Vistas del puente colgante de El Saltillo en Canillas de Aceituno, Málaga.
Vistas del puente colgante de El Saltillo en Canillas de Aceituno, Málaga. / Jorge Zapata/ Efe

Málaga es una tierra vasta e inagotable en cuanto a su belleza natural. La provincia alberga escondites por descubrir, donde su riqueza natural brilla con fuerza, y donde el tiempo parece detenerse, invitándonos a quedarnos y disfrutar. Esto es especialmente cierto en septiembre, cuando el clima empieza a cambiar, marcando el inicio del otoño mientras el verano se resiste. El sol comienza a ceder su lugar gradualmente, haciendo de este momento el momento perfecto para empacar lo esencial en nuestra mochila y aventurarnos a explorar Málaga. Durante nuestra travesía, nos encontraremos con una impresionante cascada, exploraremos dos cuevas y cruzaremos uno de los puentes más asombrosos de toda la provincia.

Cueva de Ardales

La Cueva de Ardales es una elección excepcional para aquellos que aprecian estos lugares extraordinarios. En su interior, se descubren pinturas prehistóricas que han sido fundamentales en el estudio de los neandertales. Estas representaciones artísticas revelan que estos antiguos seres tenían visión de futuro y no estaban limitados en su capacidad intelectual, desafiando las percepciones previas sobre ellos. La cueva ofrece la oportunidad perfecta para sumergirse en la historia mientras se disfrutan de impresionantes vistas.

Puente colgante de El Saltillo

El puente colgante de El Saltillo se ubica en Canillas de Aceituno, un encantador pueblo que cuenta con diversos atractivos naturales, tales como la cueva de La Fájara y el nacimiento del río Bermuza, los cuales son igualmente fascinantes y merecen una visita. Este impresionante puente se encuentra a menos de tres kilómetros de distancia del pueblo, y es posible llegar a él mediante un agradable paseo. Con una longitud de 50 metros y una altura de 70 metros, el puente ofrece una perspectiva completamente diferente del entorno de las Sierras de Tejeda y La Almijara. En la zona, abundan las opciones para completar una jornada placentera de relax, siempre manteniendo la naturaleza como el elemento central de la experiencia.

Cascada de Jorox

En Málaga, existen numerosas cascadas y saltos de agua para explorar, pero la de Jorox es verdaderamente única y se presenta como una visita altamente recomendable en este mes de septiembre en alguno de esos días aún pegajosos. Esta encantadora aldea forma parte de Alozaina y posee una historia peculiar que aún se puede apreciar en sus calles, donde el agua fluye a través de antiguas acequias y se escucha incluso en los momentos más cálidos del verano. Gracias a su ubicación en las inmediaciones de sierras de roca caliza y manantiales naturales, las antiguas canalizaciones musulmanas continúan funcionando en esta región.

En las proximidades del pueblo, se encuentra una cascada de aguas cristalinas, de una belleza impresionante y muy refrescante. Aunque de tamaño modesto, ofrece un merecido descanso tras completar la corta pero desafiante ruta que conduce hasta ella. Es aconsejable no ingresar al pueblo en vehículo, sino dejarlo en las afueras para minimizar las molestias. No olvides visitar la venta local y explorar los alrededores de la Sierra de las Nieves, que ofrece numerosas oportunidades para enriquecer tu visita, incluyendo la emocionante actividad de barranquismo, que es uno de los grandes atractivos de la zona.

Cueva del Hundidero

La entrada a la Cueva del Hundidero impresiona con sus casi 50 metros de altura, lo que hace que los seres humanos parezcan diminutos en su inmensidad. No obstante, esta asombrosa cueva posee muchas otras características destacables. El río subterráneo ha esculpido paisajes de un valor incalculable que podemos descubrir bajo tierra. A pesar de que la gran estalagmita es un motivo de muchas fotografías, toda la cavidad merece ser explorada y admirada.

Aunque no sea tan famosa como la Cueva de Nerja o la Cueva del Tesoro, no tiene nada que envidiarles en términos de espectacularidad. Además, en las cercanías de la cueva, se encuentra un proyecto fallido de presa llamado Hundidero o Los Caballeros, que ofrece vistas únicas y hermosas de este paisaje. La Cueva del Hundidero está situada en Montejaque, un encantador pueblo rodeado de naturaleza y que cuenta con varias vías ferratas, además de un rico patrimonio natural que no debes dejar de disfrutar.

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