Lugares históricos de Málaga para visitar por el Día de Andalucía

Patrimonio andaluz

La historia de Andalucía se encuentra bien representada a lo largo y ancho de la provincia de Málaga

Qué más andaluz que visitar nuestra vasta riqueza cultural el 28 de febrero con una tostada untada de aceite y tomate en una mano

En Acinipo el 28F se celebra con duende romano. / Javier Flores
Francisco M. Romero

27 de febrero 2020 - 08:22

El 28 de febrero está a unas pocas horas de distancia. Es decir, el Día de Andalucía de este 2020 nos aguarda como corresponde a una festividad andaluza: ofreciéndonos un pequeño puente vacacional. ¿Y qué mejor forma de corresponderle que aprovecharlo estos tres días para visitar enclaves históricos de Málaga? Lugares que contribuyeron de un modo u otro a conformar el vasto legado histórico de nuestra provincia y de nuestra comunidad.

Y en Málaga hay para todos los gustos: desde yacimientos romanos, a castillos repartidos por doquier, pasando por torres vigías en el litoral malagueño, o fortalezas olvidadas, y lugares únicos e irrepetibles...

Hitos patrimoniales que, en realidad, desaconsejamos visitar con una tostada de aceite en la mano, pero en los que nadie pondrá pegas si vamos vestidos de campero o con un sombrero de verdiales coronando nuestras cabezas.

Conocer nuestro pasado es saber de dónde venimos y por qué estamos donde estamos. Pero sobre todo es saber que no hay nada puro, no hay una esencia primigenia, y que por esta tierra nuestra han pasado todo tipo de gentes, culturas y formas de entender la vida: no hagamos nosotros mismos, por tanto, que nuestra visión sea tan estrecha como en ocasiones nos empeñamos. Ese debería ser el mensaje destilado de cada 28F.

Acueducto puente romano de Cártama

El acueducto puente romano de Cártama: una hermosa huella del pasado.

El elemento romano más destacado de Cártama es un acueducto que a su vez es un puente. Esta localidad malagueña es un pueblo que en la época de los fenicios se dio a conocer como Cartha (que significa lugar oculto o escondido) y que más tarde, en la época romana, pasó a llamarse Cartima. Bajo esta denominación, la ciudad creció y reforzó sus muros, construyendo un puerto fluvial, llegando a ser una villa muy importante. De hecho, en pleno centro, junto a la iglesia de San Pedro de Apóstol, se pueden ver algunos restos de la ciudad romana de la antigua Cartima.

De la época de esplendor romano es el puente acueducto. Está formado por un arco escarzano formado de ladrillo. Su base es de sillarejo con una altura algo superior a los dos metros. Por las dimensiones y estructura del acueducto se cree que su misión seria la de trasvasar el agua desde un nacimiento cercano hacia el pueblo donde arcos de canalización de agua la repartirían por todo el pueblo.

También hay que reseñar que de la misma época se conserva el Mosaico de Venus, actualmente en el Museo de Málaga, que se descubrió en una vivienda privada de Cártama en el año 1956 y que representa el nacimiento de esta diosa.

Castillo del Águila, Gaucín

El castillo del Águila observa con mirada atenta a los vecinos de Gaucín. / gaucin.es

En lo más alto del pueblo de Gaucín se encuentran las ruinas del castillo del Águila. Su origen es árabe y fue construido en el siglo XX.

Del castillo del Águila se conservan la muralla, la torre homenaje, los aljibes y algunos otros elementos, gracias ha que ha sido reconstruidoen varias ocasiones, a lo largo de los siglos por su valor estratégico.

La última de dichas reformas tuvo lugar en el año 1808 con motivo de la Guerra de la Independencia, reforma que fue reforzada en 1842 durante la regencia del general Espartero. Hasta el siglo pasado estuvo artillado y guarnecido.

El castillo del Águila oculta un camino subterráneo de escape, obra de los árabes. Junto a la fortaleza, por la parte oriental, encontramos la ermita del Santo Niño, que en un tiempo fue habilitada como cuartel, y una de las torres del castillo, que se empleó como polvorín.

