Algunos de los platos de Tragatá.
Algunos de los platos de Tragatá. / Goma Brand Narratives

Recomendado por la Guía Repsol y su consiguiente mención en la Guía Michelin son los reconocimientos gastronómicos que porta a día de hoy Tragatá, el niño pequeño de Benito Gómez, uno de los dos únicos chefs que pueden decir que tienen un restaurantes con dos Estrellas Michelin en Málaga, con su restaurante de alta cocina Bardal. Tragatá es una versión mucho más tabernera, un gastrobar donde la cocina se cuida al milímetro y cada visita es un viaje culinario al interior de cada uno. Recientemente, tras una pequeña reforma también en el local, cambió algunos elementos de su carta.

Si en un restaurante o reservas mesa o es imposible comer allí, es buena señal. Tragatá es uno de ellos, de los que conviene hacer reserva previa para asegurarte una velada sin complicaciones y, desde luego, merece la pena. Y es que en Tragatá se come de manera excelente pero también se bebe de lujo. Su carta de vinos es tan amplia y alargada que abruma, y siempre es recomendable echar un ojo a las más de una veintena de referencia rondeñas que tienen, como Descalzos Viejos Roble, Perezoso, F. Schatz Acinipo, Cortijo Los Aguilares Pago El Espino, Maxx o Vetas Selección.

Tragatá es uno de esos rincones gastronómico donde te apetece ir pidiendo esto y lo otro, donde probar la carta completa se convierte en un pequeño reto, repleto de gozo y disfrute, donde nunca fallan algunos de sus clásicos más descartados como su reconocida ensaladilla rusaensaladillarusa, sus coquetas croquetas o la bomba de salmorejo que te explota en el paladar. Es también un lugar donde conviene dejarse llevar, por lo que escuchar las recomendaciones de sus empleados es siempre un acierto, ¿quién conoce mejor la carta que ellos?

Para comenzar, una la sardina ahumada y mantequilla de oveja o el mollete de Benaoján con pancita ibérica, col, mayo chipotle y cilantro son siempre un acierto. Seguir con el guiso de morros y patas de ternera o alguna de las tortillas de patatas jugosas, con pancita adobada y pimiento fritos o la de ortiguillas fritas, son para gozarlo. Evidentemente su ensaladilla rusa debe estar en cualquier comanda, principalmente porque fue reconocida como la mejor de España en 2021, y eso no es baladí: lleva patata nueva machacada con tenedor, judía verde, huevo duro, zanahoria, ventresca de atún y tiene aristas de encurtidos y picantes. ¿Alguien ha dicho callos? Tienen los mejores del mundo.

La cazuela de bacalao con tomate o la paletilla de chivo son excepcionales, también su burger-tá o la lubina frita con toque asiático. También cuentan con carnes a la brasa al kilo que son diferenciales y los postres, ay los postres. Son un gustazo tanto el melón mojito, su flan o la tarta de chocolate. En Tragatá no falla nada y menos con las últimas opciones que se han añadido a su carta como son el sashimi de atún rojo, la pipirrana, tomate con ventresca de atún rojo, la cazuela de bacalao con tomate, la cabeza de cochinillo confitada y el turnedo Rossini.

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