Millán Salcedo, ida y vuelta de la muerte
El humorista, la mitad del mítico dúo Martes y 13, sufrió un ataque epiléptico el pasado verano que pudo acabar en tragedia. Lo contó en 'El Hormiguero'.
Millán Salcedo, el cincuenta por ciento del mítico Martes y 13, visitó El Hormiguero la noche del jueves en su reaparición en televisión tras sufrir un ataque epiléptico el último verano que casi le cuesta la vida. El humorista se encontraba en Sevilla y, gracias a que se encontraba en compañía de un amigo, pudo salvarse, tal y como desveló él mismo en el programa de Pablo Motos.
Todo ocurrió por una fuerte subida de tensión, que le hizo tener un ataque y morderse la lengua. A consecuencia de esto, tuvieron que cortarle un trozo en una cirugía. En esta confesión, Salcedo quiso mandar un mensaje a un periodista del que dijo el nombre, que le llamó durante sus días de hospitalización y él, creyendo que se interesaba por su estado de salud, mantuvo una cordial conversación que fue grabada y luego publicada sin el consentimiento del actor. "No todo vale por la audiencia", comentó, "guardemos un segundo de silencio, porque solo merece eso", apostilló con su habitual sentido del humor del que, por cierto, no ha perdido un ápice.
Millán relató que este episodio, que afortunadamente no acabó en tragedia pero pudo ser así, vino a causa de su mala alimentación. "No es cierto lo que dicen por ahí que me había dado un doble ictus conduciendo, ¿cómo puede ser eso posible si no sé conducir? Ahora celebraré dos cumpleaños, el del renacido, el 4 de julio. Solo fue una subida de tensión. No me cuidaba mucho, tomaba mucha sal y ahora me llamo Millán cedo cedo. Tengo que hacer una gran dieta, comía como un perro san bernardo, pero lo llevo muy bien. Más de ocho meses sin tomarme una cervecita, tengo mucha fuerza de voluntad", lamentó el invitado de El Hormiguero.
Este problema de salud no parece haberle borrado la sonrisa a Salcedo, quien entró en el plató, vestido con una americana rosa y con un libro bajo el brazo titulado Humor absurdo. Además, se sentó en el lugar de Pablo Motos para hacer unas bromas sobre el tan de moda lenguaje inclusivo. Esto no hizo sino animar al presentador del espacio para celebrar que veía "en plena forma y con un humor excelente" a su invitado.
La visita del cómico tenía como objetivo contar qué sucedió realmente el pasado verano: "Quiero contar la verdad, ni más ni menos, no lo que decían las lenguas de doble filo... me han cortado un trozo de lengua. La novedad es que me he mordido la lengua y no me he envenenado", bromeó justo antes de recibir una calurosa ovación del público.
Entre recuerdos y bromas, hubo tiempo para que se personara en el plató, a petición de Motos, una mujer llamada Encarna con una empanadilla, en recuerdo al mítico sketch de Martes y 13.
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