La Recova: artesanía, antigüedades y producto malagueño que enamora a locales y extranjeros en Málaga
Hay más de uno que se acerca a La Recova, curioso, al ver cómo la gente se agolpa en la puerta. Lo que parece desde el exterior un lugar diferente, repleto de artesanía y antigüedades, por dentro es una pequeña taberna muy peculiar, atiborrada de artilugios que te transportan a otra época. La Recova es un enclave diferente, donde la artesanía, las antigüedades y la gastronomía más malagueña, la de siempre, sigue palpitando al servicio de los de aquí, de los locales, de los malagueños.
El tipismo recorre cada rincón de este local de Pasaje Nuestra Señora de los Dolores de San Juan, 3, donde desde 2010, Laura Santos está al frente de lo que iba a ser su válvula de escape. Cansada de su trabajo en el sector financiero, la malagueña decidió emprender y dio con este pequeño local escondido en el centro de Málaga en el que iniciar un sueño, el de tener su propia tienda de artesanías, cada vez menos inusual ante la abundancia de souvenirs en el casco antiguo.
"Empezamos así con una tienda de artesanía, justo al lado de Ultramarinos La Malagueña. Arrancamos primero con la cerámica, con artesanía de toda clase. Empezamos con la mitad del local, y en la otra daban comida de estraperlo, principalmente a conocidos y a amigos. Vendía también salchichón, bacalao, de todo", nos cuenta Laura, que vio una oportunidad de ampliar su negocio cuando se jubiló este negocio con el que compartía parte el local: "Cuando se jubiló cogimos su parte del local para seguir ampliando el negocio pero no con la idea del bar. Mi marido, Antonio, trabajaba en la hostelería y decidió dejarlo para venirnos los dos aquí".
Fue entonces cuando se dieron cuenta Laura y Antonio Puente que mucha gente venía preguntado por ese servicio de estraperlo y esos productos malagueños: "Seguía mucha gente buscando a este hombre, para la comida, para el salchichón... Fue cuando nosotros empezamos a traer productos de alimentación malagueña. La gente empezó a venir, empezamos con degustaciones para probar, fuimos aumentando, eso fue creciendo y decidimos ir para adelante. Queríamos un desayuno de siempre, zurrapa, chicharrones y esas cosas. La idea es comer como en casa de la abuela, las costumbres, lo mismo de siempre. Tenemos lo de aquí, lo que nos salvó durante la pandemia era que siempre pensamos en el público local, y resultado que lo local le gusta también al extranjero".
Y es que en La Recova se han hecho diferenciar por sus desayunos de toda la vida, tradicionales, con producto local y hecho por ellos. La ecuación parece sencilla. Café a máquina, una gran rebanada de pan de hogaza y hasta siete condimentos para ella en porciones pequeñas presentados en una huevera: zurrapa de lomo, sobrasada, chicharrones y mermeladas variadas como la de manzana, zanahoria o melocotón, además de tomate triturado y mantequilla. Esto último es lo único que no hacen casero en La Recova, todo un lujo para el consumidor. Todo esto por un precio más que competitivo en el centro de la ciudad.
Lo típico, lo de toda la vida, lo malagueño, se extiende también al almuerzo, con tapas y platos variados, además de un económico menú. Desde callos con garbanzos a lomo al moscatel, pasando por berzas, tomate con atún, tortilla de patatas y todo tipo de embutidos. Para muchos es un viaje al pasado, a casa de sus abuelos. Laura reconoce que el menú y la carta dependen mucho del viaje al Mercado de Atarazanas que hace cada día Antonio, el que está al cargo de la cocina y el que se encarga de que todo sea casero. Cuentan además con vino moscatel y vermut de Málaga entre su carta de bebidas.
"Antes era al revés, venían a comprar y se quedaban a comer o picar algo. Ahora se conoce más la parte del bar, pero la otra parte tengo mi clientela que viene siempre y a los extranjeros, que les gusta mucho. Todo lo que tengo, tengo mucha variedad, todo hecho a mano en Andalucía, de Almería, Granada, Córdoba, Jaén...", dice Laura sobre la parte artesanal, con la que mantiene una clientela fiel, local, y recuerda que también tuvieron su boom gracias a Tripadvisor, una aplicación que ni conocían en aquel momento: "Empezaron a ponernos referencias muy buenas y no sabíamos ni el porqué. Japoneses, chinos... venían todos aquí 'Hombre si es que estáis en el número 1', nos decían. Ahora ya es más por el boca a boca. Que como es algo tan diferente. Uno se trae a los amigos y tal. Para ver algo diferente...".
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