Gemma Blasco, sobre 'La furia': "Soñaba con algún día estar en la sección oficial con un largometraje"

La furia, protagonizada por Ángela Cervantes y Álex Monner, bajo la dirección de Gemma Blasco, aborda las secuelas del trauma, la incomprensión y la ira contenida de una violación. A través de la historia de Álex, una joven actriz que intenta reconstruirse, y su hermano Adrián, cuya reacción abre la brecha entre ellos, explora el peso del dolor y la búsqueda de justicia en un mundo que no siempre sabe escuchar. El largometraje forma parte de la sección oficial a concurso del Festival de Málaga.

Pregunta.¿Qué tal presentar la película en el Festival de Málaga?

Respuesta.Gemma Blasco. Estupenda. Ha salido el sol y estoy muy feliz de estrenar la película en España en un marco como el Festival de Málaga. Málaga es un escaparate increíble para la industria española, también tuve mi cortometraje Jauría y soñaba con algún día estar en la sección oficial con un largometraje. Mucha ilusión y nos estén acogiendo muy bien. Ha venido mucha parte del equipo y familia a acompañarnos, así que está siendo muy bonito.

R.Ángela Cervantes. Muy contentos, muy ilusionados. Nosotros también hacía tiempo que no nos veíamos después de un rodaje tan intenso, a veces tardas en verte y es como cerrar el círculo y compartirla con el público aquí.

R.Àlex Monner. Me emociona también. Comparto con ella que podrá como poder abrir la veda el público de aquí y para mí volver a Málaga siempre es guay, porque la primera película que hice como actor la estrené aquí.

P.¿Cómo se le ocurrió la trama?

R.G. B. No es autobiográfica, pero en cierta manera, es una historia que yo viví cuando era una adolescente joven. A mí me agredieron sexualmente y, a partir de ahí, justo después, empecé a estudiar cine y empecé a ver películas. Me refugié un poco en el cine y empecé a buscar referentes o películas que me representaran con lo que yo estaba sintiendo, No terminaba de encontrarlo y me apetecía pues hacer una película por eso. Se me ocurrió dar una mirada más oscura, con más garra y con más entraña. De ahí nace la película, de intentar aportar eso. Mostrar cómo el proceso traumático de una víctima es así de duro y de catárquico, enseñar cinematográficamente todo esto que yo también había sentido.

P.¿Sobre qué trata la película?

R.Á. C. Alexandra sufre una violación un fin de año. La película trata de cómo se transita algo así, esa rabia, esa ira, ese asco, y cómo eso dinamita las relaciones que tiene a su alrededor Ella cambia por completo. Al final, es una película que te transforma en el primer año. No sabemos qué pasará más adelante, pero no es una historia de superación, sino qué pasa cuando te sucede algo así. Ella solo se lo confía a su hermano, que es en el personaje de Àlex Monner, y cómo ellos dos lo van a gestionar de la manera que pueden, pero de maneras muy distintas.

P.También ha querido reflejar el acompañamiento.

R.G. B. Me interesaba mucho hablar del contexto. Como el contexto actúa es determinante, el proceso traumático positivo de la víctima. Quería también mostrar cómo ella busca en ese cómplice que es su hermano. Lo que se encuentra le decepciona, lo que se encuentra es cuestionamientos, preguntas. Deja de ser su cómplice. En general, era importante hablar de que no estamos preparados como contextos de las víctimas, que todas tenemos víctimas alrededor. No estamos evidentemente entrenados todavía para acompañarnos. Las víctimas no hablan, no denuncian. Lo cuentan muchos años más tarde, se sienten solas, hay mucha soledad y son procesos muy solitarios.

P.¿Cómo se han preparado sus personajes?