Torre Derecha y Torre Ladeada, Algarrobo

La Torre Derecha de Algarrobo vigila ahora un parque.

A pesar de su estrecho litoral, Algarrobo posee con orgullo dos de estas torres: la Torre Derecha y la Torre Ladeada.

El nombre de estas dos construcciones no dejan lugar a muchas dudas: una está derecha y la otra ladeada, como si fuera la Torre Inclinada de Algarrobo (alguien debería poner de moda hacerse fotos en ella como si la estuviera sosteniendo).

La Torre Derecha o Torrenueva fue reconstruida a mediados del siglo XVIII bajo el reinado de Fernando VI, ante la atenta mirada del ingeniero Juan Zahoras.

Al contrario que la gran mayoría de las torres vigías del litoral malagueño, su ingreso se realizaba a través de un cuerpo de escaleras que se sitúa frente a la puerta, y no con escalas de madera, como era lo común.

Actualmente está ubicado dentro de un parque público, así que es perfecto para el desarrollo de actividades culturales o para ir a recrear nuestras escenas favoritas de Juego de Tronos, El Señor de los Anillos o cualquier otra frikada por el estilo.

Torre Ladeada o Torre Inclinada de Algarrobo, como deberían llamarla.

En cuanto a la Torre Ladeada, ésta cuenta con cerca de nueve metros de altura y en sus orígenes se encontraba situada de forma aislada sobre la arena de la playa. Sin embargo, actualmente esta torre musulmana se encuentra rodeada por los edificios de una urbanización, lo que dice mucho del crecimiento inmobiliario de unos siglos a esta parte.

La Torre Ladeada o Portichuelo llama la atención por su inclinación, se encuentra frente a la Torre Derecha. Su inclinación se debe a la poca profundidad de sus cimientos y a la influencia del mar.

Castillo de Bentomiz, en Arenas

El castillo de Bentomiz es el único de Málaga con sus almenas originales.

El castillo de Bentomiz, en Arenas, es uno de los castillos más grandes de la provincia y formaba un importante triángulo defensivo junto con los castillos de Comares y Zalia, por lo que jugó un papel importante en el siglo IX durante la revuelta de Ibn Hafsun contra el estado cordobés

Situado sobre el monte al que proporciona nombre, el castillo de Bentomiz disfruta de una amplia vista de Arenas y el resto de la Axarquía.

Constituido por dos grandes espacios, la ciudadela -que ocupaba la zona más elevada en la parte norte-, y otro recinto de mayores dimensiones para albergar a la población y al ganado en momentos de peligro, esta fortaleza se puede comparar con las de Montemayor, Archidona y Zalia, debido también a su asentamiento de trazado irregular. Sin embargo, el castillo de Bentomiz se diferencia de éstos por las técnicas y materiales empleados en su construcción.

Destaca actualmente porque es el único castillo de Málaga que conserva sus almenas originales.

Las Bóvedas de Marbella

Termas romanas de Las Bóvedas, en Marbella.

Las Bóvedas de Marbella o Termas de Guadalmina a muchos les pueden sorprender. Si tenemos en cuenta la fama de Marbella, encontrar entre urbanización y urbanización vestigios de antiguos edificios romanos que atestiguan el paso por esta tierra de la civilización que hace años colonizó el mundo conocido no deja de ser algo chocante con un aire anacrónico y febril. Pero la realidad es la que es: por increíble que parezca, en Marbella hay restos arqueológicos que han logrado sobrevivir al tiempo y a la mano del hombre como la Villa Romana de Río Verde o las mencionadas Bóvedas.

Dicha Villa Romana fue localizada en 1960 en la margen izquierda del Río Verde bajo una plantación de cereales que casi se adentraba en el mar. La gran cantidad de restos animó a continuar con las catas y un año después se encontraron los restos de una casa romana cuyas paredes decoradas con mármoles de colores, estucos y pavimentos de colores dan fe del ambiente cultural que regía la vida de sus moradores. La parte descubierta consta de un peristilo (galería de columnas) de más de doce metros y de varias habitaciones adyacentes.

