Los 12 de la Lista Roja de Patrimonio en Málaga y su provincia
La Torre de la Miel en Nerja ha sido la última en entrar en esta peculiar lista de monumentos en peligro
También hay tres elementos en la lista verde y uno en la negra
Desde el pasado año de 2007, la Asociación Hispania Nostra elabora la Lista Roja del Patrimonio en España. La provincia de Málaga tiene 16 monumentos y elementos históricos en ella que se reparten entre los 12 en la Lista Roja, tres con el calificativo verde y uno con el negro. La inclusión en la Lista Roja del Patrimonio quiere decir que los monumentos están en "riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores", según Hispania Nostra. Estar en la verde es sinónimo de que los elementos estuvieron en la roja pero han sido rehabilitados o hay un plan en ejecución para ello y la negra quiere decir que el monumento ha desaparecido.
La Lista Roja de Patrimonio se trata de una iniciativa peculiar que pretende llamar la atención sobre el abandono de elementos urbanos del patrimonio histórico, pero siguiendo una metodología propia. La idea de Hispania Nostra es que el patrimonio debe de ser abierto a la gente y "no sólo quedar circunscrito al ámbito de estudiosos, técnicos, políticos y otros profesionales de la materia". La gente es la que debe de poder acceder a este patrimonio, poner atención sobre él, conocerlo y tratar de que las instituciones competentes lo mantengan en buen estado. Así pues su método es peculiar: reciben fichas de elementos patrimoniales en abandono peligro de estarlo, un grupo técnico-académico se ocupa de estudiar los casos, ver de quién es la responsabilidad de mantenimiento, si hay algún plan ya en marcha para recuperar los monumentos o está previsto hacerlo y, en función, del resultado de los estudios lanza la alerta sobre los bienes patrimoniales incluyéndolos en la Lista Roja. Cualquiera puede enviar una ficha de patrimonio amenazado siguiendo las directrices de Hispania Nostra que tras la recepción comenzará su estudio.
En la provincia de Málaga hay 16 de los 179 elementos que hay en Andalucía: tres han salido de ella, por lo que se les incluye en la Lista Verde de Patrimonio, uno ha desaparecido y 12 de ellos están en la Lista Roja.
Singilia Barba, Antequera
Es otro lugar habitado desde el Neolítico, que vivió un periodo de auge en la época íbera y todavía fue más importante en la época romana. Vespasiano (emperador del año 69 al 79 de nuestra era) la reconoció como una ciudad autónoma legislativa y financieramente. Un lugar importante, grande, con foro, teatro y todo lo primordial en un emplazamiento romano de postín. La mayoría del yacimiento está enterrado, se ven sillares por todo el entorno y se identifican los puntos más altos de su teatro. Como la mayoría de elementos en esta lista, ha sido constante elemento de proyectos que quedan en nada durante lustros.
Convento de Nuestra Señora de la Consolación de las Algaidas, Villanueva de Algaidas
Se lo está comiendo el tiempo. Su abandono es de hace más de un siglo, pero la decadencia se multiplicó después de la Guerra Civil Española. Fundado en 1566 es el núcleo fundacional de la población. Aún se conservan algunas pinturas o, mejor dicho, restos de ellas y en su entorno también hay ermitas mozárabes del siglo IX. Está incluido por su "grave deterioro progresivo".
Castillo de Benthomiz, Arenas
Hins Munt Mas era su nombre en árabe. Una construcción que dominaba una zona con mucha historia: se cree que puede estar construida sobre un castro romano, sirvió como fortaleza para revolverse contra los Omeya y posteriormente, antes de caer en manos de los Reyes Católicos, fue el centro militar de una región rica en seda y pasas. Si en la época de los Omeya tuvo población mozárabe, en 1570 sirvió para una rebelión morisca de importancia. El lugar que ocupa es impresionante por lo bien situado: domina la costa y el interior desde una posición suprema para una fortaleza.
"Completo abandono. Las inclemencias meteorológicas dañan los restos que aun quedan. Incluso algún particular ha realizado un camino de tierra para que puedan pasar los coches a su interior. Los visitantes suelen dejar sus basuras en la zona", advierte la ficha del monumento en la Lista Roja que añade que está en la lista por "los hundimientos" y porque está "camino a la desaparición".
