Los Krauel, orgullo de una familia
historia
Más de 300 descendientes del empresario llegado del Báltico a Málaga en el siglo XVIII se reunirán el próximo día 3 en la capital
Un nuevo libro recoge la historia de esta saga
Málaga/A Carlos Krauel García-Pelayo y Ignacio Krauel Barrionuevo les ha llevado dos años el trabajo de plasmar los testimonios y documentos que acreditan la historia de sus antepasados, desde que el primer comerciante alemán oriundo de la población de Rosttock que llegó a Málaga a finales del siglo XVIII para "cambiar de aires", hasta nuestros días. Realmente la recopilación de documentos y fotos se inició en 2006, aunque ha sido en estos últimos meses cuando ha tomado forma en el libro "Krauel. Historia de una familia malagueña y bodeguera".
Estos dos primos hermanos y quinta generación nacida en Málaga descendiente de Carlos Joaquín Krauel Pettersen, acaban de sacar a la luz el volumen con la historia de la familia y han convocado a 303 allegados, la mayoría residentes en Málaga, pero también de otras provincias, a una reunión el próximo sábado, 3 de marzo, en el Club Mediterráneo de Málaga.
"Me ilusiona la idea de que cada miembro de la familia, que tenga el apellido Krauel hasta en cuarto lugar, reciba un ejemplar para que conozca nuestra historia generacional y tenga constancia de todos y cada uno de sus parientes", afirma en la presentación del libro Carlos Krauel, empresario inmobiliario ya retirado y patrocinador de la publicación. Este hombre recuerda la escasa colaboración que han encontrado en la familia residente en Alemania, hasta el punto de que ninguno de ellos vendrá a la cita del próximo sábado. Carlos Krauel, cuyo padre fue el tataranieto del primer Krauel llegado a Málaga, se siente orgulloso de haber podido reunir a tantos parientes y obsequiarles con su trabajo.
Su primo Ignacio Krauel, responsable de los textos, también reconoce haber encontrado más colaboración fuera que dentro de la familia, y lamenta que muchas imágenes y documentos han estado decenas de años "durmiendo en los cajones por desidia o apatía", en lugar de ser compartidos, un mal que ha sido común en otras sagas malagueñas a la hora de documentar su pasado. "Los alemanes son fríos", dice, como corresponde a los originarios de países del cetro y norte de Europa. "Lo llevan en su cultura, donde quizás el clima tenga algo que decir, y mucho más si lo comparamos con la cultura Mediterránea". Algunos Krauel malagueños han viajado hacia tierras bálticas, de donde procede la familia y cuya historia se remonta al siglo XV, pero lo han hecho más por turismo que por buscar raíces. Aseguran que hay miembros de la sexta generación que hablan correctamente alemán.
Ignacio Krauel Barrionuevo, que trabajó durante años en el sector de los seguros y luego en el inmobiliario, se declara un apasionado de la historia y también ha escudriñado el árbol genealógico de los Krauel hasta conformar el esquema de las tres ramas malagueñas de la familia que se inicia con Carlos Joaquín Krauel Petersen, que llegó a ser Cónsul de Suecia y Noruega en Málaga desde 1832 hasta 1838, el año en que murió. Después de él, cuatro generaciones más ostentaron dicho cargo.
La saga familiar siempre ha estado relacionada con el comercio de vinos. De hecho, este primer Krauel llegado a Málaga tras la muerte de su progenitor se separa de la empresa familiar y probó suerte con la marca propia "Krauel y Compañía" en tierras malagueñas. Las Bodegas Krauel estuvieron posteriormente en la barriada de El Perchel (en la calle Esquilache), desde 1870 hasta 1970.
Aquel pionero se casó en 1802 con Ana Joaquina O'Brenan Gimel en 1849 y de ambos surgió la primera generación de la familia Krauel nacida en Málaga. Tuvieron seis hijos, pero sólo tres lograron descendencia. Una de las ramas actuales en Málaga proviene del mayor de los varones, Carlos Juan Krauel O'Brenan. El único hijo varón con descendencia, Carlos Joaquín Krauel Marra, dará lugar a la segunda generación de la familia nacida en Málaga.
La tercera generación parte de su único hijo varón con descendencia, Carlos Krauel Molins, que se casaría con una descendiente de otra saga familiar malagueña, Tecla Gross Príes. Dos de los hijos de este matrimonio, Carlos y Juan, que se casaron con Isabel García Pelayo y con María Teresa Barrionuevo, respectivamente, fueron los padres de los responsables del libro familiar que acaba de ver la luz.
El volumen se adentra en la vida de estos dos hombres, sus casas familiares en el Paseo de Sancha, su vinculación con el colegio de los Jesuitas de San Estanislao de El Palo o su implicación con la cofradía de Viñeros, una tradición cofrade que han vivido las distintas generaciones a lo largo de estos últimos siglos. Las relaciones con la familia real sueca a raíz del consulado que han ejercido los Krauel durante cinco generaciones desde el siglo XIX también han marcado la historia de la familia.
Apellidos ligados a la burguesía malagueña
La historia de los Krauel entronca con la de otras familias de extranjeros que llegaron a Málaga entre los siglos XVIII y XIX y que terminaron formando parte de la burguesía empresarial de la época. El patriarca Krauel se casó con Ana Joaquina O'Brenan Gimel, hija de un católico natural de Irlanda. El apellido pasó a escribirse posteriormente como Brenan. Uno de sus descendientes, Carlos Juan Krauel Molins, se casó con Tecla Gross Príes Gayen Scholtz, uniendo a partir de entonces los cinco apellidos. Los Gross proceden de un cónsul inglés llegado a Málaga en el XVIII; la familia Gayen procede en la misma época de un comerciante y armador que solía frecuentar Málaga; los Príes, oriundos también del norte de Alemania, llegaron a Málaga para trabajar en los negocios vitivinícolas, al igual que los Scholtz, llegados a Málaga desde Berlín para el negocio del vino. Dos miembros de esta familia donaron un conjunto de vidrieras a la catedral de Málaga.
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