El castaño santo de Istán y otros cuatro árboles centenarios a los que rendir culto en la provincia de Málaga

Ronda los mil años de antigüedad, su vida se apaga y se estima que es uno de los ejemplares más viejos de la provincia

Sus dimensiones son espectaculares: 22 metros de diámetro en su base y más de 24 metros de altura

Bautizado por la leyenda de una misa bajo sus ramas en la que Fernando el Católico rezó por sofocar una rebelión en la zona de Sierra Bermeja

El Castaño Santo, en el municipio malagueño de Istán
El Castaño Santo, en el municipio malagueño de Istán / M.H.

Durante, al menos, 20 años los vecinos y ecologistas de la zona han demandado que se declare monumento natural. La Junta de Andalucía inició hace menos de un año los trámites, pero su fama y su estado han llegado a un punto en el que no se sabe cuánto durará y tiene el cariño de vecinos y visitantes. El castaño santo de Istán está considerados uno de los árboles más viejos de la provincia de MálagaMálaga. Se estima que tiene entre 800 y mil años y sus dimensiones, a pesar de lo ajado por el paso del tiempo y algunas plagas relativamente recientes, es impresionante: 22 metros de diámetro en la base, más de 15 en su tronco y una altura que supera -superó más bien- los 24 metros. Todo un portento de la naturaleza que se encuentra en una propiedad privada y ha tenido alrededor de él, como cualquier otro castaño, animales de granja y silvestres.

Es además, una excusa perfecta para poder visitar una de la zonas naturales más viejas y bonitas de la provincia malagueña, en las proximidades de la Sierra de las Nieves y de la Sierra Bermeja, a tiro de piedra del bonito Istán y en un enclave de paisajes especialmente bonitos antes de que llegue el verano. Un plan perfecto para quienes disfrutan de pasear por la naturaleza.

La leyenda de Fernando el Católico

En julio de 1501, los reyes de Castilla ya habían censado todos los musulmanes de sus reinos. Además, prohibieron a estos mudéjares entrar en el recién conquistado Reino de Granada en el que se impuso el bautismo forzoso. Al año siguiente esta pragmática se extendería en los reinos castellanos del sur. Aquel mismo año de 1501, los ejércitos de Fernando el Católico participaron en las guerras de la Romaña y Nápoles, entre otros conflictos europeos, pero también tuvo que acudir a la Sierra Bermeja a sofocar un levantamiento morisco. Estabilizada parte de la zona, con Marbella, Benahavís y Daidín como objetivos, cuenta la leyenda que el rey con sus más allegados celebraron una misa bajo un imponente castaño en la que pidieron por la buena marcha de las operaciones militares. Y salieron bien, aunque en las décadas posteriores no faltaron las revueltas en la zona (la de Istán en 1569 fue sonada y aún se conmemora), aquella incursión militar salió como la corona de Castilla esperaba y de ahí llega el sobrenombre que tan ilustre árbol aún conserva: el castaño santo.

Otros cuatro árboles centenarios

  1. Mirto de Benefique: en el parque natural de los montes de Málaga. El mirto (o arrayán) es un arbusto, pero este ejemplar apoyado en una tapia es un árbol con una peana de más de cuatro metros de diámetro y una altura que también supera los cuatro metros. Una bonita manera de entrar a los Montes de Málaga, un espacio cercano a la capital malacitana y con multitud de rutas y miradores. Se estima que el mirto tiene algo más de un siglo de vida.
  2. Pinsapo de Las Escaleretas: Tiene entre cuatro y seis siglos de vida, se calcula que puede dar casi 400 metros cuadrados de sombra y es uno de los ejemplares más antiguos de la Sierra de las Nieves. Está en el término de Parauta, tiene un aparcamiento cercano y un montón de rutas y naturaleza única a su alrededor. Otra excusa perfecta para una jornada entre la naturaleza mejor conservada de la provincia. Su estado, por la edad, no es el mejor; pero sus vistas sí que son de las mejores de todo el entorno: frente al pico más alto de esta sierra. También tiene leyenda: se dice que creció sobre la tumba de una curandera de la zona.
  3. Alcornoque de El Palero: En el parque natural de Los alcornocales, donde hay varios ejemplares únicos y casi tan espectaculares como este árbol de casi ocho metros de perímetro en la base y más de 19 de altura. Otro lugar de alto valor ecológico que visitar con la excusa de ver el alcornoque y que es diferente a los espacios anteriores. Cerca de Cortes de la Frontera.
  4. Olivo de Casaria. En el término municipal de Casabermeja, tiene más de 600 años y un tronco tan peculiar como impresionante: se retuerce sobre sí mismo y tiene una base con diez metros de perímetro. Cercano también a la línea costera de la provincia, domina unos terrenos de cultivo cercanos a almendros. Desde Casabermeja se pueden hacer varios recorridos, pero hay la ruta de Piedras de Cabrera es, sin duda, una de las mejores.
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