Peldanyos, el influencer que arrasa probando comida: "Nunca me he percibido como un perfil interesante para La Velada"
ENTREVISTA
Hablamos con Peldanyos, el creador de contenidos valenciano que el próximo mes de julio peleará en La Velada de Ibai.
Kiko Rivera acaba en el agua: su actuación más bizarra con Anabel Pantoja entre el público.
En una conversación llena de anécdotas y reflexiones, Peldanyos, el popular influencer gastronómico, nos abre las puertas a su vida más allá de las redes sociales. A punto de enfrentarse a un desafío físico y mental en La Velada de Ibai, Peldanyos comparte cómo equilibra su entrenamiento con su pasión por la fiesta en pleno Desalia,Peldanyos comparte cómo equilibra su entrenamiento con su pasión por la fiesta en pleno Desalia el evento organizado por Ron Barceló. Su sorprendente incursión en el boxeo y su enfoque único hacia la creación de contenido son algunos de los temas de esta entrevista, que repasa sus recuerdos más locos de fiesta en Magaluf.
–¿Cómo está siendo salir de fiesta con La Velada a la vuelta de la esquina?
–Estoy intentando centrarme en no perder la dinámica de entrenar para La Velada, pero bueno, también estoy consiguiendo disfrutar. Es un poco una perspectiva distinta respecto a otros Desalias, pero bueno, igualmente disfrutable.
–El año pasado te tuviste que ir antes de tiempo para ser vocal en las elecciones municipales...
–Me tocaron elecciones, pero esos momentos son imborrables. Me acuerdo que fue terrible la sensación de ir al baño del colegio electoral, ponerme a mear, apoyarme un poquito en los azulejos de pared y notar el frío. Te juro que dije "Ostia, qué fresquito, me voy a dormir la taza del váter". Iba a entrar la policía y me iban a ver abrazado al váter durmiendo.
–¿Cómo está siendo prepararte físicamente para La Velada de Ibai?
–Bastante duro. Acostumbrarte a que te peguen es algo que va contra la naturaleza humana. Te dan una hostia y te sale o una respuesta muy violenta o de huida. Y en el boxeo tienes que tener un poco la mente fría, no puedes responder demasiado violentamente, sino un poco más estratégico. Alguna vez me he visto tan acorralado en un sparring que he llegado hasta levantar la pierna para cubrirme. Es una reacción natural del cuerpo humano. Al final te cambia hasta la personalidad porque llega un momento en el que te pegan tan duro y tantas veces... Tío, he notado el crujir de la vértebra y el calorcito que va después. Me voy a quedar tetrapléjico un día...
–¿Cómo te llegó la propuesta de participar en La Velada?
–Recuerdo un vídeo comentando los combates de La Velada II en el que dije a mí me haría mucha ilusión, pero lo veía como algo superlejano. Tengo 26 años y muy poco recorrido vital, nunca me he autopercibido como un perfil interesante para acabar en un evento de esa envergadura. Pero un día me llegó un mensaje del equipo de Ibai y dije que sí, sin pensármelo.
–¿Está siendo duro?
–Está siendo muy duro, pero no me arrepiento porque también me está inculcando una serie de hábitos y de rutinas que hacía tiempo que no tenía. Me jode ir todos los días a las 8:00 a darme de hostias, sí, pero hace que te organices mejor el día, estás más fresco, tienes la mente más clara. En el mundo de las redes sociales siempre tienes una rutina un poco caótica, que te desestabiliza emocionalmente. Tener una disciplina, ya sea deportiva o académica, de unos horarios estructurados, te sienta mentalmente.
–Levantarte pronto, ir al gimnasio, centrar la mente... Es inevitable acordarme de Llados. ¿Qué piensas de su último evento?
–La falta de propósito vital lleva a que muchas veces las personas necesitemos una figura de referencia. Una figura paterna, un tutor al que admirar en el colegio... Cuando creces llega un momento en el que si no has tenido referentes a lo largo de tu vida, te acabas agarrando un clavo ardiendo. Si esa figura la encuentras en un gurú, pues haces burpees o lo que te diga. Por lo menos has encontrado una comunidad en la que sentirte integrado.
–Pero es aprovecharse de la desesperación ajena...
–Exacto. Me sabe mal, es gente que llega a una edad en la que no ha encontrado una persona que le haya podido ayudar o guiar en algún sentido en la vida. Si encuentras una persona, un padre, un amigo, un profesor, que te ayude en la vida, lo va a hacer de manera desinteresada. Cuando esa figura la encuentras en una persona que se nutre económicamente de ti para ayudarte, pues existe un conflicto de interés.
–¿Cómo llevas el buffet del hotel?
–Ayer me hice un bocata de donuts con bacon. Me hice unas tortitas con queso, jamón, huevo frito... Me encanta mezclar sabores. Para mí la comida es I+D. A mí un buffet siempre me gusta. Obviamente, no puedes esperar la calidad de un restaurante que dedica tiempo a cada plato, pero si vas con ese baremo integrado, yo creo que te lo pasas bien. Porque puedes mezclar cositas, te haces tus platos combinados...
–Eres uno de los protagonistas de la nueva horneada de creadores de contenido. ¿Te da miedo que esta viralidad sea volátil?
