Cómo rastrear un meteorito
Una red de rastreo ideada y desarrollada en Málaga peina el cielo de la península ibérica
Capta miles de imágenes al año pero sólo dos o tres meteoritos llegan a la tierra, hay varias investigaciones para evitar impactos
Desde 2017, el sistema de detección de bólidos y meteoros de la Sociedad Astronómica de Málaga y la Universidad crece: tiene 22 estaciones por toda la península ibérica y en breve serán 27
“Caer caerán. La pregunta no es si nos caerá un meteorito como el de de los dinosaurios, la cuestión es cuándo. Ocurrir, ocurrirá, seguro. La estadística no miente. Lo único que se puede hacer es vigilar a los denominados neos, los asteroides que cruzan la orbita terrestre, vigilar las orbitas y predecirlas". Con la tranquilidad de quien es capaz de convertir una luz en el cielo en un punto relativamente exacto del terreno en el que ha caído un meteorito. Alberto Castellón es el presidente de la Sociedad Malagueña de Astronomía (SMA) y profesor titular en el departamento de Álgebra, Geometría y Topología de la Universidad de Málaga. Detrás de la mayoría de imágenes de bolas de fuego que surcan los cielos de la península ibérica o las islas españolas está el trabajo de decenas de personas y la eficacia de una red de detección de meteoros y bólidos pensada, desarrollada y ejecutada desde Málaga.
Se trata de una red de observatorios por toda la península y las islas dispuesta de manera que se pueda acaparar el máximo visionado del cielo. Los bólidos y meteoros que cruzan el cielo de la península son captados por varios observatorios a la vez y desde ahí se calcula su entrada en la tierra. El sistema arrancó su funcionamiento en 2017, es fruto de un convenio entre la UMA, la SMA, y multitud de astrónomos independientes de un nivel alto de conocimientos y desempeño astronómico. Cuenta con 22 estaciones de detección acticas y durante este año se ampliará a 27. Su implantación no algo simple, el sistema para el correcto funcionamiento de cada una de las estaciones es algo diseñado, evolucionado y confeccionado por los científicos malagueños que convierte a la red en la única de las tres que hay en la península ibérica con elementos de elaboración propia.
"El modelo de estación es diseñado por nosotros, el software de robotización de la estación también, el de recopilación, procesado y envío de imágenes, el que calcula la trayectoria atmosférica o la masa fotométrica, además de otros múltiples componentes necesarios", reconoce Castellón. Y es que hay un saco de pequeñas cosas a tener en cuenta, desde la refrigeración de la estación, la elección de momentos para captar y enviar imágenes, cómo interpretar los datos de los sensores de humedad y temperatura para, automáticamente, desempañar los elementos de la estación, y un sinfín de aspectos similares.
El único punto negro es la parte más occidental de las Islas Canarias. Y es que las estaciones de Puerto del Rosario y Lanzarote no son suficiente en ese punto, aunque sí que reportan los acontecimientos sobre el sur de Marruecos y norte del Sáhara. Hay que destacar que la SMA firma convenios con astrónomos aficionados de alto nivel académico que cumplen los requisitos para formar parte del sistema y así pueden contar con la tecnología desarrollada para esta red de detección de bólidos. Es curioso, las estaciones de observación de astrónomos aficionados son muy útiles para estos fines ya que no tienen un límite de tiempo para dedicarse a una investigación concreta, algo que sí pasa en las más potentes, pero también más solicitadas, estaciones profesionales. Andalucía y Málaga son tierras fértiles en lo referente a la astronomía.
Un porcentaje mínimo llega a tierra
La red seguirá creciendo y reportando acontecimientos celestes, pero hay que tener en cuenta que de los miles de videos al año de bólidos o meteoros que se captan apenas dos o tres llegan a la tierra y son de pequeñas dimensiones. No tiene mucho sentido alarmarse por el posible impacto de un meteorito que cambie el planeta y sus condiciones como las conocemos. Hay redes de observación internacionales y también trabajos científicos que poco tienen que ver con el tópico de la película Armageddon. Italia y la NASA trabajan en calcular cómo se podría impactar en el asteroide sin destruirlo (las consecuencias de la destrucción son imprevisibles) pero con la fuerza necesaria como para virar un poco su órbita y evitar el impacto con la tierra.
Otro de los sistemas que se estudia tiene que ver con las velas solares y el denominado efecto Yarkovsky. Yarkovsky, un científico ruso del siglo XIX, que se dio cuenta de que los pequeños cuerpos que rotan mientras orbitan se ven afectados por la radiación solar que ayuda a impulsar o frenar su trayectoria. Aprovechando esto, enviar sondas robóticas que desplieguen velas solares alrededor de estos cuerpos celestes para que la ausencia de radiación solar cambie mínimamente su trayectoria y no impacte con el planeta terrestre.
En cualquier caso, Castellón no teme el impacto: "Lo único que se puede hacer es vigilar a los neos, que son los asteroides que cruzan la órbita terrestre, vigilar las órbitas y predecirlas. A eso se dedican algunas redes de vigilancia a nivel mundial. El observatorio de Mallorca, por ejemplo, se ocupa de eso, con un telescopio robotizado: busca asteroides catalogados para volverlos a observar y refinar la órbita. Después, el resto de la noche busca nuevos asteroides. Eso es lo importante. De vez en cuando se descubre uno de estos, no muy grande pero a toro pasado. Si algo pasa a 100.000 kilómetros de la tierra, [el 2021 UA1 pasó a 3.000 kilómetros e la Tierra el año pasado y se detectó después de que pasase] hay que tener en cuenta que la luna cuando más cerca está es a algo más de 380.000 kilómetros. El Instituto Astronómico de Andalucía y la red Bootes también los siguen de vez en cuando".
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