Àlex Monner: “Para mí el arte es una forma de vivir y soy capaz de verlo dentro de las personas”
Festival de Málaga
El actor protagoniza ‘El Cover’, el salto al largometraje de Secun de la Rosa como director, película que inaugura el Festival de Málaga y que rompe con su filmografía anterior
'El Cover' o la música a pesar de todo
Málaga/Àlex Monner (Barcelona, 1995) llega a Málaga como cabeza de cartel de El Cover, la ópera prima de Secun de la Rosa como director de largometraje. En ella interpreta a Dani, un chico que vive en Benidorm y, pese a ser cantante y que le brinden oportunidades sobre el escenario, él las rehusa por ser imitaciones, algo falso. Llega, además, de tener el peso de haber emocionado a Spielberg Durante la conversación, Monner parece cambiar de estado por momentos, a veces se muestra turbio como el agua revuelta y otras lúcido y cristalino como el nacimiento de un río.
La película arranca en un punto de partida común para muchos artistas, tener que alternar otro trabajo con el arte.
Sí, hay una parte de la peli que habla de la precariedad artística, de cómo hay un grupo de gente que llega a Benidorm a recluirse un poco de su vida. No sé si son artistas que habrán intentado hacer carrera en otros lugares de España y acaban encontrando Benidorm como último reducto.
Parece Benidorm un Las Vegas patrio, con sus neones y sus espectáculos tapando cierta decadencia.
Tiene algo de esto Benidorm. Bares llenos de neón, mucho guiri dando vueltas bebiendo y emborrachándose... Benidorm te da un ideal de la felicidad que después de estar ahí unas cuantas semanas rodando acabas por considerar un poco barato quizás. Pero, sin entrar a juzgarles, es el que querrá esa gente, quizá es gente que entra a trabajar de lunes a lunes en curros que no les apetece demasiado y quizá Benidorm es su reducto de paz donde vaciar sus mentes y pasárselo lo mejor posible escuchando las mismas canciones en loop. Escuchar canciones cantadas por unos covers que intentan animar ese espacio decadente en cierto modo.
En la película es central la idea de cover como imitación, como algo falso. ¿Cómo vives tú ese punto de falsedad cuando actúas?
Hasta ahora siempre que me he metido en la piel de otros personajes he utilizado mi energía para trabajar. No he hecho grandes viajes hacia los personajes, sino que me los he acercado siempre a mí. En un futuro me gustaría hacer el camino inverso, ir yo a otras personas, en vez de siempre a cercar otras personas a mí. Eso es lo complicado de la interpretación, convertirte en otra persona. Ese es el conflicto que tiene Dani, él quiere ser él mismo, hacer sus canciones, no hacer versiones de otra gente. Lo que acaba encontrando es que tiene que atreverse primero a ponerse delante de un público y esto lo consigue a través de dejar de juzgar a esa gente que se encuentran a través de imitar a otras personas.
¿Qué tiene Dani de Àlex?
Yo también soy muy juzgón y a veces juzgando lo que considero no artístico me vuelvo un snob. O me olvido de algo muy importante y es que de cualquier sitio, de cualquier bodega bohemia, de cualquier calle, de cualquier pliegue de la ciudad puede nacer un super artista y creo que hay momentos de mi vida en que esto se me ha olvidado un poco. Pero siempre he encontrado virtudes artísticas, porque para mí el arte es más una forma de vivir que la cultura en sí –más que la música, el cine o el teatro–, es una forma de encara la vida. Aunque haya juzgado a veces la cultura siempre he sido muy capaz de ver el arte que hay dentro de las personas y esto es algo que Dani aprende a ver durante la película.
Los artistas muchas veces os escondéis detrás de un personaje, ¿pero hasta qué punto no lo somos todos?
Pienso que los mejores actores y las mejores actrices no están actuando delante de una cámara. Inevitablemente todos acabamos conformando un personaje público, pero si tenemos talento esa persona pública acaba por tener muy poca diferencia con la que somos en la intimidad. Pero muchas veces esta distancia se hace muy grande y entonces es cuando se confirma que las personas forman un personaje ficticio. La gente actúa constantemente, de hecho la sociedad te obliga un poco a hacerlo. El trabajo, cómo hemos montado la forma que tenemos de funcionar... Creo que no nos interesa mucho cómo somos realmente, nos interesa más esta careta que nos tenemos que montar que la persona que hay realmente detrás, porque quizás la persona que hay detrás no funciona para los negocios o no funciona para vender hamburguesas o para hacer dientes.
¿Escribes poemas de servilleta al igual que Dani?
La verdad es que sí, algún poema de servilleta he escrito. Es importante la poesía, aunque no leo demasiados poetas. Me gusta la poesía. Es importante para entendernos.
¿Cómo ha sido trabajar con Secun de la Rosa en su primera película?
He trabajado como con los demás directores, intentando entenderlo al máximo. Intentando plasmar o intentando transformar el papel en algo que tenga vida.
En Àlex se divisa poco de aquel sufrimiento que nos dejó en Pulseras Rojas. Ahora es un actor más maduro, con más tablas. No se encasilla, ha pasado de interpretar a un delincuente en su último papel para Netflix a hacer un musical suave y con cierto trasfondo reivindicativo, aunque parezca difícil, todos tienen algo de él.
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