Pablo Puyol, un nombre para el nuevo año
Unos pasos más adelante
El actor malagueño acabada de terminar una película "neorrural" con Miguel Ángel Muñoz, releva a Antonio Banderas en las funciones de ‘A chorus line’
Dicen que nadie es profeta en su tierra pero Pablo Puyol, el actor malagueño que un día diera Un paso adelante en televisión, se consolida como un artista todoterreno capaz de cantar, bailar, actuar e incluso sustituir en el musical A Chorus Line a Antonio Banderas, con quien considera un “lujazo” trabajar.
Puyol ha pasado de la ficción de ser un aventajado estudiante en la Escuela de Artes Escénicas de la popular serie a convertirse en la vida real en el jefe de estudios de la recién inaugurada Escuela de Artes Escénicas Utalent de Estepona, donde en estos días ha impartido un curso intensivo de interpretación tras finalizar el rodaje de Dos vacas y una burra.
Cuando el precursor de Utalent, Tito Almazán, le propuso colaborar con la escuela, le pareció “una locura tal y como estaba la cosa”, aún así no dudó en sumarse a este proyecto puesto que era algo que le “apetecía desde hacía muchísimo tiempo”, explica.
Su única condición para embarcarse en esta iniciativa fue que se desarrollase con “el cariño que una escuela de artes escénicas merece” y que el objetivo de la misma fuese “enseñar a través de la diversión”, anteponiendo el aprendizaje y el disfrute “al afán de triunfar a toda costa” tan presente en la sociedad actual.
En este sentido, al preguntarle qué le gustaría transmitir a quienes se acercan hasta sus clases, se ruboriza, y asegura que tras 27 años en esta profesión puede ofrecer consejos y “trucos” aprendidos después de trabajar con los mejores, pero también con los peores, y de pasar muchas horas sobre el escenario o frente a la cámara; en resumen: “la experiencia del trabajo hecho”.
Pero ante todo, lo que querría es mostrar a quienes se inician en el mundo de la interpretación musical el camino de los “valores”, en especial el “del trabajo en equipo”, fundamental en unos tiempos en los que “lo que vende es el individualismo” y destacar a cualquier precio, aunque sea “pisoteando al que tienes al lado”, señala.
Puyol subraya que dedicarse a las artes escénicas es cualquier cosa menos sencillo y requiere un sinfín de horas de trabajo y preparación en las que hay que ser muy profesional y “estar preparado para que te digan no cientos de veces sin cejar en el intento” y ser consciente de que todo lo relacionado con el arte requiere “esfuerzo, trabajo y dedicación” pero también, “mucha pasión”.
Asimismo, insiste en la importancia de contar en Estepona con “un núcleo artístico” dedicado al musical, de lo que se beneficia tanto Málaga como Cádiz, en el que se abordan distintas disciplinas -como canto, danza o interpretación- y lo más importante, “con todas las garantías” de poder contar con profesionales como Tatiana Yébenes (danza), Teresa Ferrer (canto) o el propio Tito Almazán (DJ).
Un rodaje recién concluido
Puyol acaba de terminar el rodaje en Cantabria del último trabajo del director Jesús del Cerro, Dos vacas y una burra. Es una comedia “neorrural” que narra las peripecias de dos urbanitas que viajan al pueblo de sus abuelos y en la que comparte reparto, entre otros, con su compañero en Un paso adelante Miguel Ángel Muñoz, y la actriz mejicana Esmeralda Pimentel.
El actor, que se muestra encantado de protagonizar una película que cree “va a gustar mucho” y que estará en cartelera tras el verano, considera “un sueño” haber podido trabajar en “un proyecto tan bonito como este” y “en los tiempos que corren” ya que, en un principio, llegaron a pensar que no podría rodarse.
Entre los proyectos que tiene pendientes se encuentra el musical en el que ha sustituido al también malagueño Antonio Banderas, A Chorus Line, y cuya gira quedó interrumpida como consecuencia de la pandemia pero que una vez llegue la tan “deseada” normalidad volverá a los escenarios españoles, primero de Madrid y luego de Londres y Nueva York.
Para Puyol, trabajar con Banderas ha sido un “lujazo en todos los aspectos”, tanto en lo humano como en lo profesional. Asevera que Banderas desprende “una energía vital brutal”, muy apasionado con lo que hace, y que cuando se sube a un escenario “lo llena”, además de ser “una persona generosa que siempre intenta ayudar a los demás”.
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