8M: 8 Mujeres de la Historia de Málaga

Día Internacional de la Mujer

El papel femenino en la historia de la provincia está siendo cada vez más reconocido

Pero todavía queda un largo camino por recorrer

María Zambrano y su obra, en una ilustración de Rosell. / Rosell
Francisco M. Romero

05 de marzo 2020 - 08:30

El Día Internacional de la Mujer, el 8M, está a la vuelta de la esquina. Y si para algo sirve este día es para reconocer la contribución que las mujeres han desempeñado a lo largo de las páginas más ocultas de la Historia, pero que han configurado el presente de la provincia de Málaga.

Son innumerables las mujeres que han participado en el devenir de Málaga, de manera silenciosa o notoria, en el ámbito social o político, desempeñando trabajos o profesiones que les estaban vetadas, pero siempre abriendo camino, adelantándose a su tiempo.

Mujeres a reivindicar y que, paso a paso, encuentran el reconocimiento que merecen y cuya labor se esconde en cualquier rincón de Málaga en el que posemos nuestra vista.

Amalia Heredia y Livermore (Málaga, 1830 – 1902)

Amalia Heredia y Jorge Loring, tras ella, mientras jugaban a las cartas. Posiblemente al chinchón.

El Jardín Botánico de La Concepción es hoy una de las joyas verdes más valiosas de toda Europa. Sus casi 160 años de existencia le han valido para atesorar más de 5.000 plantas de unas 500 especies tropicales y subtropicales distintas y fue gracias al empuje de Amalia Heredia que podemos disfrutar de este bello jardín.

Casada con Jorge Loring Oyarzábal fue Amalia la que tuvo el papel más relevante en la creación de este espacio irrepetible. Para ayudarla a plasmar su idea contrató a un jardinero francés llamado Chamousst y, cuenta la leyenda, gracias al comercio exterior de la importante flota que poseía la familia Heredia se fue enriqueciendo la colección botánica de la finca con especies traídas en barco de todos los rincones del mundo.

Sin embargo, la realidad es que las plantas llegaron de diferentes viveros y jardines europeos gracias a los contactos de Chamousst.

Trinidad von Scholtz-Hermensdorff (Málaga, 1867 – Viena, 1937)

La Duquesa de Parcent fue una aristócrata que ejerció el mecenazgo en diversas formas. Algo no muy alejado de lo que se podría esperar de una duquesa, pero es que también fue una de las primeras mujeres que ocupó un escaño en el Congreso, en 1927, designada por Primo de Rivera.

Gran aficionada al arte, coleccionó importantes piezas en sus viviendas de Ronda y Madrid en las que celebraba reuniones de intelectuales de la época.

Fue la impulsora de la Sociedad Española de Amigos del Arte con la finalidad de promover las industrias artesanales españolas, organizar exposiciones y favorecer las donaciones a los museos.

Las exposiciones de esta sociedad tuvieron un gran éxito y en Ronda creó el Centro Benéfico Docente de Ronda, una Escuela de Artes y Oficios, donde maestros artesanos ayudaron a dar fama y difundir las manufacturas de España.

Isabel Oyarzábal Smith (Málaga, 1878 – Ciudad de México, 1974)

La polifacética Isabel Oyarzábal.

El nombre de Isabel Oyarzábal Smith va dejando, poco a poco, de ser el de una desconocida en la Málaga que la vio nacer. A ello han contribuido en los últimos años el rescate de algunos de sus títulos fundamentales o la decisión de bautizar con su nombre la sala de conferencias habilitada en la antigua sede de la Diputación, en la plaza de la Marina.

Oyarzábal, traductora, periodista, escritora, actriz y diplomática, fue una pieza esencial en la constitución de los primeros movimientos feministas del pasado siglo en Europa, a los que inspiró y a cuya consolidación contribuyó con numerosas actuaciones.

Sabina Muchart Collboni (Olot, 1858 – Málaga, 1929)

Sabina Muchart nació en Olot, pero ejerció de fotógrafa en Málaga desde 1887 a 1928. De orígenes humildes, la Tercera Guerra Carlista obligó a parte de su numerosa familia a emigrar a la capital malagueña.

