Petra Martínez: “Me aburría hacer cine, me parecía demasiado lento”

Festival de Málaga

La actriz revisó este jueves antes su trayectoria en la pantalla y la escena antes de recibir la Biznaga Ciudad del Paraíso del Festival de Málaga

Petra Martínez, este jueves, antes de su encuentro con la prensa en el Festival de Málaga. / Marilú Báez

Málaga/A veces sucede que entre el tono frívolo y condescendiente del Festival de Málaga se cuelan momentos de cierto consuelo, en los que la reconciliación con el cine y la cultura se hacen posibles. Uno de esos momentos tuvo lugar este jueves en el encuentro que mantuvo con la prensa en el Cine Albéniz la actriz Petra Martínez (Linares, 1944) antes de recibir en la gala inaugural la Biznaga Ciudad del Paraíso, que reconoce las trayectorias más dilatadas de la cinematografía patria y que tuvo aquí además un notable matiz de acto de justicia. En diálogo con el director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, ante los periodistas, Martínez revisó su trayectoria con verdad, humor y generosidad, un camino que supo del teatro mucho antes que del cine y cuyos orígenes se clavan directamente en la leyenda: hija de represaliados desplazados a la provincia de Jaén, Petra Martínez se instaló aún adolescente en Madrid para debutar en la escena de la mano de William Layton y el TEM con Noche de reyes de Shakespeare antes de formar parte del grupo Tábano, al que Franco mandó al exilio por el escándalo que constituyó la obra Castañuela 70. Tanto tiempo después, Martínez recuerda ahora el escándalo con ternura: “Aunque unos estuviesen más politizados que otros, todos éramos unos hippies que creían que el teatro podía cambiar el mundo. Castañuela 70 era una cosa muy tonta que le gustaba mucho a la gente hasta que la prohibieron: nos contaron que iba a venir Nixon a España y decidimos incluir una parodia, aquello lo vio la mujer de un comandante y nada, lo cerraron todo”.

"Los del grupo Tábano éramos unos hippies, creíamos que el teatro podría cambiar el mundo"

Aquel órdago censor mandó al grupo Tábano de gira con una furgoneta por Europa antes de que llegara la televisión, un medio en el que conoció el éxito ya a finales de los 70 interpretando a Ángela en Barrio Sésamo (“Me encantaba aquel trabajo, era delicioso, pero llegué a odiar a los niños. Eran muy pesados.Hoy se contentan con hacerte una foto en el móvil, pero entonces te mataban a base de pedirte autógrafos”) y ya más tarde en La que se avecina como Fina, un papel al que agradece “su visibilidad. Hasta entonces yo hacía teatro para inmensas minorías, pero claro, así no hay manera de que te llame nadie. Pero gracias a Fina he podido trabajar con directores muy interesantes”.

La filmografía de Petra Martínez incluye películas con Pedro Almodóvar (La mala educación), Jaime Rosales (La soledad, Petra), Mateo Gil(Allanamiento de morada, Nadie conoce a nadie) y Jaume Balagueró (Mientras duermes) entre muchos otros directores. En agosto estrenará La vida era eso, de David Martín de los Santos, una película que cree que va a “marcar” su vida. Se la ve entonces conforme y satisfecha con el cine, aunque sus comienzos en el medio después de varios años de oficio en el teatro no fueron precisamente sencillos: “Al principio me aburría. Hacer cine me parecía algo muy lento en comparación con la televisión y el teatro, donde todo funciona con una rapidez mucho mayor. Después me sucedió que me ofrecieron papeles ante los que me sentía directamente incapaz. Me pasó con Petra, por ejemplo: no creí que llegara a interpretarla, había alguna escena particularmente difícil, me parecía un reto muy grande. Sin embargo, terminé disfrutando los ensayos y el rodaje y luego he disfrutado mucho viéndola, lo que es todo un regalo para un actor. El cine ha sido para mí una sucesión de situaciones maravillosas”. Exactamente igual que para sus espectadores.

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