–Pues no, porque tampoco he tenido nunca un crecimiento demasiado explosivo. Yo de lo que más orgulloso estoy no es tanto de tener vídeos virales o de que haya mucha gente que haya visto algunos vídeos en particular que lo han petado, sino que creo que hay toda una comunidad en torno a mí que de verdad aprecia lo que hago y le mola ya no solamente verme comer, sino mi manera de ser. Creo que eso al final lo ves cuando te piden una foto y ya no solo te la piden, sino que al final te dicen 'oye que sepas que de verdad me encantan tus vídeos, me entretengo...'. Quieren transmitirte de corazón unas palabras de cariño. Eso es lo que más sentimiento de plenitud y satisfacción me da como creador.
–¿Te sientes un mono de feria cuando vas a eventos o sitios concurridos?
–Sí, pero ya te digo, creo que lo bueno de haber creado una comunidad es que esos casos son los que menos pasan. Pero hay veces que notas que a la persona se la sudas un poco y solo quiere la foto.
–¿No crees que TikTok está generando una viralidad demasiado efímera? Hay veces que conozco a un creador porque me salen sus vídeos pero no sé ni cómo se llama...
–Creo que hay una diferencia entre ser creador de contenido y ser una industria de contenido. La fórmula de la viralidad está bastante clara. Solo tienes que pasar mucho tiempo en redes sociales y te darás cuenta de cuál es el patrón más o menos en función del nicho en el que te quieras enfocar. Pero es que eso da igual. Tienes que ser una persona que genuinamente disfrute del contenido para poder transmitir eso que no se puede ver, pero que está en la esencia de la persona. Tú puedes imitar, copiar, replicar un contenido viral o una fórmula de éxito las veces que quieras, que si no lo estás haciendo porque genuinamente disfrutas de la creación de contenido y quieres llegar a una comunidad y quieres formar un círculo de gente que de verdad le guste lo que haces, no llegará a nada.
–¿Cómo era el Peldanyos adolescente?
–Disfruté bastante. Fue una buena época. Además, es una cosa que echo un poco de menos. Yo con la gente con la que más disfruto y por eso es la que más hago mis vídeos es con mis amigos de toda la vida. Son los que potencian lo mejor de mí. Me entristece un poco no poder seguir con ellos de fiesta tan convencionalmente, porque con que una persona ya me conozca y me hable y tal, te saca del mood de estar con mis amigos tranquilamente, te pone en alerta.
Ojalá en algún momento tenga la solvencia económica para decirle a mis amigos que echo de menos esta etapa y llevármelos a la otra punta del mundo, a disfrutar de una semana de fiesta. Si has tenido una adolescencia normal, sin grandes sobresaltos, yo creo que es el mejor momento de tu vida. Esos momentos de descubrir la fiesta, tu primer amor, tu primer beso, esas cosas puntuales que no se pueden hacer más por primera vez, son únicas. Soy muy protector de las primeras experiencias.
–¿Eres mucho de discotecas?
–Sí, sí, en bachiller todos los fines de semana hacíamos un paseo por las discotecas de Valencia, nos hicimos la ruta 2.0. Nos lo pasábamos bien, la verdad. Míticos cubatas en la playa antes de entrar. Cerrábamos las discotecas. Muchas veces a mí me daba rabia tener la presión de cerrar porque teníamos que forzar la noche épica. Si estás cansado, pues a tu puta casa, nadie te va a dar una medalla por cerrar la noche. Pero esa sensación de las primeras veces que sales y ves que está amaneciendo y te sientes el capitán de la noche...
–¿Eres de organizar de fiesta o que te inviten?
–Me gusta siempre mucho organizar. No sé por qué siempre he tenido esa cualidad, de tirar un poco del carro y organizar cosas. Siempre he tenido ese culo inquieto. En mi familia no hay nadie emprendedor, pero yo veía un punto de 'vamos a hacer esto'. Me encanta ser director de orquesta.
–Hablando de emprendimiento, estás preparando el segundo drop de tu marca de comida, Sugarpapi...
–Estamos trabajando en ello, Obviamente yo creo que la fecha es más que esperable, va a caer en torno a La Velada y va a tener una íntima relación con un galletón. Va a tener punch. Va a tener algo de golpeo. No es tan loco como lo del bombón, que entiendo que lo del picante pueda tener sus críticos, pero es algo más para todo el mundo. Será experiencial, la idea es que la gente que no ha podido pillar una entrada para La Velada se lo goce viéndola a través de una pantalla con sus amigos en casa. Es algo para compartir. Espero que esta vez no haya críticas con el precio, es algo que fácilmente lo podrán compartir entre cuatro personas como final de la comida.
–Volviendo a tu etapa fiestera, ¿una canción para cerrar la noche?
–Soy un básico, Flying Free de PontAeri.
–Tienes todo el dinero del mundo, dime tres artistas que contratarías para encabezar el cartel de tu festival soñado
–Buah, qué complicado. Bad Bunny. Recuerdo verlo en el Arenal Sound en 2017. Me encantó. Luego Sharif, es uno de mis artistas favoritos, que es un rapero bastante guay a nivel letras, muy poético. Con esto tendría un equilibrio, reggaeton duro, rap... Y luego últimamente me gusta mucho el techno, llamaría a Dumas y le preguntaría cuál es el artista de techno que más lo esté petando.
–¿Una anécdota inexplicable de fiesta?
–Todas las de Mallorca en el viaje fin de curso. Magaluf con mis amigos. Malaguf es, no sé, el Disneyand de los borrachos. Hay una diversidad de cosas, de gente, de estímulos... Lo recuerdo muy loco. De hecho, pensaba que no era lugar para chicos de 18 años Vi tantas cosas que creo que hay en algunas partes de mi cerebro que se han querido olvidar. Yo recuerdo el impacto visual de ir a esas discotecas. Esa mezcla entre feria y fiesta rarísima.
Temas relacionados
No hay comentarios