En un primer momento su familia regentó una tienda de telas que fue a la quiebra. Por vicisitudes de la vida (y por requisitos legales), sus hermanos abren un estudio fotográfico a nombre de la propia Sabina, que no tenía ningún impedimento legal, en la plaza de la Constitución.

El resto es historia: Sabia se hizo cargo del negocio y a lo largo de los años desarrolla una fructífera labor como fotógrafa e incluso como fotoperiodista. De hecho, fotografío en 1900 el hundimiento del barco alemana que, tras golpear el espigón de levante del puerto de Málaga, se fue a pique.

Teresa Azpiazu y Paul (Cádiz, 1862 – Málaga, 1949)

La primera concejal de Málaga.

La primera mujer en sentarse como concejala en el Salón de Plenos de la Casona del Parque. Ahí es nada. Lo hizo en el año 1924, en plena dictadura de Primo de Rivera y bajo el mandado del entonces alcalde Gálvez Ginachero. Y continuó desempeñando el papel de edil durante seis años, un periodo en el que compartió escenario con hasta cuatro regidores diferentes.

La trascendencia de Teresa Azpiazu y Paul, una política adelantada a su tiempo que abrió un camino por el que posteriormente han deambulado otras muchas féminas, se sumó a una importante labor como educadora y persona vinculada a la cultura. Fue directora de la Normal de Maestras, que era una institución referente en la ciudad y una defensora de los derechos de la mujer, que no quería otra cosa que lograr que la mujer ejerciese una profesión en igualdad de condiciones con los hombres.

Además, junto a estas tareas hay que reseñar su participación como miembro de la Academia de Ciencias, escritora, conferenciante, que incluso participó en lo que por aquellos años se llamó instituto de anormales, pero que hoy sería reconocido como educación especial. Quizá, esta sea su enorme contribución, algo tan adelantado a su tiempo que no deja de resultar fascinante e inspirador.

Concepción Lazárraga Abechuco (1892 – Málaga, 1967)

De Concepción Lazárraga hay muy poco escrito: en el Archivo municipal de la capital consta que llegó a Málaga en 1899, con sólo 7 años, y que, pasado el tiempo, y tras cursar estudios de Farmacia en Granada, completó su educación en Berlín y EEUU.

Lazárraga abrió su laboratorio farmacéutico en la calle Santa Lucía, convirtiéndose en la primera mujer farmacéutica de la ciudad.

Su dominio de las lenguas convirtió su botica en paso imprescindible para todos los extranjeros que en aquella época visitaban la ciudad.

María Zambrano Alarcón (Vélez-Málaga, 1904 – Madrid, 1991)

Una pensativa Maria Zambrano.

Ciertamente, el nombre y la figura de María Zambrano no es el de una gran desconocida para los malagueños. Si acaso de oídas, más más que menos, a todos nos suena el nombre de esta pensadora, filósofa y ensayista malagueña.

Sin embargo, no está de más recordar a esta valiosa mujer que dejó una obra extensísima, profunda, en la que su implicación social y cívica se conjugó con un pensamiento y una sensibilidad poéticas incomparable.

Una obra, una vida, que no fue reconocida en España hasta el último cuarto del pasado siglo, tras un largo exilio que forjó el carácter y el estilo de Zambrano.

Por suerte, en vida, aunque ya anciana, recibió los dos máximos galardones literarios concedidos en España: el Premio Príncipe de Asturias, en 1981, y el Premio Cervantes, en 1988.

Victoria Kent Siano (Málaga, 1891 – Nueva York, 1987)

Un clásico entre los clásicos de la selectividad: todo el mundo en Málaga conoce a Victoria Kent y que fue, durante la II República, nombrada por el gobierno provisional directora general de prisiones.

Abogada y política, fue la segunda española en colegiarse, la primera en ingresar en el Colegio de Abogados de Madrid, en 1925, durante la dictadura de Primo de Rivera, y la primera mujer del mundo que ejerció como abogada ante un tribunal militar. Unos logros que bien merecen una estación de tren.

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