Dos de los dulces más característicos de Andalucía son originarios de Málaga
Andalucía es cuna de grandes platos, de una gastronomía tan rico como profunda y diversa. De ella salen grandes platos y elaboraciones que son santo seña de nuestra identidad. Entre sus muchas creaciones se encuentra su pasión por la pastelería, de la que han surgido grandes pasteles y dulces. Entre ellos, muchos surgieron de la cabeza de algún malagueño o malagueña ingeniosa que dio con la receta que fue pasado de boca en boca y que hoy se disfrutan.
Taste Atlas, la prestigiosa web gastronómica que descubre la comida local alrededor de todo el mundo, es la que ha reparado en Andalucía y sus grandes elementos de pastelería, sus dulces, elaborando un listado con las cinco mejores. Entre ellas, en ese top 5 de su particular ranking, aparecen dos de los dulces más típicos de Málaga, que surgieron en nuestra tierra y que son parte de nuestra identidad: las tortas locas y los borrachuelos, en las posiciones cinco y cuatro.
Entre la pastelería andaluza destacan en la quinta posición a las tortas locas: "Son pasteles tradicionales españoles originarios de Málaga" y lo definen así: "Es hojaldre, una crema (hecha de leche, huevos, harina, azúcar, limón, vainilla y canela), glaseado de yema de huevo (que consiste en yemas de huevo, azúcar, harina, almíbar y colorante alimentario naranja), glaseado ( agua y azúcar), y cerezas rojas en almíbar".
"Estos pequeños pasteles siempre deben estar recién hechos y cremosos", apuntan, y dan su autoría a "un pastelero que decidió rellenar dos rondas de hojaldre con crema pastelera, luego los cubrió con glaseado de naranja y una cereza" y explican que su nombre es debido a una canción de Luisa Linares y Los Galindos de 1954.
Por otro lado está el borrachuelo, al que colocan por delante en cuarta posición, sólo superado por los roscos fritos, pestiños y piononos. De él explican que su nombre es debido y hace "alusión a que los bizcochos se remojan en vino y anís" y especifican que "aunque las galletas tienen algunas versiones, dependiendo de su relleno, se suelen hacer con una combinación de harina, aceite de oliva, tiras de piel de naranja, vino moscatel, anís, zumo de naranja, zumo de limón, semillas de sésamo e hinojo".
Apuntan que "una vez preparada, la masa tersa se estira y se corta en discos, se fríe hasta que esté dorada, se rellena con mezcla de calabaza o boniato, se cierra, se sumerge en miel y se espolvorea con azúcar glás"; y que evidentemente son característicos de las fechas navideñas y carnavalescas.
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