Un almendro en un sendero por el que transita una persona.
Un almendro en un sendero por el que transita una persona. / Javier Flores

En enero, la primavera hace su entrada en el Valle del Guadalhorce. Los almendros y el microclima especial de este rincón de la provincia de Málaga son los responsables de teñir los campos de la comarca con colores, aromas y sensaciones únicas. La Ruta de los Almendros atraviesa los campos de almendra en los municipios de Almogía y Cártama. El itinerario se ve enriquecido por la presencia de especies autóctonas de la flora malagueña, como el algarrobo, el olivo manzanillo aloreño, el alcornoque y, por supuesto, el almendro.

El trayecto inicia en Málaga y culmina en Almogía, siguiendo la carretera MA-423. A lo largo de aproximadamente 23 kilómetros, se pueden admirar desde varios puntos la Hoya de Málaga, una fértil vega irrigada por el río Guadalhorce. La vista ofrece un impresionante paisaje de colinas cubiertas con el blanco y rosa de las flores de almendro, el negro de sus troncos, el rojo de la tierra y el verde de sus campos.

Una vez en Almogía, resulta imperativo detenerse a la entrada del pueblo, donde la visión uniforme de los campos de almendros ondulados solo se ve interrumpida por la presencia de este pequeño municipio blanco coronado por la Torre de la Vela. Perchado en lo alto del Cerro del Villar, Almogía conserva la estructura árabe en sus calles, serpenteando entre casas blancas. Después de explorar el pueblo, el recorrido lleva a la carretera de Villanueva de la Concepción (MA-421) hacia la antigua Noria, una construcción del siglo XVIII donde las mujeres solían realizar la colada en otros tiempos.

Aproximadamente a unos cuatro kilómetros por la carretera, se encuentra la entrada al sendero de la Ruta de Santi Petri, diseñada originalmente para recorrer en bicicleta o a caballo, aunque también es transitable en coche, dado que el camino rural cuenta con buenas condiciones. Este sendero brinda la oportunidad de disfrutar de vistas impresionantes, dominadas por el verde del campo y el blanco de las flores de almendro. En cada recodo del camino, se despliega una nueva panorámica desde la cual se puede contemplar el mar, la ciudad de Málaga o ambos Alhaurines.

Después de atravesar los alcornocales, emerge el Monte Santi Petri, cuya elevación de 797 metros lo convierte en una auténtica atalaya desde la cual se puede contemplar toda la vega del Guadalhorce y, en días despejados, divisar las costas de África. Dada la belleza de su entorno, rodeado de valles y tajos, se ha trazado una ruta de senderismo señalizada con una duración aproximada de dos horas y dificultad media-baja. En el transcurso de esta ruta, es posible encontrarse con especies como retama, romero, tomillo o palmito.

Retomando el camino, surge la presencia de la Ermita de las Tres Cruces, un punto de convergencia entre Álora, Cártama y Almogía. Desde este lugar, se puede contemplar una amplia parte de la provincia desde un único punto, convirtiendo la visita en uno de los puntos clave de la ruta. Tras pasar por la ermita, el camino, a partir de este tramo asfaltado, desciende hasta la Estación de Cártama, donde da la bienvenida al visitante la Almensur, una fábrica de productos donde la almendra es la protagonista: turrones, mantecados, almendras fritas y saladas.

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