R.À. M. Desde mi personaje, yo creo que lo importante era entender que ella tenía un viaje mucho más largo, con muchas más cosas, pero para mí era muy importante entender. La película va mucho al futuro, luego para retomar el pasado, y evidentemente se rodó de forma no cronológica, lo importante era entender en qué punto de la vivencia de la relación de estos dos personajes estaba en cada escena. Trabajar mucho en la circunstancia de la escena, entender cómo Adrián se va oscureciendo durante la película. Cuánta dosis de no comprensión, de violencia se tenía que ir introduciendo en cada escena, intentar entender en esas grandes elipsis que hay en el personaje. como cuando ha ido a hablar con la policía y a partir de aquí, Adrián ya está totalmente pasado de vueltas, quizá está pasándose de consumo de drogas. Trabajar mucho en las circunstancias de cada escena, entender exactamente por guion cómo se llegaba a algo.

R.Á. C. Para mí también era muy importante tener claro el punto inicial. Trabajamos con las fases en el proceso, así sabía en qué fase estaba Alexandra en cada momento y, aparte, cómo se está contando en la película. Si ahora ya estoy rodando una escena que se ha enseñado antes por guion al espectador, porque como va adelante y atrás en el pasado y el futuro... También trabajamos mucho a través del cuerpo, pero cuando te pasa algo así y no puedes ni expresarlo, se te queda en el cuerpo y el cuerpo al final habla. Para mí fue muy interesante de trabajar y de recurrir al cuerpo cuando necesitaba mover esas emociones.

P.¿Qué les ha costado más al preparar sus personajes?

R.À. M. Lo igual nos ha costado hombre, yo había una sirena que era la escena del callejón, la llamamos, no era un callejón bro la escena de después de la boda donde ella huele AA conversando al alterador para mí. Yo creo que era como la escena más complicado a nivel emocional porque se tenía como que. Tenías que entrar de una forma sufrir una. Una transformación ahí dentro de la escena y acabar como en otro sitio y, bueno, creo que a shema también lele o sea, hicimos mucha bola con esas plan. Fue como la fuimos arrastrando y la ansia.

R.Á. C. Y para mí, creo que bueno, también me Sumo, pero todo el universo como de medea para mí me daba como más pudor porque al final hacer como teatro en cine me daba un poco de reparo. No sabía cómo se iba a ver, sabes como si era demasiado si era muy teatral y esta. Al final, estabas haciendo una estabas haciendo una película.

P.¿Qué quieren transmitirle al público?

R.Á. C. Bueno, yo creo que un mensaje como de más que un mensaje como si puede como liberar un poco a quien haya pasado por algo similar en cuanto al proceso, no que al final todo es un proceso y que está bien vivirlos de la manera que sea que no hay que fundarlos. Que intentar como, como sostenerse. Con la gente que tiene o sea, a tu alrededor y una vida.

R.À. M. Yo juegos familiares, o sea, espero que lo que transmita mi personaje es que lo que vale la pena es acercarse con cuidado contacto, intentando escuchar constantemente qué es lo que la persona que ha sufrido una agresión sexual, pues necesitas, no? Vamos a retomar el camino que no toma el personaje precisamente porque lo toma como que no que no, que no que no tenga que ser así. Exacto.

P.Indaga en que se cuestiona mucho a la víctima y se refleja en la realidad, no solo queda una ficción ¿También quiso hacer hincapié en ello?

R.G. B. Efectivamente y, de hecho, cada vez que sale un caso mediático es terrible todo lo que sale cuando busco en Twitter, de por qué no lo denunció antes. Denunciar no te hace menos víctima y tenemos un sistema que hay mucha violencia institucional. Y nosotros mismos no estamos lo suficientemente entrenados como para acompañar bien.

P.Esta es una edición marcada por las directoras de cine.

R.G. B. Tengo siempre la duda de si lo tenemos que hacer noticia o no. Entiendo que sea noticia, pero también tienes que ir con cuidado con esto para que no parezca como que ya nunca más va a pasar. Estamos buscando esta normalidad y tenemos que normalizarlo. Para mí, que haya mayoría de directoras significa que las políticas están funcionando y que las asociaciones están haciendo un muy buen trabajo. Las directoras estamos demostrando que sabemos hacer buenas películas y para mí eso es lo importante.