Cuando cortarte el pelo va de la mano de una visita a El Museo
En calle Cerrojo, 11, desde 2020 –abrieron pocos días antes de que explotara toda la situación del Covid–, se encuentra El Museo Barbería Clásica, una peluquería masculina a la que además de ir a cortarte el pelo o perfilarte la barba también disfrutas de su decoración, con objetos de coleccionista, antigüedades y objetos varios que hacen de cada visita una parada en un museo.
Eriz Comitre, el dueño, Adrián y Antonio son los tres peluqueros que diariamente cortan el cabello a numerosos malagueños, algunos de los alrededores y otros que acuden de más lejos por la decoración y el trato –cuentan con una valoración de 5 estrellas sobre 5 en Google–. Es de Eriz, por su afición a la historia y el coleccionismo, de donde surge esta particular decoración y ese nombre de El Museo de su barbería donde se pueden encontrar muchos objetos curiosos y donde destacan y son muy llamativo sus cascos de guerra.
"En la parte Museo de nuestra barbería puedes encontrar antigüedades tan originales como esta. El cepi-callo era un producto de artesanía malagueña, con el que te aseguraban que podrías quitar tus callos sin peligro y te animaban a que exigieras su marca Ideal bajo el lema de desconfíe de las imitaciones", dicen sobre uno de sus objetos de coleccionista, donde también se puede encontrar alguna armónica con décadas de vida e historia detrás.
Aceptan también reliquias de sus clientes, como una pequeña estatuílla, unángel que perteneció al Cementerio de Villafamés, un pueblo de Castellón, que tras "una de sus limpieza de tumbas antiguas lo habían tirado a una escombrera y nuestro cliente lo rescató", cuentan en sus redes rescatándolo y colocándolo en su museo.
Sin duda, una peluquería en la que esperar mientras llega tu turno se convierte en un placer más que en una pérdida de tiempo, yendo objeto por objeto, descubriendo antigüedades que Eriz detalla y acompaña con historia que están detrás de cada uno de los elementos que conforman su particular museo en su barbería de calle Cerrojo, muy cerquita del Conservatorio de Danza o la iglesia de Santo Domingo de Guzmán.
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