Tres cuevas en Málaga que hacen pensar que estás en otro mundo

La Cueva de Ardales, la Cueva de Nerja y la Cueva del Tesoro, en el Rincón de la Victoria, son tres de los rincones más impresionantes que ofrece Málaga. Una puerta a otro mundo que teletransporta a otra época, imágenes increíbles que sólo parecer reales cuando te adentras a ella. Estas tres cuevas son de obligatoria visita no sólo para aquellos que estén de visita por la zona o preparan una escapada de varios días a la provincia de Málaga, sino también para cualquier malagueño que se precie.

Cueva de Nerja

Es la más célebre de las tres cuevas, y ha alcanzado una gran fama como uno de los destinos turísticos más visitados. Sus impresionantes cavidades han acogido conciertos, grabaciones de películas e investigaciones científicas. Se ha convertido en uno de los complejos turísticos más reconocidos de la provincia de Málaga, y no es para menos, considerando que fue descubierta en 1959, hace poco más de 60 años.

En su entorno, se encuentran numerosos yacimientos fenicios que merecen ser visitados, así como parajes naturales de gran valor ecológico, como los acantilados de Maro. La cueva en sí es un viaje a un mundo fresco, majestuoso e inesperado, y su entorno ofrece numerosas opciones de ocio para complementar la visita. No es de extrañar que sea tan apreciada y atraiga a tantos visitantes, pues cuenta con una amplia gama de atractivos para disfrutar durante toda la jornada.

La Cueva del Tesoro (Rincón de la Victoria)

Su historia es sumamente fascinante y sus estancias poseen un grado de espectacularidad notable. Ubicada en el Rincón de la Victoria, en estrecha proximidad a la línea costera, esta cueva guarda una conexión con el pasado fenicio de la región, con numerosos y valiosos vestigios en sus cercanías. Su nombre proviene del legendario tesoro musulmán que supuestamente se oculta en su interior, pero las historias que componen su pasado son sorprendentes y variadas.

Se estima que Marco Licinio Craso, quien formó parte del primer triunvirato de la antigua Roma junto a Julio César y Pompeyo, vivió en esta cueva durante un periodo en el cual tuvo que huir de la península itálica. Además, se menciona el tesoro almorávide, el cual tiene una base histórica y atrajo la atención de románticos viajeros que buscaron la cueva con la esperanza de encontrarlo. Entre ellos, el suizo Antonio de la Nari perdió la vida debido a una explosión de dinamita que utilizaba para explorar el terreno.

En la actualidad, esta cueva es uno de los destinos más hermosos para visitar en la provincia de Málaga. Su espectacularidad ha atraído a numerosos rodajes cinematográficos en los últimos años, lo que resalta aún más su encanto. Es un lugar de impresionante belleza que invita a adentrarse en su historia y maravillarse con su entorno natural.

La Cueva de Ardales

La Cueva de Ardales alberga más de mil pinturas humanas en su interior. Fue Trinidad Grund quien lo dio a conocer como patrimonio en el primer cuarto del siglo XIX, y recientemente se han estudiado y fechado pinturas neandertales con más de 60.000 años de antigüedad, lo que confirma que los antepasados del homo sapiens tenían una visión hacia el futuro y un mayor desarrollo intelectual del que se les atribuía habitualmente en la ciencia. Es un lugar de gran importancia en los estudios de los habitantes de la península ibérica en el pasado, y no solo se encuentran restos del Paleolítico, sino también del periodo Neolítico.

Además, los trabajos realizados en este sitio han permitido datar la presencia continua de seres humanos en el área, excepto durante un período de 7.000 años en el que se cree que el entorno cambió y los humanos emigraron hacia el norte. Sin embargo, regresaron posteriormente. Es uno de esos lugares que parecen increíbles cuando se revisan las contribuciones arqueológicas que ha brindado. Todo este legado histórico se combina con espacios espectaculares y un entorno donde se pueden visitar otros lugares de interés, como el Caminito del Rey. Es uno de esos destinos imprescindibles que hay que visitar, un lugar eterno en medio de un entorno natural único.