Robert Lantsoght, un restaurante en Málaga y la locura por el golf que aparece el libro Guinness de los récords
Fue en 1992 cuando Casa Roberto, el restaurante del centro de Fuengirola que regentaba Robert Lantsoght, acabó entrando en el libro Guinness de los récords gracias a la pasión por el golf de este belga que se enamoró de la Costa del Sol. La increíble colección de palos de golf de Lantsoght le permitió acceder en el prestigioso libro de los récords gracias a los 4.393 palos de golf que se han cuantificado desde Guinness World Records por última vez, el 16 de octubre de 2002. Hoy son cerca de 6.000 la colección que continúa Robert Lantsoght Jr., hijo de Robert Lantsoght que falleció hace unos años.
La locura de Robert Lantsoght comenzó cuando recibió una bolsa de palos de golf como regalo, un juego completo que le sirvió para encender una bombilla en su interior. Era un amante del golf y desde aquel momento iniciaría un proyecto personal que tomó forma en 1992, cuando superó el anterior récord que contaba con 2.900 palos de golf, en Sant Andrews, Escocia.
Casa Roberto, que llevaba abierto desde el 68, pasó a conocerse en los 90 por los palos de golf que cuelgan del techo del restaurante, un rincón para amantes del golf que llegan de lejos o para aquellos que están asentados en Málaga. Extranjeros, nacionales o locales, el golf es el nexo en común de este local que desde hace ya algunos años regenta Robert Lantsoght Jr. tras el fallecimiento de sus padres.
A día de hoy continúa con la colección con la que ya acumula más de 5.600 palos de golf en Casa Roberto y donde ya difícilmente caben más piezas nuevas pese a las dos plantas que conforman el local, el récord el mundo está completamente asegurado. Además, no es lo único diferente que tiene este restaurante y es que en sus paredes se pueden apreciar firmas de sus clientes que cifran en más de 20.000, otra característica única. Personas anónimas y alguna que otra gran personalidad, especialmente de golfistas, dan nombre a sus paredes.
Tomar una cerveza bien fría, almorzar en familia o cenar con amigos es algo muy especial incluso para aquellos que no tienen el golf entre sus aficiones, lugares que merecen una visita no sólo por su excepcionalidad única en el mundo, sino por la magia de este rincón fuengiroleño. De hecho, algunos de los palos que se pueden encontrar en Casa Roberto son de grandes estrellas de este deporte como el mítico Seve Ballesteros, José María Olazábal o Alejandro Cañizares.
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