El Valle del Genal
Una parte del Valle del Genal.
M. Á. G.

01 de diciembre 2022 - 14:22

En plena Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga, se encuentra el Valle del Genal, un paraje natural de casi 500 kilómetros cuadrados que recibe su nombre por el paso del río Genal y el curso que deja a su paso. Son 15 municipios, 15 pueblos blancos (no todos) los que rompen con vasto terreno que en estos días, en otoño, cobra un color cobrizo espectacular gracias a los numerosos castaños que reinan por la zona y que otorgan identidad y que transforma su gastronomía.

Del Alto al Bajo Genal pasamos por Igualeja, Pujerra, Parauta, Cartajima, Júzcar, Faraján, Alpandeire, Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Benarrabá, Gaucín, Jubrique y Genalguacil, 15 pequeños municipios encerrados en el Valle del Genal entre las montañas de la serranía y los incontables castaños. La visita en estas fechas a cualquiera de sus pueblos (o varios) es fascinante para los sentidos: la vista, el olfato, el gusto... Cada camino es diferente y repleto de naturaleza, ya sea en coche –el trayecto hasta llegar a algunos de los pueblos es una paleta de colores otoñales: marrones, amarillos, rojos, ocres...) o a pie, cada sendero es un gustazo.

Sin lugar a dudas, uno de los pueblos que más protagonismo ha ganado en los últimos años es Júzcar. Desde 2011, cuando fue elegido como ubicación para estrenar y promocionar la película de Los Pitufos y se tiñó todo el pueblo de celeste, celeste pitufo. Mantiene ese color y su esencia hasta la fecha y es un gran reducto también de gastronomía con el gran producto de la zona, la castaña. El Hotel Bandolero y su restaurante, La Bodega del Bandolero, son recomendaciones de la Guía Repsol, principalmente por todo lo que disfruta el paladar en torno a la castaña –prueben encarecidamente el flan de castaña–.

Júzcar, Málaga, conocido comúnmente como 'pueblo de los pitufos'
Júzcar, Málaga, conocido comúnmente como 'pueblo de los pitufos'

Al noreste del Valle de Genal, como su particular Triángulo de las Bermudas, están Cartajima, Parauta e Igualeja. Recientemente han organizado sus fiestas en torno a la castaña, son pueblos dónde su producción es altísima y donde también nace el río Genal, concretamente en Igualeja. Las calles de este pueblo hipnotizan. La ruta del mismo río lleva más al sur hasta Pujerra, posiblemente el mayor productor de castaña de la zona, prueba de ello es que tiene entre sus calles el Museo de la Castaña. Una ruta por sus bosques llena el alma. Aquí, otra recomendación gastronómica de la Guía Repsol, Nómada del Genal, un pequeño bar que cuenta con tapas elaboradas con productos de la comarca.

Alpandeire es otro de esos pequeños municipios de la zona repleto de cuestas y calles estrechas. Entre ellas se avista una de las iglesias más interesantes de la zona, la de San Antonio de Padua, con momias con más de 300 años de antigüedad. La Casa Grande, en calle Barranco, 76, es un hotel-restaurante que está también entre las recomendaciones de la Guía Repsol: descanso y carga de pilas.

El Bajo Genal

Uno de los municipios de la zona con menor densidad de población es Atajate, que cuenta también con una característica peculiar: sobre las puertas de sus viviendas, sobre un azulejo se rinde culto a las mujeres del pueblo con aquellos nombres y apodos que se han conocido tradicionalmente. Benadalid y su castillo cementerio no queda lejos, tampoco Benalauría y su Museo Etnográfico. Gaucín sigue carretera abajo con su Castillo del Águila, visible desde la carretera. Aquí paramos en otra recomendación de la Guía Repsol, el hotel-restaurante La Fructuosa.

Uno de los Encuentros de Arte de Genalguacil.
Uno de los Encuentros de Arte de Genalguacil. / Javier Flores

Esta zona es un punto central de setas en la comarca, los senderos y bosque de Algatocín o Benarrabá son muestra de ellos, también su calles con claro acento morisco. De hecho se puede recorrer hasta llegar al Arroyo Hondo, que tras cruzar su puente tiene parada en Genalguacil, el pueblo del arte contemporáneo. En sus calles se pueden ver esculturas de diferentes artistas que paran en el pueblo una vez al año con los Encuentros de Arte. Jubrique es un gran punto de inicio de varias rutas senderistas que harán las delicias de los que aman la naturaleza. De hecho, la de las Pasarelas del Genal, reconecta con la paz del bosque y dan por finalizado el trayecto.

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