La joya oculta de Málaga: una diminuta iglesia con un récord Guinness y escondida en el castillo más extraño de la provincia

Dentro del Castillo Monumento Colomares se encuentra la iglesia de Santa Isabel de Hungría, que consta como la iglesia católica más pequeña del mundo

Castillo de Colomares, el monumento a Colón que hay que descifrar en Benalmádena

La iglesia de Santa Isabel de Hungría, en el Castillo Monumento Colomares.
La iglesia de Santa Isabel de Hungría, en el Castillo Monumento Colomares.

El municipio de Benalmádena, en la provincia de Málaga, guarda uno de los monumentos más singulares y sorprendentes de la Costa del Sol: el Castillo Monumento Colomares. Este curioso edificio, de estética llamativa y detalles arquitectónicos eclécticos, es un homenaje al descubrimiento de América. Sin embargo, lo que muy pocos conocen es que, en su interior, se encuentra un récord mundial registrado en el libro Guinness de los récords: la iglesia católica más pequeña del mundo.

La iglesia de Santa Isabel de Hungría, situada dentro del Castillo de Colomares, tiene una superficie construida de apenas 1,96 metros cuadrados. A pesar de su reducido tamaño y su planta irregular, en su interior alberga todo lo necesario para la celebración de actos litúrgicos. Fue consagrada por el Prior del Monasterio de la Rábida, y según se cuenta, en su pequeño altar llegó a celebrarse una boda en la que solo pudo estar presente el sacerdote; tanto el novio como la novia siguieron la ceremonia desde fuera por falta de espacio.

El Castillo Monumento Colomares es, en sí mismo, una obra única. La historia de su construcción es tan especial como el edificio. Comenzó a levantarse en 1987 de la mano de Esteban Martín Martín, un ginecólogo y cirujano que, tras 30 años de carrera en Estados Unidos, regresó a España y decidió rendir homenaje a Cristóbal Colón y al 500 aniversario del descubrimiento de América. Ayudado únicamente por dos albañiles del cercano municipio de Mijas, y gracias a sus conocimientos de arte, historia y arquitectura, fue dando forma a este monumento a base de ladrillo, piedra y cemento. La obra se prolongó durante siete años, hasta su finalización en 1994. Esteban Martín falleció en 2001, dejando como legado un monumento cargado de simbolismo.

El Castillo de Colomares, una obra de arte arquitectónica

El recorrido por el interior del Castillo de Colomares es, además de un espectáculo arquitectónico, una lección de historia. En diferentes espacios de la construcción están representadas las tres naves que protagonizaron la expedición colombina: la Niña, la Pinta y la Santa María. La Niña ocupa el punto más alto de la estructura, situada bajo el arco de la Rábida, en honor al monasterio que acogió a Colón antes de emprender su viaje. La Pinta, nave de los hermanos Pinzones, aparece en la fachada principal, sostenida por el caballo Pegaso. La Santa María se representa de forma aislada, recordando que esta embarcación se hundió en Santo Domingo el día de Navidad.

El Castillo de Colomares.
El Castillo de Colomares.

La arquitectura del Castillo Colomares es una fusión de estilos y culturas. El monumento recoge elementos de las tres religiones presentes en España en el siglo XV: cristiana, árabe y hebrea. No obstante, hay un elemento inesperado: una elegante pagoda china, que rinde homenaje al sueño original de Cristóbal Colón, quien buscaba encontrar una nueva ruta para conectar Europa con Asia.

Con una superficie total de 1.500 metros cuadrados, el Castillo Monumento Colomares está construido siguiendo las técnicas propias de la Baja Edad Media, utilizando piedra y otros materiales tradicionales. En su interior, el visitante puede admirar vidrieras de gran riqueza artística y descubrir detalles simbólicos que relatan la historia del descubrimiento de América.

Vista general del Castillo de Colomares.
Vista general del Castillo de Colomares. / castillomonumentocolomares.com

Pero sin duda, uno de los elementos más destacados y que convierten al Castillo de Colomares en un lugar único es la presencia de la capilla más pequeña del mundo. Dedicada a Santa Isabel de Hungría, alberga pequeñas figuras de Cristo y de la propia santa, esculpidas personalmente por Esteban Martín Martín. Este pequeño rincón, escondido entre muros de piedra y detalles históricos, representa un récord mundial y un secreto que permanece oculto para muchos de los visitantes que acuden a conocer el monumento.

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