Del hogar cristiano de la niña Firmana al bastión de Abderramán III: sitios imperdibles en Marbella
Una de las capitales el lujo europeo esconde rincones con grandes historia: de los primeros cristianos de la península ibérica al califato cordobés
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Es una de las ciudades de la Costa del Sol más señeras y reconocibles. Marbella lleva décadas marcando el paso de un tipo de turismo de alta gama en el que se pueden ver o disfrutar parte de los productos más selectos, desde los restaurantes más reconocidos a los coches más exclusivos. La ciudad del lujo y los rincones especiales esconde también lugares en los que perderse frente al mar y disfrutar de una historia peculiar y rica que ha dejado en el actual término municipal marbellí monumentos y piezas arqueológicas con bastante significancia. Del hogar de los primeros cristianos en el Sur de la península ibérica (siglo IV) a su alcazaba construida y reforzada en tiempos de Abderramán III, primer califa cordobés, la localidad conserva yacimientos defensivos, villas romanas repletas de mosaicos, tesoros submarinos en torno a su costa y varios paseos imperdibles que conjugan historia, zonas e ocio y planes típicamente veraniegos.
Lo que hoy es el término municipal de Marbella tiene una gran extensión. En el entorno de Sierra Blanca, hay restos de actividad humana del Neolítico y el Paleolítico, también en el entorno de la desembocadura del río Real se han encontrado vestigios de asentamientos fenicios y cartagineses, pero es el legado romano uno de los que más yacimientos de importancia han dejado en esta zona, a pesar de que aún quedan muchas incógnitas de cómo se distribuía exactamente la población en ese periodo en esta rica zona. En el casco antiguo del núcleo urbano marbellí se han confirmado últimamente restos en torno a la plaza de Los Naranjos y la plaza de la Victoria, además de restos de un puente romano en las proximidades del hotel Puente Romano o restos de actividad minera en la época en lugares como los cerros del Torrón y el Trapiche. Sin embargo, la época romana ha dejado puntos preciosos y muy peculiares en el territorio marbellí, únicos como los restos de los primeros cristianos de la península ibérica, los mosaicos del río Verde o las espectaculares termas de Guadalmina.
Los mosaicos del río Verde
Una villa romana que se presupone habitada por gente importante en una zona en la que los cultivos, la pesca y las materias primas eran abundantes. Se puede visitar y ver los mosaicos que aún se conservan. Está cerca de la playa y el paseo para viajar al mundo romano no es incompatible con disfrutar de este entorno marino. Una jornada de playa o un paseo por la línea marítima, cruzando por el puente el propio río verde,. no sólo es reconfortante por lo bonito del paisaje en este punto de Marbella, también sirve para hacerse una idea del territorio que también fue ocupado en tiempos de dominio romano.
El hogar de la pequeña Firmana: Basílica de Vega del Mar
Este punto esconde una historia diferente: es una basílica paleocristiana, se estima que fue construida en torno a los siglos III o IV y que la zona estuvo habitada hasta el VIII. La necrópolis que se puede ver en los alrededores de esta basílica arroja una peculiar historia que protagoniza una lápida rescatada hace más de un siglo y que se custodia en el Museo Arqueológico Nacional. Es la lápida de Firmana, una niña cuyo epitafio y los signos de su lápida han llegado hasta nuestros días: "La niña Firmana, de carácter dulce, vivió entre los buenos dos años y ocho meses. Fue recibida en la paz el día siete de las calendas de febrero [25 de enero], sábado", dice la inscripción de su lápida que, estudiada y comparada con otras piezas por el Catedrático de Epigrafía y Numismática en Universidad Complutense de Madrid, Javier Santiago Fernández, se data entre mediados del siglo IV y el comienzo del V. Todo un hallazgo con un crismón peculiar y una historia evocadora. Los restos de la basílica, frente al mar, tienen muchas particularidades como su peculiar piedra bautismal, que no tiene que ver con las que se conocen actualmente, y su peculiar planta que coincide con la de otras iglesias de esa época al otro lado del Mediterráneo, en África. Sin duda, un yacimiento inesperado en la moderna y exclusiva Marbella.
Termas de Las Bóvedas
Se trata de unas termas romanas, construidas en el siglo II y de las que se conservan no sólo su planta, también parte de las bóvedas de la construcción. Frente al mar y en un punto de la actual Marbella que invita a pasear y tiene bonitos paisajes costeros, se encuentran estos restos arqueológicos bastante de un lugar importante en la vida romana, ya que, además de los usos higiénicos, las termas eran un punto de encuentro en aquella sociedad. La técnica de construcción de esta infraestructura es la que la ha mantenido casi en pie casi 20 siglos después de ser construidas.
Alcazaba de Marbella
Un edificio peculiar, con puntos espectaculares como la torre del Cubo y que sirve para entender parte de la historia e la localidad. Fue puesta en pie en la época de Abderramán III, el primer califa de Córdoba tuvo que reconquistar parte del Sur de la península ibérica y fortificar bastantes lugares del litoral. Sus batallas contra el inesperado e inteligente Omar ibn Hafsún fueron uno de sus momentos más críticos y derrotado Hafsún se fortificaron los lugares donde la influencia del rebelde era conocida. Esta zona era una de ellas. El legado de Al Ándalus en Marbella no sólo se ve en su bonita alcazaba, el trazado de su casco antiguo, los restos de su muralla y los documentos históricos en los que se empieza a hablar de la villa son parte del legado. El granadino Ibn Al Jatib hablaba de sus extraordinarias sardinas y sus buenas uvas en el siglo XIV.
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