Ruta al cerro Alaminos y Barranco Blanco: de lo alto a lo bajo en Coín
Redescubriendo la provincia
Visita estos espacios naturales siempre respetando las medidas anti-Covid
Además, cómete un buen par de tomates huevo de toro coínos
Vamos a decirlo bajito para no espantar el asunto: cada vez somos un poquito más libres y ahora podemos ir a ver al tío de Granada que antes era nada, pero que ahora se nos antoja una visita impostergable.
Mayor libertad de movimiento, un incremento notable entre las actividades que hacer en el fin de semana y un clima que, día a día, mejora como corresponde a la época primaveral y que es perfecto para seguir practicando rutas senderistas.
Unas sendas que en esta ocasión nos llevará a dos rincones singulares de Coín: el mirador del cerro Alaminos y el espectacular y casi mundialmente famoso Barranco Blanco.
Además, of course, no nos iremos de Coín sin meternos entre pecho y espalda unos buenos tomates huevo de toro, deliciosos a la par que de tronchante nombre.
Mirador del cerro Alaminos
Comencemos por lo alto: en Coín nos tropezamos con el mirador del cerro Alaminos, una atalaya natural que nos muestra la principal característica del paisaje coineño: la diversidad y los contrastes. La sierra, el valle, la huerta y la abundancia de agua, que surge en manantiales, ríos y arroyos, hacen de Coín uno de los lugares más hermosos del Valle del Guadalhorce.
Entre los macizos de Mijas y Sierra Bermeja nos encontramos con los llanos del Nacimiento desde donde llegar al cerro Alaminos, un lugar perfecto para otear el horizonte por los cuatro costados. Desde allí la vista alcanza sin problemas la costa de Fuengirola, la Sierra de Mijas, la desembocadura del Guadalhorce y los Montes de Málaga.
Rodeado por bosques de coníferas, en su zona sur y oeste proliferan los barrancos profundos y las fuertes pendientes. Todo un espectáculo para dejar boquiabierto al más pintado.
Barranco Blanco
Y seguimos por el fondo: Barranco Blanco compone una de las rutas más cortas de Málaga, pero si aún queda un lugar hermoso en la naturaleza de nuestra provincia, de aguas cristalinas, piedras blancas y vegetación generosa, es esta zona donde el río Alaminos ofrece refugio a nutrias, barbos, sauces, madreselvas y a todas nuestras esperanzas de un medioambiente más protegido.
El río Alaminos es resultado de la unión de varios arroyos provenientes de Sierra Alpujata que, a su vez, al descender desde gran altura y pendiente, ha creado este cañón llamado Barranco Blanco o Tajo Rayo.
Este río, de caudal permanente porque se surte del acuífero del macizo de Mijas, es el principal afluente del río Fuengirola. Estamos en un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), un paraíso natural entre Alhaurín el Grande y Coín.
Debemos recordar que los baños en las pozas de agua de esta senda fluvial siguen prohibidos: el camino se puede realizar sin problemas, pero, como en todas partes, respetando las medidas sanitarias para evitar la expansión del coronavirus. De todos modos, todavía hace demasiado fresquito para darnos un chapuzón en medio del campo.
La dificultad para moverse en este entorno es muy baja, por lo que es ideal para recorrer con toda la familia ya que el recorrido tiene un buen acceso.
Saltos de agua y pozas de aguas cristalinas forman parte de este cómodo itinerario que acaba en el llamado charco del Infierno. Esta zona, con un nombre como salido de una mala novela de espada y brujería, es un lugar idílico donde cae una doble cascada.
El contraste entre el blanco de las calizas y los mil verdes de la vegetación añaden encanto al lugar, hábitat de diversas especies protegidas.
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