Tres motivos gastronómicos para visitar estos pueblos de Málaga

Álora, Casares y Júzcar, tres pueblos encantadores por sus calles y restaurantes

Una visita y probar su gastronomía, un regalo indispensable en cualquier momento

La laguna artificial de Casares, La Hedionda y otros lugares originales en los que refrescarse al Oeste de Málaga

Júzcar, Málaga, conocido comúnmente como 'pueblo de los pitufos'
Júzcar, Málaga, conocido comúnmente como 'pueblo de los pitufos'

Málaga está repleto de pueblos encantadores, con calles empedradas y casas blancas donde el legado de los que forjaron lo que somos hoy aún perdura. También su gastronomía, o al menos la que hoy nos identifica. Nos vamos de viaje y ponemos rumbo a tres pueblos como Álora, Casares y Júzcar, tres pueblos peculiares y muy diferentes con un denominador común: el buen comer.

Álora

Con unos 13.000 habitantes, Álora se puede considerar como uno de esos pueblos más grandes entre los municipios malagueños y tiene sin dudas razones suficientes para justificar una visita. Se aprecia especialmente subiendo hasta su castillo y contemplando el paisaje desde el mirador Alí Ben Falcun Al Baezi, que ofrece magníficas vistas al río Guadalhorce y su productiva vega. En el antiguo recinto fortificado árabe, que data del siglo X, se erigió, sobre la antigua mezquita principal, la iglesia de Santa María de la Encarnación, que comparte espacio con la torre del homenaje y la torre de la vela del castillo. Ambas ofrecen una hermosa vista panorámica del centro urbano de Álora.

Más adelante, cerca de la plaza inferior, está el museo comunal, que exhibe la influencia de las diversas culturas que han dejado su marca en este rincón malagueño. El restaurante Los Caballos (Barriada Los Caballos, 1) está algo apartado de lo más céntrico de Álora, pero es todo un clásico para cualquier festividad local. Otro clásico, sí en el centro, es Casa Abilio (en Callejón Padilla, 1).

Casares

Explorar Casares es experimentar la sensación de sumergirse en un lugar encantado. Este pueblo parece suspenderse en el aire mientras sus viviendas se extienden por la ladera, a un paso de las costas de la Costa del Sol. Su antiguo castillo, hoy en ruinas, la iglesia de la Encarnación y la fuente de Carlos III adornan su característica arquitectura andaluza. En una de estas casas blancas nació Blas Infante, conocido como el padre de la patria andaluza y un apasionado estudioso del flamenco, entre otras facetas que se pueden descubrir en su Casa Natal.

Además, Casares cuenta con una playa, resguardada por la Torre de la Sal. Y a poca distancia se encuentran Los Baños de la Hedionda, cuyas aguas sulfurosas tienen propiedades curativas. Para recargar energías, la zona ofrece una variedad de restaurantes, así como un ejemplo hotelero como Finca Cortesía, con restaurantes como como El Jardín de Lutz. El Chiringuito La Sal, a pie de playa, o Sarmiento, en pleno casco histórico, son buenas opciones culinarias.

Júzcar

En el verano de 2011, la multinacional Sony transformó el aspecto de este pequeño pueblo escondido entre bosques de castaños. Para conmemorar el estreno de la película de Los Pitufos, la empresa llegó a un acuerdo con los habitantes para pintar todas las casas de azul. Esta iniciativa atrajo a tantos turistas que la comunidad decidió mantener el color de las viviendas. Aunque ya no pueden utilizar oficialmente la marca de Los Pitufos, aún conservan algunas de estas imágenes en diferentes lugares del pueblo, que continúa atrayendo a numerosos visitantes.

Muchos de ellos, además de pasear por las pocas calles del pueblo, disfrutan de caminatas entre los densos bosques de castaños que rodean la zona, conocidos desde hace algún tiempo como El Bosque de Cobre por los tonos rojizos, amarillentos y marrones que adoptan las hojas de los árboles cada otoño. Existe otra ruta circular que pasa junto al antiguo poblado morisco de Moclón, actualmente en ruinas. Una parada popular para los turistas se encuentra en un establecimiento situado en la entrada sur de Júzcar. Este es el hotel Bandolero, en avenida Havaral, 43, y su restaurante, La bodega del Bandolero, ambos dirigidos por el chef Iván Sastre, conocido por el uso creativo que le da a las castañas, siempre presentes en platos tanto dulces como salados.

stats