De los bandoleros a los sabores autóctonos: historia, cultura y gastronomía de la 'Toscana' de Málaga
Ruta por la Axarquía, su naturaleza, pueblos blancos y gastronomía en una escapada de ensueño
Por esto son conocidos estos pueblos como “la Toscana malagueña”

Viajar al interior de la provincia de Málaga es sumergirse en paisajes que recuerdan a la Toscana italiana o a las islas del Egeo. Entre montañas y valles, el azul del Mediterráneo se combina con un mosaico de verdes, donde almendros en flor, viñedos, olivares y cultivos tropicales dan forma a una comarca de belleza singular: la Axarquía.
Aquí, en el corazón de un territorio marcado por la historia, el arte y la gastronomía, Frigiliana se alza como uno de los pueblos más bellos del mundo. Este rincón, junto a enclaves como La Viñuela o Canillas de Aceituno, ofrece una escapada única entre antiguas historias de bandoleros, senderos naturales y una cocina que ha convertido la zona en destino imprescindible para los amantes del buen comer.
Bandoleros y caminos de la Axarquía
Las carreteras serpenteantes que atraviesan la Axarquía recuerdan los antiguos senderos de los bandoleros del siglo XIX. Nombres como José María el Tempranillo o Luis Candelas resuenan en estas tierras, donde hoy en día moteros, ciclistas y senderistas recorren las rutas que en su día fueron transitadas a lomos de caballos andaluces.
La histórica Venta de Alfarnate, una posada del siglo XVII, mantiene viva la esencia del bandolerismo andaluz. Sus gruesos muros de piedra han sido testigos de innumerables historias y, en la actualidad, es un alto en el camino imprescindible para degustar platos tradicionales como los huevos a lo bestia.
Frigiliana: el encanto de un pueblo blanco
Considerado uno de los pueblos más bonitos del mundo, Frigiliana es una joya enclavada en la ladera de la sierra. Sus calles empedradas, sus fachadas blancas adornadas con geranios y la calidez de su gente transportan a un pasado andalusí que se respira en cada rincón.
Subir por sus estrechas cuestas es un paseo entre miradores, terrazas y pequeños talleres de artistas, donde el tiempo parece detenerse. Para degustar la gastronomía local, lugares como El Adarve o The Garden ofrecen cocina tradicional con vistas inigualables. Y antes de partir, una visita a El Lagar permite llevarse a casa el famoso vino dulce de la zona.
La Viñuela: descanso y gastronomía junto al embalse
A pocos kilómetros de la costa, La Viñuela se erige como un remanso de paz. Junto a su embalse, rodeado de montañas, el B bou Hotel La Viñuela & Spa ha convertido la gastronomía en un arte, con una apuesta firme por el producto de kilómetro cero. Reconocido por su cocina exalta los sabores de la Axarquía con platos como el chivo lechal al horno de Canillas de Aceituno, el frito axárquico con morcilla y mollejas o el gazpacho andaluz con virutas de ibérico y helado de aceite de oliva de Alcaucín.
En el entorno del embalse, senderos y rutas ciclistas permiten disfrutar de la naturaleza. Los más pequeños pueden conocer de cerca la ganadería caprina de la zona, donde se produce el queso de cabra de Periana.
Desde La Viñuela, la carretera desciende entre cultivos de mangos y aguacates hasta la capital de la Axarquía, Vélez-Málaga. Desde aquí, el paisaje cambia de nuevo y el Mediterráneo se convierte en el telón de fondo de una ruta que combina historia, naturaleza y la esencia gastronómica de la comarca. Una travesía por la Axarquía es mucho más que un viaje: es un reencuentro con el pasado, una celebración de los sentidos y una inmersión en una de las tierras más auténticas de Andalucía.
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