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En el corazón del macizo de la Utrera, a escasos 20 minutos de Casares, se encuentra un enclave que mezcla historia, leyendas y una naturaleza imponente: los Baños de la Hedionda. Este balneario de aguas sulfurosas es famoso por sus propiedades curativas, pero también por ser el escenario de relatos que alimentan el imaginario colectivo. Entre las muchas historias que rodean a este lugar, destaca la que afirma que el diablo exhaló aquí su último aliento tras ser expulsado por el apóstolSantiago, dejando el característico olor a azufre que impregna sus aguas. Una leyenda fascinante que, unida a su pasado histórico y arquitectónico, convierte a los Baños de la Hedionda en un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia singular en la provincia de Málaga.
El origen de los Baños de la Hedionda se remonta a la época romana, en el año 61 a.C., cuando las tropas de Julio César, acampadas en la zona durante su enfrentamiento con Pompeyo, descubrieron las propiedades curativas de sus aguas. Según la tradición, fue el propio César quien, tras curarse de una infección herpética, ordenó la construcción del recinto balneario.
Más allá de los relatos históricos, el sitio está impregnado de un halo mágico gracias a las leyendas locales. La más famosa, recogida por diferentes viajeros a lo largo de los siglos, asegura que el agua adquirió su olor a azufre cuando el diablo fue derrotado por el apóstolSantiago. Esta dualidad entre lo histórico y lo legendario otorga a los Baños de la Hedionda una identidad única que trasciende el tiempo.
El recinto de los Baños de la Hedionda es un ejemplo destacado de ingeniería romana adaptada al uso terapéutico. Su estructura, de planta cuadrada, está coronada por una bóveda esférica de pechinas y dos bóvedas de cañón en el lado este. Estas construcciones iniciales fueron posteriormente remodeladas por los árabes, quienes ampliaron los muros y canalizaciones para adaptarse a las variaciones del caudal del manantial. En el siglo XVII se realizaron nuevas obras, continuando hasta finales del siglo XX. Más recientemente, en 2016, se añadieron piscinas naturales que complementan el conjunto histórico, convirtiendo el lugar en un atractivo turístico moderno sin perder su esencia histórica.
Situados en el margen derecho del arroyo Albarrán, los Baños de la Hedionda están rodeados de un entorno natural privilegiado. Desde el lugar, es posible explorar otros puntos de interés, como acequias, puentes y acueductos de época moderna y contemporánea, que reflejan el ingenio humano en el aprovechamiento del agua a lo largo de los siglos.
Para preservar este valioso patrimonio y evitar la masificación, el Ayuntamiento de Casares ha establecido un sistema de reservas durante la temporada alta, que abarca desde junio a septiembre. En este periodo, el aforo está limitado a 24 personas, y las visitas se permiten entre las 12:00 y las 19:00 horas de lunes a viernes, ampliándose hasta las 20:00 los fines de semana. Además, fuera del recinto histórico, existen diversas pozas naturales donde el baño está permitido en cualquier horario, ofreciendo una experiencia más libre y cercana a la naturaleza.
El acceso a los Baños de la Hedionda se realiza siguiendo el cauce del río Manilva. El camino parte del municipio del mismo nombre, pasa bajo el viaducto de la autovía AP-7 y continúa por una senda de tierra que conduce directamente al balneario.
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