La Cepa de Cádiz, otro bocado a la tacita de plata en el corazón de Málaga
Málaga y Cádiz siempre han tenido una sinergia especial. El malagueño y el gaditano han sabido siempre entender la vida de una forma parecida, de idiosincrasia pareja, casi hermana, es lógico que cuando uno aterriza en la tierra del otro, éste le acoge con los brazos abiertos. Algo así pasa con las tabernas y tascas gaditanas que llegan a Málaga a ofrecer un cachito de la Tacita de Plata, éstas funcionan tan bien como La Cepa de Cádiz.
Sophie Sjödhal y Bernardo Cruz son los dueños de La Cepa Gallega, una de las tabernas más míticas de Cádiz (calle Plocia). Una sueca y un pacense enamoradas de Cádiz pero que también cayeron ante las tentaciones y bondades de Málaga. Una escapada de fin de semana al centro de la Costa del Sol encandiló a la pareja para plantearse la apertura de una nueva Cepa en Málaga, en este caso en el barrio malagueño del Soho, muy cerquita del Teatro del Soho de Antonio Banderas, en calle Tomás Heredia, 25.
Desde septiembre del pasado 2022, La Cepa de Cádiz abrió sus puertas en el Soho tras redecorar el local y darle "la esencia, el espíritu original de La Cepa Gallega". Se trata de una taberna, ese ultramarinos tan clásico gaditano, que ofrece un golpe al pasado, a lo tradicional. "Nosotros ofrecemos estar con la gente, con el barrio", nos dice Álvaro Ganaza, encargado del local que vino para un año pero que ya no tiene fecha de regreso a Cádiz: "Me han acogido muy bien".
Buena selección de vinos, cerveza bien fría, quesos de primera y "cositas de la tierra" componen una carta en la que tiene mucha presencia Cádiz pero también Málaga y algunos de sus elementos y donde no pueden faltar las anchoítas de mantequilla de Santoña, los chicharrones de Cádiz o el lomo doblado o la chacina extremeña. Y es que, como buen ultramarinos, no pueden faltar las conservas, salazones, quesos y chacinas.
Pero lo más importante, según Álvaro, es la cercanía por la que apuestan en La Cepa de Cádiz, donde esperan que todos sean amigos, pasen un buen rato y puedan charlar unos con otros, cliente con cliente, que haya tertulia entre todos. Comenta que no existen números en las mesas, que en su taberna cada mesa recibe el nombre del cliente: "La mesa de Luis, de Pepe...".
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