Málaga seduce al Financial Times
El prestigioso diario británico dedica un artículo a "la positiva evolución" que vive la ciudad
Málaga/Cuando el periodista británico Paul Richardson visitó la capital de la Costa del Sol quedó seducido por el encanto de sus calles, la apuesta cultural de la ciudad y los sabores de la gastronomía malagueña. Una Málaga que nada tiene que ver con la de 15 años atrás, la ciudad que una vez “vivió de espaldas al mar y que ahora disfruta de una transformación que la hace un excelente lugar para quedarse”.
Y es que el prestigioso periódico británico Financial Times ha dedicado a través de la visión de Richardson un reportaje que premia a la ciudad como un destino turístico de “primera clase”. El periodista habla en el artículo de cómo la capital de la Costa del Sol era ignorada por los turistas hace tan solo 15 años, cuando desde el aeropuerto se dirigían directamente a ciudades como Marbella, Torremolinos y Fuengirola.
Eso ha cambiado, asegura el británico, que describe la ciudad a través de un recorrido por sus calles con la plaza de La Merced como punto de salida. La Alcazaba, el Teatro Romano, la Plaza de Toros de La Malagueta o el Muelle Uno aparecen descritos en sus líneas.
El periodista, que contactó con el alcalde, habla de la “visión estratégica” que desarrolló Francisco de la Torre en su apuesta por la vida cultural de Málaga, dando especial importancia a la marca Málaga, ciudad de museos. Donde habita el arte. Hace un repaso por el inicio de ese auge de las pinacotecas en la ciudad con el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), el Museo Picasso, la Colección del Museo Thyssen, el Centre Pompidou, el Museo Ruso y el patrimonio arqueológico que aguarda el Museo de Málaga.
Tampoco se libra de este reportaje el tan aclamado Teatro del Soho CaixaBank, reabierto en 2019 por “el famoso hijo de Málaga”, Antonio Banderas. Una Alameda Principal renovada le lleva hasta el Mercado de Atarazanas, cuyos productos “pueden competir con lo mejor de Barcelona”. El periodista habla de su encuentro con la famosa bodega de El Pimpi, “llena de barriles ennegrecidos por el tiempo y carteles de corridas de toros descoloridos”.
Tampoco falta el pescaíto frito en alguno de los chiringuitos que hay frente al mar de Alborán. Las buenas temperaturas y el sol son otro importante valor añadido para la ciudad, dice Richardson. “Málaga está en racha y eso es algo que nadie puede negar, pero el alcalde asegura que la ciudad no tiene ambiciones de conseguir un boom turístico parecido al de otras ciudades españolas como Barcelona”. Lo que se quiere es “turismo de calidad”, pone en boca de De la Torre.
El periodista británico concluye su reportaje con un almuerzo en el Chiringuito María, en la playa de la Misericordia, donde coincide con sus dueños en que nada tiene que ver la Málaga de hoy con la de hace 15 años.
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