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La Semana Santa de Málaga no solo se vive en la calle, con procesiones multitudinarias y una atmósfera vibrante, sino también en la mesa, con una gastronomía arraigada en la tradición y marcada por el ingenio culinario. Durante estas fechas, la cocina malagueña se llena de sabores que combinan lo mejor de la herencia andaluza y mediterránea. Desde platos de vigilia hasta dulces emblemáticos, repasamos algunas de las recetas más representativas de la Semana Santa malagueña.
La vigilia de Cuaresma ha dado lugar a una serie de platos en los que el bacalao ocupa un papel central. Este pescado, preparado de múltiples formas, ha sido durante siglos la alternativa perfecta a la carne en los días de abstinencia.
En Vélez-Málaga, el ajobacalao es una receta muy popular durante estas fechas. También conocido como ajoporro o ajocolorao, este plato se elabora con bacalao desalado, ajo, aceite de oliva virgen extra y pimentón. La mezcla da como resultado una crema untuosa de sabor intenso, ideal para acompañar con pan.
El ajoblanco, una sopa fría elaborada con almendras, pan, ajo, aceite y sal, se consume en Málaga a lo largo de todo el año. Sin embargo, en Semana Santa es habitual encontrar una versión especial que incorpora bacalao, aportándole un toque salino que realza su sabor.
Pequeñas y crujientes, las tortillitas de bacalao son otra de las recetas imprescindibles de estas fechas. Elaboradas con bacalao desalado y una masa ligera, se fríen hasta adquirir un tono dorado y una textura esponjosa por dentro y crujiente por fuera.
El potaje de vigilia es uno de los platos más representativos del Viernes Santo. A base de garbanzos, espinacas o acelgas y bacalao, esta receta combina sencillez y sabor. En algunas localidades malagueñas, se le añaden otros ingredientes como hinojo, tagarninas o habichuelas blancas, aportando matices diferentes según la zona.
La repostería ocupa un lugar destacado en la SemanaSanta malagueña, con dulces que han pasado de generación en generación.
Las torrijas son el postre estrella de estas fechas. Elaboradas con pan empapado en leche o vino, rebozadas en huevo y fritas en aceite caliente, pueden endulzarse con miel, azúcar o canela. Su textura jugosa y su sabor reconfortante las convierten en un imprescindible de la gastronomía cuaresmal.
Los borrachuelos son otro de los dulces más emblemáticos de Málaga en Semana Santa. Se trata de pequeñas empanadillas fritas, rellenas de cabello de ángel o batata, que se aromatizan con aguardiente o vino blanco. Una vez fritos, se rebozan en azúcar o miel, creando un contraste de texturas irresistible.
Aunque no es exclusivo de la Semana Santa, el arroz con leche es un postre que suele estar presente en estas fechas. Con su cremosidad característica, su toque de canela y la fragancia de la ralladura de limón, es un clásico que evoca recuerdos familiares y tradición.
Si hay un producto gastronómico exclusivo de Málaga durante la SemanaSanta, ese es el limóncascarúo. Se trata de un limón con una cáscara gruesa y rugosa, que se consume aderezado con sal o bicarbonato. No es un postre ni un dulce, sino un tentempié refrescante que se asocia especialmente con la tradicional subida al Monte Calvario, cada Viernes Santo. En plena mañana y bajo el sol, este peculiar cítrico aporta hidratación y energía a quienes recorren las catorce estaciones del Vía Crucis.
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