Las dos mejores escapadas para este otoño sin salir de Málaga
Benadalid y Casarabonela son dos bonitos pueblos malagueños que brillan con fuerza en otoño
Tres lugares de Málaga que son increíblemente bonitos en otoño
El otoño es una de las estaciones más encantadoras para descubrir la provincia de Málaga. Aunque las condiciones climáticas pueden ser impredecibles y las horas de luz solar se reducen cada día, esta época del año revela la magia de ciertos rincones que, gracias a su vegetación y paisajes, se tornan aún más fascinantes. Con la llegada del otoño, los amaneceres tardíos y el cambio al horario de invierno, que no se realiza hasta finales de octubre, es importante planificar las escapadas de manera diferente, aprovechando al máximo las horas de luz.
La provincia de Málaga tiene mucho más que ofrecer que sol y playa. En otoño, sus pueblos y parajes naturales se revelan como destinos llenos de encanto, perfectos para una escapada que combine tranquilidad, historia, buena gastronomía y, sobre todo, paisajes únicos. Tanto Benadalid como Casarabonela son ejemplos perfectos de cómo una escapada otoñal puede convertirse en una experiencia inolvidable sin necesidad de recorrer largas distancias.
Benadalid: naturaleza y encanto histórico en la Serranía de Ronda
En pleno corazón de la Serranía de Ronda, se encuentra Benadalid, un pequeño municipio que encarna la tranquilidad y la belleza natural de esta región. Con menos de 300 habitantes, este pueblo es el lugar perfecto para una escapada de desconexión total, donde poder disfrutar de paseos entre paisajes de montaña y descubrir rincones llenos de historia.
Uno de los elementos más destacados de Benadalid es su castillo de planta romana, que ha sido testigo de siglos de historia. Este fortín, que hoy en día funciona como el cementerio del pueblo, conserva sus cuatro torres y ofrece unas vistas inigualables de la serranía. El entorno invita a un paseo tranquilo que permite desconectar de la rutina y explorar la arquitectura y el legado histórico de la zona. Durante el otoño, las callejuelas del pueblo se llenan de un ambiente especial, donde el olor a tierra mojada y el sonido del viento entre los árboles acompaña a quienes lo recorren.
Pero Benadalid no solo destaca por su historia. Gracias a su ubicación estratégica, el pueblo se encuentra a poca distancia de impresionantes monumentos naturales. Entre los más destacados están el cañón de Las Buitreras, un desfiladero que maravilla por la verticalidad de sus paredes y la belleza del entorno que lo rodea; la cueva del Hundidero, en Montejaque, un enigmático sistema de cuevas que despierta el interés de los más aventureros; y el nacimiento del río Genal, en Igualeja, un rincón que brilla con una belleza singular, especialmente en otoño, cuando los castaños tiñen el paisaje de colores cálidos.
Para los amantes de la naturaleza que busquen disfrutar de paisajes menos conocidos pero igualmente espectaculares, Benadalid ofrece múltiples rutas de senderismo que permiten sumergirse en la diversidad botánica y la tranquilidad que caracteriza esta parte de la provincia.
Casarabonela: un rincón de historia y naturaleza en la Sierra de las Nieves
Ubicada a los pies de la Sierra de las Nieves, cerca del fértil valle del Guadalhorce, Casarabonela es una localidad que conserva la esencia de su pasado andalusí. Este encantador pueblo, con apenas 2.500 habitantes, se presenta como un destino perfecto para quienes buscan combinar historia, naturaleza y gastronomía en una escapada otoñal.
Casarabonela destaca por su impresionante patrimonio histórico, que evoca el pasado morisco que se mantuvo presente hasta el siglo XVI. Sus calles estrechas y laberínticas, junto a las ruinas de un antiguo castillo, conforman un trazado urbano que invita a perderse y descubrir rincones que parecen haberse detenido en el tiempo. El Jardín Andalusí, que recrea la estética de los jardines árabes, es uno de los espacios más destacados para pasear y relajarse. Pero sin duda, el verdadero tesoro botánico del pueblo es el Jardín de Cactus y Suculentas, que alberga más de 2.200 especies distintas, siendo uno de los más importantes de Europa en su categoría.
Además de su atractivo patrimonial, Casarabonela se convierte en la puerta de entrada a los senderos de la Sierra de las Nieves, declarada Parque Nacional, lo que la hace ideal para quienes disfrutan del senderismo y las actividades al aire libre. Caminando por rutas como la del Puerto de la Jácara, los visitantes podrán disfrutar de espectaculares vistas de montañas que, en otoño, se cubren con tonalidades ocres y doradas, creando un paisaje difícil de olvidar.
Para completar la experiencia, no hay mejor plan que disfrutar de la gastronomía local. Uno de los platos estrella que todo visitante debe probar es el pipeo, una receta tradicional que mezcla habas frescas, guisantes, patatas y jamón. Los bares y restaurantes del pueblo lo preparan con esmero, ofreciendo una muestra del auténtico sabor de la cocina malagueña.
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