De este a oeste, cuatro pueblos de Málaga a los que siempre acudir
Málaga y su riqueza cultura e histórica, su pasado andalusí, las muchas civilizaciones que vivieron, labraron y crecieron en nuestra tierras, dejan en nuestros pueblos un legado al que siempre acudir. Hay nos paseamos por cuatro de ellos, cuatro pueblos blancos –uno que lo fue–, cuatro pueblos con sus pequeñas cosas, sus calles, sus rincones, su gastronomía y sus propias costumbres. Nos vamos de viaje por ellos, destacamos algunos de sus puntos imprescindibles y dejamos la puerta abierta a una escapada con la que enamorarse de ellos.
Benadalid
Ubicado en la serranía rondeña, Benadalid es un pequeño municipio que ofrece hermosos paisajes naturales para disfrutar. Además de pasear por la naturaleza, el pueblo cuenta con un interesante patrimonio histórico, destacando su castillo romano con cuatro torres que ha sido utilizado a lo largo de la historia, incluyendo su uso como cementerio local. Benadalid es un lugar perfecto para desconectar y conocer una parte de la provincia de Málaga más que bonita. Además, no está muy lejos de monumentos naturales impresionantes como el cañón de Las Buitreras, la cueva del Hundidero en Montejaque y el nacimiento del río Genal en Igualeja.
Júzcar
Aunque ya no es conocido como el pueblo de los pitufos, los habitantes de Júzcar mantienen las paredes de color azul, lo que hace que el paisaje sea diferente y sorprendente en este antiguo pueblo blanco de la Serranía de Ronda. Este pueblo está situado en un punto destacado del valle del Genal y ofrece alojamiento y numerosas rutas por lugares de alto valor natural. Júzcar es conocido por sus jornadas micológicas que se celebran en otoño y por sus alrededores fotogénicos. También hay varios cursos y nacimientos de agua alrededor del casco urbano, y el pueblo ha diseñado juegos y actividades en sus calles para que disfruten tanto niños como adultos. La oferta turística de Júzcar es bastante amplia, considerando su población y extensión, y es un lugar ideal para pasar un buen rato simplemente paseando por sus calles y disfrutando de sus miradores.
Comares
Situado a 700 metros sobre el nivel del mar y a menos de 40 kilómetros del mar Mediterráneo, Comares es un pueblo que se asienta en la cima de una colina. Es una de las cunas de los verdiales y sus plazas son muy concurridas. El casco urbano cuenta con restos del pasado musulmán, como su Puerta de Málaga, y ofrece impresionantes vistas desde varios puntos del pueblo. Comares es un verdadero balcón al mar y a la Axarquía, y el vino dulce es importante en su dilatada historia, ya que se cree que pudo ser fundado por griegos de la ciudad de Focea. Además, cuenta con una de las mejores tirolinas de la provincia gracias a su ubicación en el terreno.
Casarabonela
Casarabonela es una localidad con un rico patrimonio histórico que fue habitada por los moriscos hasta bien entrado el siglo XVI. Cuenta con las ruinas de un castillo, un jardín andalusí y un trazado especial propio de los municipios con un marcado pasado del mismo. Está ubicada en la Sierra de las Nieves, aunque no muy lejos del valle del Guadalhorce, y cuenta con alrededor de 2.500 habitantes. Además de tener uno de los jardines botánicos de la provincia con más de 2.200 especies distintas de cactus y suculentas, Casarabonela es la entrada a la Sierra de las Nieves y ofrece senderos que llevan a vistas impresionantes como el puerto de la Jácara. Rodeada de
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