Cinco palacios en Málaga para gobernar un día libre
Las mejores moradas repartidas por lugares especiales en los que poder disfrutar del patrimonio pero también completar la jornada con múltiples posibilidades
Antequera, Ronda, Vélez Málaga, Villanueva del Cauche y la capital tienen edificios repletos de tranquilidad, belleza e historia
Cuatro alcazabas en Málaga para poner en orden tu reino
Es curioso, pero la palabra palacio ha evolucionado a lo largo del siglo XX de una manera peculiar. La primera acepción de la Real Academia Española de la Lengua (RAE)Real Academia Española de la Lengua (RAE) es clara: "Casa destinada a la residencia de los reyes". Así hay repartidos palacios por toda la geografía nacional en la que los reyes de cada época pasaban su vida en función de las necesidades geográficas de su cargo, de la estación del año, de las necesidades de descanso u otros menesteres. Pero las acepciones van ampliando la gama de edificios denominados palacios: "Casa suntuosa, destinada a habitación de grandes personajes, o para las juntas de corporaciones elevadas", "Casa solariega de una familia noble" o "En el antiguo reino de Toledo y en Andalucía, sala principal en una casa particular". Así, con la gran dosis de historia documentada durante siglos, de familias adineradas con residencias en los lugares que poseían en diferentes ciudades y el amor que cada uno le profesa a su hogar, hay edificios denominados palacios por toda la geografía de Málaga y su provincia.
Además, hoy en día cualquier negocio con gran variedad de género en su especialidad o amplias instalaciones es susceptible de ser llamado palacio. Los antiguos palacios se mantienen como monumentos históricos, museos, hospederías, hoteles, edificios de gobierno o residencias privadas. Los hay de distintas épocas, amplitudes y en localizaciones inesperadas. Las principales alcazabas de la provincia tenían su propio palacio en el que defender al mandamás de cada región y sus tropas, eran sitios desde los que se gobernaba más o menos terreno en función de la importancia de quienes los ocuparan. Por eso, esa cantidad ingente de construcciones denominadas palacios conforman un mapa imposible de abarcar por mucho tiempo que se le dedique. Los palacios más conocidos de Málaga y su provincia y también los que pasan desapercibidos pueden tener una curiosa función propia del siglo XXI: gobernar un día libre. Es decir servir como punto de arranque para una buena jornada de asueto en el que visitarlos y poder tener opciones de hacer lo que más nos guste en torno a sus dominios. Por eso, esta selección peculiar con palacios de todo tipo que invitan a diferentes clases de ocio.
Palacio de Beniel, Vélez Málaga
En su puerta, sentado, está Miguel de Cervantes leyendo un libro. El bronce del escritor recuerda su etapa en de recaudador de impuestos en Andalucía, pasó por Vélez Málaga, anduvo alojado en la localidad pero no conoció este edificio. Por poco, porque el Palacio de los Marqueses de Beniel se empezó a construir en 1610, (El Quijote se publicó en 1605 y Cervantes fallece en 1616). Para entonces, el escritor ya no vivía en Andalucía. En su trabajo de recaudador por el antiguo Reino de Granada se estima que estuvo en Vélez Málaga en torno a 1594. En cualquier caso, Cervantes vivía en Madrid cuando se acabó de construir el palacio (1612). Hoy en día se conserva bastante bien, está operativo como sede de la Fundación María Zambrano y otras dependencias municipales, se puede ver su precioso patio, su techo artesonado y lo tranquilo y alegre del edificio. Además, está en un lugar de Vélez en el que se pueden visitar otros elementos históricos como la propia casa Cervantes, la Fortaleza de Vélez Málaga, la ermita de la Virgen de los Remedios, no está lejos de zonas con negocios de restauración y todo a un suspiro del mar. Vélez tiene mucho patrimonio que disfrutar y el palacio de Beniel puede ser un gran punto de partida para visitarlo.
Palacio de Nájera, Antequera
En el corazón de Antequera, su fachada domina la plaza del Coso Viejo. Se trata de una construcción de principios del siglo XVIII, que aprovechó una fachada y las ruinas de una construcción anterior para erigir este palacio. A su alrededor hay conventos, iglesias, estatuas y gran rosario de patrimonio histórico de Antequera, además hay bares, restaurantes y negocios en los que aprovechar el mediodía, la tarde y la noche. Y por supuesto, el interior del palacio. Y es que es el Museo de la Ciudad de Antequera, un emplazamiento cultural con grandes obras de arte y patrimonio de todas las épocas. Entre ellos se puede ver uno de los efebos de bronce romano más bellos del mundo, así como una buena colección de piezas romanas y medievales.