Situada al oeste de este yacimiento encontramos las Bóvedas de Guadalmina. Más conocidas como termas, el conjunto de estos restos gira en torno a un patio octogonal rodeado por siete habitaciones con una bóveda regular de aristas. Excavaciones practicadas hace unas décadas descubrieron restos de tableros de mármol, cerámica popular, ladrillos, una lucerna con una cabeza humana, tubos de barro y una moneda de Constantino.

Los restos del edificio termal de las bóvedas han sido recientemente intervenidos para asegurar su adecuada conservación, aunque sigue pendiente una excavación que complete la información que conocemos del edificio. Y, quién sabe, con esas excavaciones tal vez encontremos pruebas de que Marbella ya en época del Imperio romano era visitada por una jet set de la toga y los aceites aromáticos.

Cueva de Doña Trinidad de Ardales

La Cueva de Ardales atesora gran parte de la historia de Málaga y el mundo. / javier flores

La Cueva de Ardales o de Doña Trinidad fue descubierta en el año 1821 gracias a un terremoto que dejó libre la actual entrada.

Porta el sobrenombre de Trinidad por Trinidad Grund, hija del empresario Federico Grund, quien adquirió la cueva y la condicionó para su visita a mediados del pasado siglo XIX, como un complemento de su negocio termal instalado en la vecina Carratraca.

A pesar de su importancia -en 1918 es visitada por el abate y arqueólogo francés Henri Breuil, quien publica estudios de varias de las figuras pintadas y grabadas destacando su relevancia-, la Cueva de Ardales cae en el olvido hasta 1985, año en el que se protege, se estudia y se reabre al público.

La cueva conserva más de 50 figuras de animales y otros símbolos pertenecientes al Paleolítico superior, casi todas localizados en la Galería del Calvario, grabadas en su mayoría con punzones o buriles de sílex.

También se han encontrado restos de época epipaleolítica y del Neolítico medio y final en la Sala del Saco y en la Sala de Las Estrellas. En las Galerías Altas se conservan restos de enterramientos del Calcolítico.

El recorrido interior de la cueva es superior al kilómetro y medio y a lo largo del mismo destacan la Gran Sala, la Galería del Arquero, la Sala del Lago, la Galería del Espolón, la Galería de los Grabados y la Sala de las Manos. Además, encontramos laberintos de columnas, lagos permanentes y bellas formaciones de estalagmitas.

Una visita indispensable que no podemos dejar de realizar en algún momento de nuestras vidas.

Castillo de Zalia, en Alcaucín

Los productores de 'Juego de tronos' tenían bastante en donde escoger.

El castillo de Zalia en Alcaucín aparece citado por primera vez como cabeza de distrito de las alquerías circundantes y principal bastión defensivo de la Axarquía en el siglo XII.

Sin embargo, sus restos corresponden a una de las fortificaciones más antiguas que se conocen en la provincia, con elementos que hacen creer que este castillo bien pudiera haber sido construido por los fenicios.

Posteriormente empleado por árabes y cristianos, este castillo toma su nombre de la reina Zalia, que cuenta la leyenda que bajaba a diario al río para bañarse, lo cual es mucho más de lo que se puede decir de algunos usuarios del transporte público.

Su posición estratégica entre el litoral y las altiplanicies granadinas, a través del río de Alcaucín y el bosque de Zafarraya, le hizo jugar un papel importante durante la revuelta de Umar Ibn Hafsun contra el estado cordobés. Con motivo de esta guerra ya aparece citada en el año 909.

Más adelante, en 1485, es conquistado por las tropas castellanas. Aunque se planificó su reforma, parece que no llegó a producirse y sirvió como prisión.

Otra leyenda en torno al castillo de Zalia relata que el primer obispo de Málaga, San Patricio, realizó un viaje a la villa para convertir a sus gentes, pero no logró su propósito. De modo que el Señor, como castigo, hizo que se abriera el suelo y que de él salieran miles de serpientes que durante el día mordían a los habitantes de la región (por la noche, al parecer, se retiraban a descansar las mandíbulas).

