Califican a esta como una de las mejores “experiencias adrenalínicas” de toda Málaga

La presa abandonada de Montejaque y el Monumento Natural de la Cueva del Hundidero conforman una dupla de experiencias que ponen a prueba nuestros sentidos

El Hundidero, la espectacular cueva en Málaga con río subterráneo y techo de más de 50 metros

La presa de Montejaque es tan hermosa como inútil.
La presa de Montejaque es tan hermosa como inútil.

Es la revista National Geographic la que pone el foco en Málaga para hablar de la que consideran la menor “experiencia adrenalínica” de toda la provincia. No son pocas las que podemos encontrar de esta índole, sobre todo teniendo en cuenta que podemos disfrutar del Caminito del Rey –quizá la más llamativa– o la ruta de El Saltillo y su puente colgante, senderos y trayectos de auténtico vértigo donde la adrenalina se dispara. Pero desde el mencionado portal de viajes ponen el foco en la presa abandonada de Montejaque y el Monumento Natural de la Cueva del Hundidero, dupla que para ellos "forman una extraña pareja que habla de prodigios y fracasos".

Lo que un día fue una presa que aspiraba a dominar la zona y domar el agua acabó vapuleada por la naturaleza y conquistada, es aquello, esa presa abandonada de Montejaque, lo que ahora es un "patio de recreo vertiginoso donde descargar adrenalina haciendo vías ferratas y disfrutar de formaciones rocosas de infarto". Y es que no apuntan nada mal para hablar de esta zona de Málaga, muy cerquita del encantador pueblo de Montejaque, donde encontramos la gran Cueva del Hundidero, un auténtico hito de la naturaleza y un lugar que atrae a los más aventuras cerca de las vías ferratas que dominan la zona, con tirolinas y pasarelas para poner a prueba donde están nuestros límites.

La Cueva del Hundidero.
La Cueva del Hundidero. / Javier Flores

"El Monumento Natural Cueva del Hundidero es una cavidad gigante en la que termina el barranco del Gaduares, o al menos su parte a cielo abierto. Para llegar hay que descender unos 130 metros de desnivel desde el aparcamiento y sumergirse así en las profundidades de una garganta sombría y frondosa, con vegetación de ribera a pesar de que no se ve ningún río que corra por ella", definen desde National Geographic, recordando que "después de recorrer un kilómetro en total, aparece una cueva altísima y estrecha, que deja con la boca abierta aunque te hayan avisado de que suma 64 metro de alto y 10 de ancho. Es solo el inicio de una gran cavidad cuyas galerías superan los 100 metros de altura, pero a la que solo está permitido asomarse por poderosas razones".

Visitantes sobre el muro de la presa de Montejaque
Visitantes sobre el muro de la presa de Montejaque

Desde la revista referencia, recuerdan que la presa de Montejaque "sigue siendo majestuosa", sobre todo tras su reconversión en "patio de recreo para amantes de las emociones fuertes". Y es que cerquita de la Cueva del Hundidero encontramos este lugar donde hay hasta tres vías ferratas diseñadas para diferentes niveles de habilidad. La más sencilla (K1) sigue el antiguo sendero de los constructores y culmina en un punto panorámico espectacular. La intermedia (K2) añade un desafío adicional, cruzando una pasarela suspendida a 70 metros de altura. Por último, la más compleja (K3) sube directamente por el muro de la presa y combina tirolinas y puentes colgantes para los más atrevidos. Además, cabe recordar que desde las alturas, los aventureros pueden disfrutar de una vista panorámica única del paisaje rocoso, hogar de una rica fauna que incluye buitres leonados y el singular roquero solitario, un pequeño pájaro mediterráneo que da un toque especial a la experiencia.

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