Un viaje por las redes hasta ‘#Boza’
Festival de Málaga
El corto documental dirigido por Anna Surinyach y Séverine Sajous cuenta el camino a Europa a través de las imágenes que los propios migrantes comparten en sus perfiles
Málaga/“¡Boza, boza, boza!”, resuena en cada uno de los vídeos que comparten los medios de comunicación en los que cientos de migrantes llegan a Europa desde el continente africano. Este es un grito de éxtasis asociado al cumplimiento de un sueño por muchos, a la valentía por otros o una exclamación de belleza.
Boza es, seguro, un viaje. Un viaje que se estaba interpretando de manera sesgada aprovechando una narrativa que poco tiene que ver con la realidad, afirma Anna Surinyach, codirectora del corto documental #Boza. “Nos fijamos en que desde ciertos partidos políticos escorados a la derecha como VOX estaban usando las imágenes que los medios difunden de los movimientos de población para hablar de que nos estaban invadiendo”, cuenta Surinyach.
De ahí que comenzase a estudiar junto con Séverine Sajous cómo darle la vuelta a esa narrativa. Les parecía de imperiosa necesidad buscar un punto de vista que ayudase a empatizar al espectador y no tratase como masa al migrante. Para eso Surinyach se apoyó en su dilatada experiencia como fotoperiodista cubriendo los movimientos de población.
“Creímos que una buena manera era usar las imágenes que ellos mismos generan cuando hacen la ruta, al igual que nosotros reportamos nuestra vida ellos también reportan la suya”, asegura la directora. #Boza muestra las redes sociales como un elemento que nos iguala en todo momento y usa esta narrativa visual para acercar al espectador. Consigue hacerle un hueco en el mundo de cada uno de los migrantes, tratarlo como si, mientras dura el documental, fuese uno de sus múltiples contactos en cualquiera de sus redes, acercarlo al fin y al cabo.
Surinyach y Sajous estudiaron a su vez cómo influyen las redes sociales en estos movimientos de población, “se habla mucho del efecto llamada de las ONGs, pero esto no es así”, es el contenido que ellos mismos comparten con su círculo de conocidos lo que empuja a los demás a hacer la misma ruta.
El principal leit motiv del documental es “romper la barrera entre el ellos y el nosotros que intentan vender desde ciertos partidos políticos, acercarnos más al nosotros de un mundo globalizado”, comenta la fotoperiodista. Para ello usan como punto de apoyo el selfie, que es el fenómeno que más fronteras ha traspasado en los últimos tiempos.
Y esta nueva narrativa ha sido un éxito en los colegios donde han mostrado el documental antes de presentarlo en el Festival de Málaga, “los adolescentes en seguida se sienten vinculados a Mamadou o a Aminata; es algo que parece muy simple, pero causar esa sensación en gente que a priori está representada de manera super diferente creíamos que podría funcionar y así ha sido”.
Otro de los pilares del documental es estudiar la propia palabra boza. “Séverine es lingüista y nos interesaba mucho desmentir aquel rumor de que boza significa victoria en algún idioma africano, Boza es una palabra que ellos aprenden cuando llegan a Marruecos y a la que cada uno acaba dándole su propio significado, en resumen hacer boza es llegar a Europa, pero no hemos descubierto de dónde viene realmente la palabra”, resume Surinyach.
“Esto es lo bonito, hay muchas palabras que se crean con los procesos migratorios y que se acaban quedando en el imaginario colectivo”, remata la directora. #Boza acaba siendo camino, esperanza o victoria, según para quién, pero siempre progreso.
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