Cuarentena: no está loca Ayuso
La colmena
La Navidad en Madrid no puede ser distinta a la de Granada o Sevilla. Que hablen los técnicos, no el reloj electoral
Nunca pensé que le daría la razón a la presidenta de Madrid. Al menos, que no la tomaría por loca. Por muy populista y oportunista que sea su (esperada) propuesta de revisar el protocolo de la cuarentena: porque el "cierre por el cierre" no es la solución para frenar el coronavirus, porque estamos llevando a la ruina a la hostelería con los confinamientos "explosivos" (que derivan en cancelaciones masivas en los restaurantes) y porque hay que aplicar el sentido común.
A menos de 24 horas de la cumbre de presidentes para unificar medidas contra el Covid en vísperas de Navidad (¿de verdad que el Gobierno no tiene más capacidad de anticipación?), es evidente que Isabel Díaz Ayuso irrumpe en el debate público queriendo marcar el pulso al Ejecutivo de Pedro Sánchez y usurpando el papel de oposición en el que Pablo Casado no termina de encajar.
Pero olvídense del trasfondo político y analicemos con frialdad lo que está ocurriendo en nuestras ciudades: un niño da positivo en clase y confinan a todos sus contactos estrechos, te tomas un café o una caña en compañía (si no te han enviado ya a teletrabajar) y te arriesgas a quedarte (otro año más) sin Nochebuena.
El discurso de salvemos los bares tiene un público muy particular, pero la realidad de la pandemia debería obligarnos a asumir que no es "una vuelta a la normalidad" lo que hay después de la campaña de vacunas, sino un estadio de "circulación controlada del virus". ¿Se imaginan si nos ponemos a contar, uno a uno, los españoles que pasan la gripe cada invierno? No saldríamos de casa.
Mi sobrina pasó el Covid hace menos diez días, justo este lunes una compañera de clase ha dado positivo y la han vuelto a confinar. Diez días. No hay PCR que valga; no hay discusión. Me gustaría escuchar a los expertos, no a los políticos, sobre el impacto real de ómicron. Nos dicen que vacunados y contagiados pueden volver a caer, que es mejor "cancelar celebraciones hoy" que lamentar "funerales mañana". Bien. Estúdiese y acordemos cómo actuar. A diferencia de nuestros vecinos negacionistas europeos, los españoles hemos demostrado ser extremadamente responsables y disciplinados. No hay razón para dejar de serlo. Pero la Navidad en Madrid no puede ser distinta a la de Granada, Barcelona o Sevilla. Celebremos almuerzos en el exterior mejor que cenas, no nos vayamos de copas, no nos quitemos las mascarillas… Pero guiándonos por evidencias médicas, no por el reloj electoral.
También te puede interesar
Lo último