Torre de la Miel, Nerja
La última en entrar en la lista. Es uno de los centenares de sistemas antipiratería de la costa malagueña. Construida en el siglo XVI, en el siglo XVIII se trató de reconstruir dos veces después de que un informe de 1743 dijese de ella: "La torre del Río de la Miel del Partido de Vélez se arruinó enteramente con los temporales del invierno pasado y cubriendo una cala muy peligrosa para el comercio de la costa por hallarse frecuentada de corsarios moros que encuentran en ella un buen aguadero conviene reedificarla de nuevo". Se reconstruyó un par de veces en ese siglo pero de manera parcial, parcheando y sin entrar en los cimientos. Los inventarios del siglo XIX la daban ya por perdida e instaban a reconstruirla, nunca se hizo. Es un Bien de Interés Cultural desde el 1985, 40 años antes también sirvió para que la guerrilla antifranquista la utilizada como depósito. Desde entonces va cayéndose poco a poco al mar.
Ciudad romana de Acinipo, Ronda
Un lugar precioso en el que se asienta una ciudad romana. Mejor dicho, una ciudad antigua. Aunque los vestigios más llamativos son romanos, en el yacimiento también hay construcciones de la Edad del Bronce y la Edad del Cobre. Su esplendor se vino a menos sobre el siglo cuarto de nuestra era, pero aún mantendría gente hasta, al menos, cuatrocientos años después. La actual Ronda (Arunda) absorbió su población. A 999 metros sobre el nivel del mar, la posición de la ciudad es perfecta para dominar una gran extensión de terreno y su teatro (para 2.000 personas sentadas) llama muchísimo la atención, tanto como el ganado que a veces lo ocupa. lleva años sufriendo el expolio y el abandono, una lástima si se tiene en cuenta que tenía murallas, mármoles, vías de acceso y un templo que se mantuvo en pie, según diversas referencias, hasta el pasado siglo XIX.
Acueducto de San Telmo, Málaga
El obispo Molina Lario encargó y sufragó su construcción para traer agua desde el Guadalmedina a Málaga entre el 1782 y el 1784 porque la ciudad había crecido y necesitaba agua. "El estado de conservación es lamentable, pues tiene puentes rotos, puentes cubiertos por la tierra, puentes deteriorados, cubiertos por la maleza; la acequia cubierta por la tierra, destrozada, deteriorada; alcubillas, las pocas que quedan, están también en un estado de lamentable deterioro. Tan solo se salva un puente, el llamado de Arroyo Quintana o de los Trece Ojos y el arca principal, que han sido restaurados. El resto está en un estado de tremendo abandono", dice su ficha.
Es una obra de ingeniería hidráulica de las más importantes del XVIII. El año pasado el ayuntamiento de Málaga dio un paso adelante en su plan de recuperación, pero podría tardar hasta 24 años.
Cripta de Nuestra Señora de la Victoria, Málaga
Otro punto conocido de la capital. Construida en una ampliación del templo en el siglo XVII, sufragada por los condes de Buenavista, barroco tétrico español poco conocido y nada habitual. Sus decorados con calaveras y huesos no se esperan en un lugar así. Los problemas con las filtraciones de humedad de un hospital que está encima ha obligado a retirar parte de la decoración. Hace poco la Junta evaluó posibles actuacionesla Junta y el hospital negó que las filtraciones fuesen por su culpa. En cualquier caso es un lugar que debiera ser visitable y explicado como algo casi único en su género.
Iglesia Capitular del Sagrario, Málaga
Cerrada desde enero de 2020 por una grieta que prácticamente ha dividido en dos el edificio. Una de las iglesias más antiguas de la capital, la bula que permite su construcción data de 1488, un año después de que los Reyes Católicos tomasen la ciudad después de un duro asedio y con una gran represión sobre la ciudad. Fue una de las cuatro iglesias que construyeron los Reyes Católicos en la ciudad y ahora necesita una nueva cimentación.