Palacio de Mondragón, Ronda
Este sí es un palacio de los de la primera acepción de la RAE ya que se sitúa en él la vivienda de Abd al Malik, que fue el rey de la región. Era el hijo del rey de Marruecos que ayudaba militarmente a los nazaríes del Reino de Granada contra los cristianos y también dominaba algunas plazas grandes del sur de la península como Ronda. Abd al Malik vivió en este palacio en el siglo XIV, que dejaron en la construcción un pasadizo subterráneo entre el jardín y el alcázar de la ciudad. No fue el único rey en dormir en el palacio. Los Reyes Católicos también se alojaron en él después de conquistar la plaza en 1485. Desde entonces ha seguido vivo, tiene varias reformas como la fachada, que es del siglo XVI como las torres, o la ampliación de los patios durante los siglos del barroco. En la actualidad es el Museo de Ronda. En él se pueden ver buenas colecciones de piezas romanas, enterramientos musulmanes o restos arqueológicos prehistóricos. Está en el centro de la ciudad vieja de Ronda y eso quiere decir que no sólo está rodeado de innumerables edificios que son patrimonio histórico, también hay opciones de ocio, grandes paisajes y buenos paseos que dar en función de si se quiere una excursión más o menos urbanita.
Palacio de los Marqueses de Cauche, Cauche
Este edificio puede ser menos señorial que el resto de esa selección, pero su valía como contrapunto está más que justificada. Si los otros son lugares que hoy en día están encuadrados en ciudades de tamaño grande o medio, éste está en uno de los lugares con menos vecinos de la provincia, en un bonito entorno natural y con una particular historia. Es ideal para quienes quieran gobernar su día libre por terrenos de campo, ya que además de la historia que ofrece la localidad está cerca o dentro de senderos e itinerarios que seguir a pie o en bicicleta. Se trata de una construcción que ya se cita en el siglo X, de hecho, cuando Carlos II crea el Marquesado de Cauche (siglo XVII), el pueblo se llama Castillo del Cauche o Villanueva del Castillo del Cauche, que fue conquistado en 1410, pasó a ser jurisdicción antequerana poco después y se mantuvo activo hasta finales de ese mismo siglo cuando, dominado todo el sur de la península por los cristianos, los Reyes Católicos abandonaron la fortaleza que no hacía falta mantener en un territorio controlado.
A comienzos del siglo XVI, Antequera pide repoblar las aldeas cercanas al castillo y poco a poco ganan gente. El lugar ha sido habitado durante siglos y es que en sus proximidades está la villa romana de Arastipi, está en una posición buena para dominar el territorio y formaba parte de la ruta musulmana que unía Antequera y Málaga. El caso es que el palacio original se quemó en 1849 y se perdió gran parte de él. En su lugar hay una especie de cortijo palacio, con una torre en la que se pueden ver en su base losas con grabados romanos y de oras épocas y ahí se instalaba el marquesado del Cauche, propietario de las inmediaciones. Los vecinos acostumbraban a pagar por las viviendas propiedad del marquesado, lo curioso es que este sistema feudal se ha mantenido hasta 2015, año en el que las 72 viviendas de la población se parcelaron y sus vecinos pudieron regularizarse como en cualquier otra localidad española. Recomendable lugar si se quiere disfrutar de la tranquilidad del pueblo o de su entorno.
Palacios nazarí y taifal de la alcazaba de Málaga capital
Sí, el Castillo de Gibralfaro y la Alcazaba de Málaga son construcciones defensivas que albergan al menos un par de palacios que se conserven hoy en día. En la alcazaba hay un palacio califal y otro nazarí en el que también habitó Fernando el Católico cuando conquisto la ciudad. El Castillo de Gibralfaro está encuadrado en la Alcazaba de Málaga y fue ordenado construir por Abderramán III sobre las ruinas de una fortaleza y un faro fenicios. En él vivieron califas cordobeses y reyes de taifas posteriores. En realidad en torno a todo el monte Gibralfaro había una sucesión de murallas y círculos de protección que han perdido en el tiempo sus escalones más bajos. Yusuf I, en el siglo XIV amplió las dependencias defensivas construyendo el Castillo de Gibralfaro. En el conjunto defensivo mulsumán de Málaga también hay dependencias como la denominada Casa del Alcalde en la que pernoctó Felipe IV en 1625 y que a finales de aquel mismo siglo seguía siendo una zona de morada operativa para los más exigentes. (donde también pernoctó a principios del XVII. En cualquier caso, es un buen lugar para gobernar un día libre porque por sus jardines y construcciones se puede desconectar, ver un precioso paisaje desde un punto que domina la ciudad y la bahía de Málaga, así que es fácil inspirarse y decidir qué se quiere hacer después de visitar esta morada de reyes, cortesanos y legisladores.
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