Faros de Málaga: cualquier metáfora de retorno al hogar es bienvenida
Redescubriendo la provincia
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Buen puerto y calma chicha
Las farolas que nunca visitaron Willen Dafoe y Robert Pattinson
Los faros de Málaga, como todos los faros, se prestan a que nos pongamos lamiosos, cursis, horteras e intensitos con el empleo sin medida de metáforas, símiles, hipérboles y otras figuras varias (y para eso ya está Instagram donde los poetas del pan pringao dan rienda suelta a sus atentados literarios sin el menor pudor).
Que si retorno al hogar, que si vistazos a la esperanza que despunta más allá del horizonte, que si luz en la oscuridad más oscura, que si faro de Alejandría alumbrando la civilización que nos vio nacer… Ya saben, esos lugares comunes referidos a este ingenio náutico que no se dejarán de usar hasta el resonar de la tercera trompeta y el consabido fin de los tiempos.
Nosotros, más listos que nadie, obviamos estos clichés y procedemos a listar los seis faros de la provincia de Málaga que sirven para que los barcos (y los aviones, ojo, que también se emplean para la navegación aérea) lleguen a, pues eso, buen puerto. Eso sí, a no ser que entre sus muros se instalen Willen Dafoe y Robert Pattinson.
De este modo, tan breve y tan seco, damos comienzo a la lista que se orienta desde el este con rumbo oeste.
Faro de Punta Doncella, Estepona
Encontramos el faro de Punta Doncella en Estepona y es el reflejo de un sistema espejo ya que colabora con el faro de Punta Almina en Ceuta. Ambas infraestructuras emiten sendas señales que ayudan a las embarcaciones a navegar por el Estrecho de Gibraltar.
El actual faro esteponero data de 1922, siendo la construcción original del año 1861. Era una torre circular diseñada por el ingeniero Antonio Molina (quédense con este nombre) que, con una altura de 8,5 metros unida a la elevación natural del terreno, se alzaba 18 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, para hacerla mas visible, como decimos en 1922 se sustituyó por la actual torre de 20 metros de altura, lo que la hace sobresalir 31 metros sobre el nivel del mar.
De igual modo, se ampliaron las instalaciones que albergan dispositivos de ayuda, así como la vivienda que han ido ocupando a lo largo de los años los sucesivos torreros o fareros que, junto con sus sufridas familias, han cuidado de que los navegantes llegaran seguros a sus destinos. ¡Héroes sin nombre ni capa!
Faro de Marbella
El faro de Marbella, el original, fue proyectado en 1861 por el ingeniero (¡qué casualidad!) Antonio Molina y comenzó a funcionar el 15 de marzo de 1864, en la zona de Los Barronales.
La construcción original fue levantada para iluminar el fondeadero de Marbella, de donde se enviaba el mineral de hierro hacia el puerto de Málaga, y en sus orígenes contaba con un edificio anexo idéntico al faro de Torre del Mar.
En el año 1974 se reemplazó por otro de mayor alcance ya que el crecimiento de la ciudad inhabilitó la torre original. El actual faro, de 29 metros de altura, y con un alcance de hasta 22 millas marinas (para que nos entendamos, poco más de 35 kilómetros), da nombre a la playa en la que se asienta en la ciudad marbellera, cerca del puerto deportivo, en pleno centro.
Por tanto, no es difícil de imaginar que este faro el destino deseado por cualquier torrero de toda la nación...
Faro de Calaburras, Mijas
El faro de Calaburras (el primigenio), en el litoral mijeño, fue proyectado en 1861 por el ingeniero (¡sorpresa!) Antonio Molina, y empezó a funcionar el 31 de agosto de 1863.
No obstante, debido al mal estado de la torre, en 1928 se construyó otra de 25 metros de altura que sustituyó a la original y que, dotada de un sistema avanzado de iluminación, tiene el honor de ser el primer faro que se empleó tanto en la navegación marítima como en la aéreo. ¡Ahí es nada!
Se utiliza para tomar buena posición de navegación, al iniciar la dirección hacia el Estrecho de Gibraltar. De hecho, este es el principal faro de Málaga, y en su edificio habita el encargado del funcionamiento de los seis faros provinciales.
La Farola de Málaga
La historia de la célebre Farola de Málaga se puede consultar en un gran reportaje realizado por esta casa por su segundo centenario.
Así, gracias a este artículo sabemos que el proyecto de la Farola tuvo su origen en Bartolomé Thurus, el primero en plantear la edificación de una batería y un faro al final del dique de Levante en 1717, el mismo año que Felipe V le encargaba la ampliación del puerto.
Sin embargo, en aquellas obras se instaló una linterna sobre un armazón de madera iluminado con 12 lamparillas de aceite. Una chapuza que durante el siglo XVIII fue sustituida en numerosas ocasiones por artilugios cutres que causó no pocos accidentes en la bahía malagueña.
No sería hasta el año 1817 que la Farola de Málaga sería terminada de edificar, en esta ocasión, un cambio al fin, por el ingeniero Joaquín María Pery.
Un elemento de la infraestructura naval que con el paso de los siglos se convertiría en todo un símbolo de la capital malacitana.
Faro de Torre del Mar, Vélez-Málaga
Localizado en la costa de Vélez-Málaga, el faro de Torre del Mar, el original, se encontraba justo en la desembocadura del río Vélez. Inaugurado en 1864, fue devastado en 1880 por un fuerte temporal de lluvia y viento.
Tras este faro se levantaron otros apaños de diversas resistencias, que permanecieron en funcionamiento hasta 1930 cuando se inaugura una nueva torre en lo que ahora es la avenida Toré Toré.
Sin embargo, el crecimiento de la zona hizo que en 1976 se pusiera en funcionamiento el nuevo y azul faro que encontramos en su playa en la actualidad y que se asemeja mucho al de Marbella.
Faro de Torrox
El último faro de la provincia, en poniente, es el faro de Torrox, de 23 metros de altura. Situado, cómo no, en un pequeño saliente hacia el mar, nos encontramos con un faro que se iluminó por primera vez (como casi todos) en 1864.
Al torrero de este faro, Tomás García Ruiz, le debemos el descubrimiento de la villa romana Clavicum. García, persona con inquietudes y conocimientos arqueológicos, excavó en 1905 en los alrededores del faro y de resultas de su curiosidad tenemos hoy testimonio de este emplazamiento y de su factoría de salazones, reutilizada después como necrópolis.
Se han localizado también unas termas y un complejo alfarero destinado a la elaboración de ánforas para el envasado de los salazones. Nunca la soledad y el hastío hizo tanto bien por el patrimonio histórico de Málaga.
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