Trapiche del Prado, Marbella
Está vallado, tiene peligros de derrumbe y hasta no hace muchos años era una cuadra equina. El pasado agosto, el ayuntamiento marbellí anunciaba que estaba trabajando en una inversión de cuatro millones de euros para restaurarlo, pero sigue en mal estado. Su historia es amplia: es una planta azucarera que se construyó en 1644. como tantos otros pueblos de la provincia malagueña, la industria azucarera fue especialmente fuerte en Marbella y este trapiche fue explotado por flamencos hasta que 44 años después de su construcción fue la Inquisición quien lo incautó y lo explotó hasta que a finales del siglo XIX otro flamenco (Enrique Grivegnée) se lo compró a la propia Inquisición para rehabilitarlo casi por completo entre 1800 y 1808. Su idea era resurgirlo después de encontrarlo ya en condiciones de semi derrumbe. Pero entonces el azúcar en la península ibérica ya no era rentable a pesar de que algunos núcleos de la costa intentaron resurgirlo. América llevaba casi un siglo produciendo más azúcar a mejores condiciones. "Aún existe, aunque inservible, un gran ingenio de azucares, sirviendo sus tierras en el día para sementeras de todos granos", dijo de él Pascual Madoz mediado el XIX.
Castillo y torres defensivas de Benahavís
Cuenta como un sólo bien, pero podrían ser cinco. Al castillo de Montemayor de Benahavís se unen cuatro torres defensivas (La Romera, Benamarín, Tramores y Estéril) alejadas del castillo. Se trata de las construcciones para proteger la región de las incursiones desde el norte de la provincia y tienen más de mil años ya que las primeras referencias escritas de este sistema defensivo son del geógrafo musulmán Moqadisi. Son construcciones de la época andalusí, el castillo se abandonó en el siglo XVI, pero las torres siguieron operativas al menos un par de siglos más. Su informe alerta de que "las torres y el castillo pueden desaparecer en breve". "El estado del conjunto es mediocre, presentando un estado de abandono máximo. El Castillo de Montemayor se encuentra en un estado de conservación bueno aunque su mantenimiento es nulo y se encuentra abandonado. Las torres están desapareciendo a un ritmo vertiginoso, invadidas por la vegetación y el matorral además de la urbanización descontrolada del territorio", reza el apartado de estado de conservación en el .
Lacipo, Casares.
Para cuando Plinio el Viejo y Pomponio Mela (ambos del siglo I) relataron la existencia de la rica Lacipo y su adscripción administrativa a la provincia de Cádiz, la ciudad ya llevaba varios siglos funcionando y creciendo. De hecho es la segunda ciudad fenicia mejor conservada en España. Tuvo ceca de moneda durante su época romana y también con anterioridad. Hoy en día se puede ver el perímetro, cisternas de agua, parte de un acueducto y las murallas. También torreones, puestos de vigilancia, alcantarillado y detalles de los edificios. En su entrada en la Lista Roja se advierte de que hay "una degradación acelerada en la última década debido al impacto de la ganadería -antes bovina, ahora ovina- y a la proliferación de jabalíes que revuelven las piedras". Se excavó entre 1975 y 1977, los restos rescatados están en el Museo Arqueológico Provincial de Málaga, pero esa intervención dejó al descubierto partes de edificaciones que se están deteriorando con rapidez por la falta de mantenimiento.
Castillo de La Villeta, Monda
Otro vestigio del pasado andalusí malagueño. Levantado entre los siglos IX y X en él escribió parte de su gran historia Omar ben Hafsún, el rebelde de Parauta que puso le sisó a Abderramán III más de la mitad de Andalucía, incluidas Écija, Martos, Morón o Fiñana y Salobreña. Un sueño de más de 30 años que terminó en la conquista de Bobastro y la marcha de los Hafsún. Pues en el castillo de La Villeta se retiró en varias ocasiones Omar ben Hafsún. Y en los siglos siguientes la construcción siguió creciendo y sufriendo remodelaciones en función de la vida, normalmente con guerras constantes, de la zona. Casi 600 años después, en 1570 aún tendría que sufrir la edificación los envites de los moriscos frente a los cristianos.
Desde entonces hasta el pasado siglo, el castillo ha sido parte del paisaje. Mediado el siglo XX, un alemán compró los terrenos con la ilusión de crear un hotel y rehabilitarlo, pero no lo consiguió. El hotel llegó en 1991 y afectó a las dos torres (una de construcción nazarí y otra almohade) del recinto superior. En el parking del hotel, en 2018 cayó parte de esa torre nazarí.
"El estado de los restos emergentes es muy delicado, salvo aquellos que están integrados en la obra del hotel, que presentan mayor solidez y estabilidad. Es de destacar la delicada situación de la torre oeste del albacar, los muros de la cara sur del albacar y la celoquía así como la muralla que envuelve la alquería, que se encuentran en un estado de conservación crítico con amenaza de desplome a corto plazo", reza su informe en la Lista Roja de Patrimonio.
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