Los cuatro bares y tabernas donde tapear y pasarlo bien en Málaga que todo malagueño debe recomendar
La Tranca, Colmado 93, Pimpi Florida y la Antigua Casa del Guardia, rincones imprescindible de Málaga capital
Tapear barato en Málaga es posible: bares donde gozarlo sin mirar la cuenta

En Málaga, el tapeo es más que una costumbre gastronómica: es una forma de vida. Alrededor de una barra, entre vinos, cervezas y platos compartidos, se construyen historias, se fortalecen amistades y se celebra el día a día. En Málaga capital, donde el buen ambiente y la hospitalidad son ingredientes indispensables, existen bares y tabernas que, con el paso de los años, se han convertido en verdaderos templos del disfrute. Rincones donde el alma malagueña se sirve en plato pequeño, pero con grandes emociones, junto a los tuyos. Entre esas barras de referencia, hay cuatro que forman parte del imaginario colectivo de quienes conocen bien la ciudad. Son espacios únicos, con identidad propia, donde el tapeo no solo alimenta el cuerpo, sino también el espíritu. Aquí no hay casualidades: son lugares de culto, frecuentados tanto por locales como por visitantes que acuden recomendados por un buen malagueño.
La Tranca
La Tranca no es un simple bar de tapas, es un viaje al pasasdo, es un reducto de todo lo bueno que debe tener una tabernita malagueña de toda la vida. El local, ubicado en calle Carretería, ha sabido ganarse un hueco en el corazón de quienes valoran el tapeo bien entendido. Música española, ambiente castizo y una barra donde los camareros no solo sirven, también cantan, hacen coros y animan al personal. Su carta incluye tostas, pimientos de padrón, albóndigas y empanadas bautizadas con nombres de grandes divas nacionales, desde Rocío Jurado hasta Marujita Díaz. La mezcla de tradición culinaria y folclore convierte a La Tranca en un bar que no se parece a ningún otro. Cañas, vinos dulces de la tierra y un tapeo que no falla completan una experiencia singular.
Colmado 93
A escasos metros de La Tranca, en la misma calle Carretería, se encuentra Colmado 93. Esta pequeña taberna, con barra reducida pero carácter amplio, ha logrado consolidarse como uno de los puntos neurálgicos del tapeo en el centro de Málaga. No importa lo lleno que esté, la clientela se adapta y disfruta incluso desde la acera. Chacinas, quesos, salazones y ahumados son los protagonistas de su carta. Las tapas y las pulguitas –de esas que sorprenden por su calidad y sabor– han hecho de este rincón una parada habitual para quienes buscan autenticidad y buen producto. Aquí, la materia prima habla por sí sola y cada bocado es un homenaje al paladar, pero lo que realmente reconforta es compartirlo con los tuyos.
Pimpi Florida
Hablar del Pimpi Florida es hablar de uno de los bares más emblemáticos de Málaga. Este pequeño local, donde caben muchas más historias que metros cuadrados, es conocido por ese ambiente cercano, su decoración singular y, sobre todo, por la energía que se respira en cada rincón de su barra. Quienes han estado allí saben que la experiencia va más allá del buen comer. Al cruzar su puerta, es fácil encontrarse entre gambones y gambas al pil-pil, con el pan haciendo de puente entre sabores marineros. La barra funciona como punto de encuentro y escenario improvisado, donde no falta la música, ni la algarabía, ni la tradición de ser alzado entre la multitud como en una procesión, sobre todo en Semana Santa. En sus paredes, fotos de carné y retratos de clientes habituales conviven con la historia viva de la ciudad, del Pimpi Florida. Para muchos, visitar este bar es casi un rito iniciático del buen malagueño. Eso sí, encontrar sitio puede ser una hazaña: su apertura, a las 20:30, marca el inicio de largas colas desde prácticamente una hora antes.
Antigua Casa de Guardia
Y qué decir de la Antigua Casa de Guardia, ejemplo de historia y tradición.. Fundado en 1840, este local se ha mantenido fiel a su esencia y sigue siendo una referencia para locales y turistas, un punto de partida, un lugar de encuentro. Su ubicación en el centro histórico y su aspecto tradicional lo convierten en un lugar imprescindible para entender la cultura vinícola y gastronómica malagueña. Su barra de madera, sus botas a la vista y su carta escrita con tiza sobre la pared son parte de un paisaje que apenas ha cambiado en décadas. El vino pajarete, uno de sus productos estrella, es símbolo de identidad local. Con horarios bien marcados –de lunes a jueves hasta las 22:00, viernes y sábados hasta las 22:45, y domingos hasta las 15:00–, la Antigua Casa de Guardia conserva el sabor de lo auténtico.
También te puede interesar
Lo último