la política.
–Sí, donde además consiguió muchas cosas, pero sobre todo logró algo raro en un político que fue ser respetado por todos, aunque fueran de otro signo, algo que no es sencillo.
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