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Situado en la parte occidental de la provincia de Málaga y a menos de 10 kilómetros de Marbella, Ojén se destaca como un municipio singular en la región. Su localización estratégica le otorga algunos de los miradores más espectaculares de la provincia, desde los cuales se pueden admirar las montañas, el mar Mediterráneo y la majestuosa Sierra de las Nieves. Esta localidad ofrece una rica variedad de actividades al aire libre, una gastronomía deliciosa y un atractivo manantial natural cercano: el Charco de las Viñas, una de las piscinas naturales de Málaga más bonitas.
Junto al cementerio del pueblo se encuentra una piscina natural que invita a disfrutar de refrescantes baños durante todo el año. El agua, un elemento esencial en la zona, permite disfrutar de un agradable rato en grupo. Aunque la poza es popular debido a su proximidad al centro urbano y su fácil acceso en coche, es posible encontrar momentos más tranquilos para disfrutarla en calma. Su ubicación la convierte en una parada obligada al explorar Ojén, un destino imprescindible en la Sierra de las Nieves.
El entorno natural que rodea la localidad, con su diversa fauna y paisajes impresionantes, añade un encanto único a la experiencia, especialmente desde el lado sur del Parque Nacional. Zonas de senderismo como El Cerezal y sus impresionantes miradores son parte del atractivo de Ojén. Su posición privilegiada en la montaña permite disfrutar de diferentes perspectivas del entorno, como la disposición del pueblo y sus blancas casas que se pueden admirar desde el Mirador del Castillo, uno de los puntos más impactantes, aunque no el único. Entre los más conocidos está también el Mirador de Ojén, y la mayoría de los accesos al pueblo ofrecen bellas vistas del paisaje circundante.
En el corazón de la plaza principal se alza la emblemática Fuente de Los Chorros, testimonio de la importancia del agua en la localidad. Otro de los tesoros del núcleo urbano son las cuevas situadas en pleno casco antiguo, que brindan la oportunidad de capturar impresionantes imágenes del lugar.
La gastronomía es otro de los grandes atractivos de Ojén. Los visitantes pueden deleitarse en sus numerosos bares y restaurantes con productos locales de excelente calidad. Además, el Molino de Aceite, con más de dos siglos de historia, ha sido cuidadosamente restaurado y convertido en un museo que es una parada imprescindible. De igual importancia es el Museo del Aguardiente, que resalta la singular conexión de Ojén con las bebidas destiladas, que alcanzaron fama en los siglos XIX y XX. Estas bebidas incluso inspiraron a renombrados artistas como Picasso o Cela, y el museo es un homenaje a esta rica tradición cultural.
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