El Castillo de Alozaina y la sorprendente leyenda del torreón de María Sagredo
El nombre de Alozaina tiene origen árabe y significa pequeño castillo. Su castillo de origen musulmán protagonizó algunas de las historias y leyendas más excepcionales de la historias de nuestras tierras, de los que se vivió en siglos pasados. Fue durante el siglo XVI, durante las rebeliones moriscas, cuando se produjo una de ellas, muy singular, protagonizada por la pechera –uno de los gentilicios más particulares de la provincia– María Sagredo y su hazaña.
Cuenta la leyenda, que el 6 de julio de 1570, una tropa de unos 600 hombres acaudillados por El Yebali y Lorenzo Alfaqui comenzaron un ataque rumbo a la villa que es hoy Alozaina. Iban disfrazados de castellanos como factor sorpresa para una villa que tenía tan sólo unos 80 ciudadanos. De estos 80, en el pueblo sólo había siete hombres en buen estado para defenderse del ataque. Fueron las mujeres las que, disfrazadas de hombres, tomaron las armas y subieron al campanario, hacer sonar la campana e ir directo al castillo para defenderlo. Hasta tres veces intentaron el asalto y hasta tres veces los pueblerinos los rechazaron.
De aquel intento de asedio cuentan que hubo hasta 17 muertos por parte de los moros y hasta 70 heridos entre sus 600 soldados, que no fueron capaces de tomar el castillo de Alozaina. Fue María Sagredo una de las grandes heroínas de aquellos días. Tras ver herido a su padre, Martín Domínguez, la joven se abrió paso ante la marabunta de soldados, se subió a lo alto de uno de los torreones que defendió con todo: mató a uno de los asaltantes e hirió de saetazos a otros, manteniéndoles a distancia. Los moriscos acabaron retirándose ante la gran defensa que mostraron los pecheros, no sin antes incendiar unas 30 casas, quemando a cuatro personas y llevándose alrededor de 3000 cabezas de ganado.
La leyenda de Sagredo no acaba aquí, Luis del Mármol Carvajal escribía esto sobre la hazaña: "Aquí me ocurre por buen ejemplo decir el valor de una doncella llamada María Sagredo, la cual viendo caído a Martín Domínguez, su padre, de un escopetazo que le había dado un moro, llegó a él y le tomó un capotillo que traía vestido, y se puso una celada en la cabeza, y con la ballesta en las manos y el aljaba al lado subió al muro, y peleando como lo pudiera hacer un esforzado varón, defendió un portillo, y mató un moro, y hirió otros muchos de saeta, y hizo tanto ese día, que mereció que los del consejo de su majestad le hiciesen merced de unas haciendas de moriscos en Tolox para su casamiento".
Al parecer Sagredo, desde lo alto de la torre, también dio uso de unas colmenas de abejas que había allí. Las arrojó a los moriscos y los enjambres les atacaron defendiendo también las tierras. Cuentan que los asaltantes se retiraban al grito de "malditas sean las moscas de tu tierra". En Alozaina, del castillo se conserva realmente poco y es del famoso torreón de lo que mejor está. Este sobresale de los muros del recinto y está integrado en el conjunto de viviendas de la zona. Por supuesto, lleva el nombre de María Sagredo. El castillo fue totalmente reconstruido en el año 1951.
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