Miradores de Málaga: los otros puertos de la ciudad
Redescubriendo la capital
Atalayas desde donde vislumbrar el parque natural de los montes malagueños
Y además un 'bonus track' de regalo en pleno corazón capitalino
Que el Parque Natural de los Montes de Málaga es el corazón y a la vez pulmón verde de la localidad no se le escapa a nadie.
Que cuenta con innumerables sendas y rutas de las que disfrutar y por donde practicar un respetuoso senderismo sin romper la actual restricción perimetral entre localidades, tampoco.
Caminos y trazados que se pueden combinar de manera ilimitada entre sí y que nos conducen a cuantiosos miradores desde los que disfrutar de la belleza de estos montes malagueños.
En plena cuenca del Guadalmedina, el paisaje que nos descubren estos puertos de montaña está cruzado por extensos arroyos, por una flora y una fauna que nos hace olvidar el antropoceno y por los restos de un pasado que nos hablan de nuestra historia y que nos vuelven a recordar el antropoceno de todas todas.
Sea como fuere, cada persona que sube a uno de estos enclaves busca una cosa distinta, tal es la belleza de la infinita condición humana. Rindamos honor a esa condición siendo respetuosos y civilizados si decidimos observar la hermosura panorámica de Málaga desde estas atalayas naturales.
Mirador del Palomar
Encontramos el mirador del Palomar en las proximidades del ecomuseo Lagar de los Torrijos, un mirador que posee este nombre gracias a la construcción que corona el lugar: un antiguo palomar rehabilitado.
Una maravillosa vista de los bosques de pino carrasco que llenan el paisaje nos aguarda desde esta atalaya, lo que nos recordará la función de bombona de oxígeno que los Montes de Málaga realizan.
El verde llenará nuestras pupilas, pero si no somos miopes del todo, con un poco de atención podremos intuir el recorrido del arroyo Chaperas que cuenta con una ruta muy recomendable de la que nosotros ya hemos hablado en otro reportaje.
Como decíamos, justo por debajo del mirador del Palomar, observamos el Lagar de los Torrijos, construcción del siglo XIX dedicada en su tiempo a la elaboración de vinos, un lugar lleno de historia y que conserva la esencia de lo que fue.
Mirador Martínez Falero
El mirador Martínez Falero es otro puerto de montaña desde donde poder vislumbrar la geografía que forma parte de la cuenca del río Guadalmedina.
Una atalaya desde donde imaginar el paisaje repleto de flora que lo rodea completamente pelado. Porque así estaban los Montes de Málaga debido a las talas masivas que se realizaron para general campos de cultivos y antes de su reforestación, lo que provocaba unas fuertes avenidas del río que se traducían en inundaciones arrolladoras en la capital malagueña.
Con la enorme masa forestal que se ve desde el mirador Martínez Falero no es fácil imaginar tal cosa, pero así era como se encontraba a principios del siglo pasado este paisaje.
De hecho, todavía es posible encontrar en los montes malagueños las ruinas de antiguos lagares, restos del pasado agrícola de esta zona.
¿Y quién redactó el proyecto que acabaría en gran medida con estas inundaciones catastróficas? Pues el ingeniero de montes Martínez Falero, que sería el director del proyecto de corrección hidrológico y forestal.
Hoy, Falero podría comprobar el fruto de su trabajo desde el mirador que lleva su propio nombre, observando cómo las encinas, los alcornoques, los madroños y los quejigos han vuelto a ocupar el lugar que les corresponde.
Mirador de Francisco Vázquez Sell
Como el resto de miradores, encontramos el mirador de Francisco Vázquez Sell en pleno corazón del Parque Natural de los Montes de Málaga, con amplias vistas y desde donde se puede disfrutar del vuelo de aves rapaces en primavera y otoño.
Y es que este enclave es uno de los recomendados por la Junta de Andalucía para observar este tipo de especies.
De hecho, en 2006 fue acondicionado este mirador y el día de su inauguración se soltaron tres aves rapaces como conmemoración: un milano negro, un águila calzada y un búho real.
Además, desde esta atalaya se puede ver una amplia panorámica de Málaga y en la zona se encuentra una balsa de agua con helipuerto.
También en este punto arranca un pequeño sendero que nos conducirá al siguiente mirador: el de Pocopán.
Mirador Pocopán
También hemos hablado en un reportaje previo de la senda que conduce al mirador de Pocopán.
Este mirador recibe su nombre de un antiguo caserón hoy derruido que se encontraba en la zona y que poseía este apelativo debido a que su propietario de entonces aseguraba que su cortijo era de "mucho vino y de poco pan". Y es que, recordemos, la vid era el cultivo más abundante, mucho más que el trigo, antes de que la filoxera acabara con esta industria a finales del siglo XIX.
Desde el mirador de Pocopán se pueden ver algunas de las sierras más importantes de la provincia de Málaga, como el Jobo, Camarolos, las Cabras, el Torcal de Antequera o los tajos de Gómer y Doña Ana, es decir, que ofrece una extraordinaria panorámica y unas vistas únicas en este espacio protegido.
De los cinco arroyos principales que surcan este espacio, se divisan las cuencas del arroyo Humaina y del arroyo de los Frailes.
Mirador del Cochino
Desde el mirador del Cochino también se disfruta de maravillosas vistas de todo el enclave natural y de la ciudad de Málaga.
Recibe este nombre debido a la escultura de un jabalí que corona la atalaya y que está realizada por F. Martín. Hecha con restos de chatarra encontrados los Montes de Málaga, nos recuerda lo poco cívicos que son algunos indeseables.
Para llegar a este mirador existen algunas rutas y caminos muy recomendables, y de los cuales ya dimos cuenta en un reportaje anterior.
Mirador de Gibralfaro
Sí, lo sabemos: el mirador de Gibralfaro no está en los Montes de Málaga, pero lo incluimos aquí por si alguno quiere disfrutar de hermosas vistas de la capital sin tener que andar mucho.
Porque al mirador urbano de Gibralfaro se llega por caminos muy fáciles de seguir.
En pleno corazón elevado de Málaga capital, la vista que ofrece este punto situado a 130 metros de altura sobre el monte Gibralfaro y junto a la Alcazaba quita el hipo.
Descubrir Málaga desde el mirador de Gibralfaro es una experiencia inolvidable: desde esta atalaya se contempla una de las imágenes más tradicionales de la capital, con la plaza de toros de la Malagueta y el Paseo del Parque en primer plano.
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