Por lo que a los pobladores, ante los constantes picotazos de las divinas sierpes, no les quedó otra que marcharse del lugar y el pueblo permaneció desierto hasta el día de hoy.

El castillo de Zalia está catalogado como Bien de Interés Cultural desde el año 1985 y todavía encierra una nota histórica más: hay quien se pregunta si estos restos son los de la antigua Odyscia, donde tuvieron lugar las aventuras de Ulises, rey de Itaca, durante el viaje que realizó por nuestras tierras tras la guerra de Troya, en lugar de volver directamente a casa junto a su esposa Penélope.

Torre de Los Molinos, Torremolinos

La torremolinense Torre de Los Molinos no le quita ojo al visitante británico.

Sospechamos que la Torre de Los Molinos, o Torre de Pimentel, le da el nombre a la localidad torremolinense. Esta torre es la única de estas características con la que cuenta el municipio

Situada en pleno casco urbano, en la cuesta del Bajondillo, tiene una forma casi rectangular.

Esta torre tiene aproximadamente unos doce metros de altura y su cuerpo inferior, de la mitad de su altura total, es completamente macizo.

Su entrada original estaba formada por un hueco, cobijado por un dintel curvo de ladrillo, que se abre en el centro de su muro oriental. Este hueco permitía ingresar a una planta que se haya dividida en dos estancias desiguales.

La sala menor tiene una gran ventana que permite vigilar el mar. Mientras, de la habitación mayor arranca una escalera para llegar a la segunda planta y a la terraza.

El castillo cementerio de Benadalid

El cementerio de Benadalid ya es indistinguible del castillo original. / Javier Flores

Fuera del casco urbano de Benadalid, al norte de esta localidad, localizamos un viejo cementerio con torres cilíndricas que no es nada más ni nada menos que un castillo: el castillo cementerio de Benadalid.

No está claro el origen del castillo de Benadalid: no se sabe a ciencia cierta si se remonta a la época romana o a los siglos XIII o XIV porque es una de las fortalezas más extrañas en su adscripción medieval y la cita documental más antigua data del año 1286.

Su edificación es de planta regular y en forma trapezoidal, con el acceso principal en la base mayor y orientado al noroeste. Sus muros son de mampostería trabada con mortero de cal y cuenta con tres torres cilíndricas, a falta de una por causa de un derrumbe. En el centro del recinto se encuentra un aljibe subterráneo y junto al acceso hay otra torre de sección cuadrangular.

En su exterior se reviven, una vez al año que, como todo el mundo sabe, no hace daño, las luchas que debieron disputar las fuerzas moras (¿hoy en día hay que decir árabes?) y cristianas, alterando la calma y tranquilidad que reina en la zona durante la mayor parte del tiempo.

Cueva de la Pileta de Benaoján

La Cueva de la Pileta es un importante yacimiento Paleolítico.

Encontramos la Cueva de la Pileta en Benaoján. El descubrimiento de esta cavidad se remonta al año 1905, cuando José Bullón, un día de primavera, decidió explorar una sima próxima a su casa de la que salían cada anochecer bandadas de murciélagos.

Su propósito no era otro que buscar guano para abonar las tierras y aumentar su producción, pues se las veía y deseaba para cumplir con una renta de casi media tonelada de trigo anual.

Sin embargo, se encontró con que la sima resultó ser la entrada a una gran cueva que le maravilló, y en la que halló huesos, cacharros de cerámica y pinturas en las paredes representando animales y unos signos que nunca había visto.

José Bullón acababa de descubrir un yacimiento prehistórico en el que se encontrarnos muestras de que datan del Paleolítico.

Así, la Cueva de la Pileta reúne numerosas pinturas y grabados con representaciones de numerosos animales, que aporta interesantes datos sobre la expansión del arte paleolítico.

Recuerda que para ver este enclave es necesario hacer una reserva previa. ¡No hagas el canelo yendo allí sin reservar!

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