Júzcar y Comares, dos joyas del turismo rural de Málaga que visitar en otoño

La provincia de Málaga es bien conocida por su litoral soleado y sus playas, pero es en el interior donde se esconden algunos de sus tesoros más valiosos. Con el fin del verano, el turismo rural toma protagonismo, y lugares como la Serranía de Ronda y la Axarquía emergen como destinos perfectos para quienes buscan tranquilidad, naturaleza y cultura. Dos ejemplos perfectos de esta riqueza son los pueblos de Júzcar y Comares, cada uno con su encanto único y su oferta diversa que atrae a visitantes durante todo el año, especialmente ahora en otoño.

Comares: el balcón de la Axarquía

A 700 metros sobre el nivel del mar y a menos de 40 kilómetros de la costa, Comares se erige como un auténtico balcón natural desde el que se domina gran parte de la Axarquía y el Mediterráneo. Este pueblo, situado en lo alto de una colina, es conocido por ser una de las cunas de los Verdiales, un estilo de música y baile tradicional que se refleja en sus animadas plazas y festividades. La riqueza cultural de Comares, visible en sus costumbres y celebraciones, se une a su patrimonio histórico y sus espectaculares vistas para ofrecer una experiencia turística completa.

El pasado musulmán de Comares se conserva en su casco antiguo, con vestigios como la Puerta de Málaga, que recuerdan la importancia estratégica de esta ubicación durante siglos. Pasear por sus estrechas calles empedradas es como retroceder en el tiempo, descubriendo rincones llenos de historia. Pero lo que realmente llama la atención son las impresionantes vistas panorámicas que se obtienen desde diversos puntos del pueblo. Desde aquí, se puede admirar el paisaje de la Axarquía, con sus montañas y valles, extendiéndose hasta el horizonte donde el mar brilla a lo lejos.

Otro de los atractivos singulares de Comares es su espectacular tirolina, una de las más largas de la provincia, que ofrece una dosis de adrenalina y la oportunidad de ver el paisaje desde una perspectiva diferente. Esta actividad, junto con las rutas de senderismo que serpentean por los alrededores, hace de Comares un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el deporte al aire libre.

El vino dulce de la Axarquía también tiene un papel destacado en Comares. La tradición vitivinícola se mantiene viva, y es posible degustar estos vinos únicos en las tabernas locales o adquirirlos en las bodegas de la zona, llevándose un trocito del sabor auténtico de Málaga a casa.

Júzcar: el pueblo azul que sigue encantando

Aunque ya no se le conozca oficialmente como el Pueblo Pitufo, Júzcar sigue manteniendo el vibrante color azul que lo hizo famoso. Situado en el valle del Genal, este pequeño municipio sorprende a quienes lo visitan con sus pintorescas fachadas y un entorno natural que invita a la exploración y la aventura. Su aspecto característico lo convierte en uno de los lugares más fotogénicos de la Serranía de Ronda, ideal para los amantes de la fotografía y aquellos que buscan rincones únicos para capturar en imágenes.

Además de ser visualmente llamativo, Júzcar ofrece una amplia variedad de actividades que lo hacen perfecto para el turismo rural. Desde rutas de senderismo que recorren los frondosos alrededores hasta jornadas micológicas en otoño, cuando los visitantes pueden aprender sobre las setas locales y participar en excursiones para recolectarlas. Las rutas de senderismo permiten descubrir paisajes de gran valor ecológico, con manantiales y riachuelos que atraviesan la zona, brindando un alivio refrescante a quienes se aventuren por sus caminos.

Uno de los atractivos más especiales de Júzcar es la forma en que ha sabido integrar juegos y actividades interactivas en sus calles. Estas experiencias, diseñadas para ser disfrutadas por toda la familia, transforman un paseo por el pueblo en una búsqueda constante de sorpresas y entretenimiento. Además, su oferta de alojamientos rurales hace que pasar unos días en este entorno sea cómodo y agradable, asegurando una escapada perfecta para desconectar de la rutina.