El pueblo de Málaga con un pie en el parque natural de Los Alcornocales y otro en el de Grazalema
Cortes de la Frontera es una de las joyas entre la naturaleza de la provincia y reparte su término municipal entre dos de los parques naturales más bonitos de Andalucía
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El Noreste de la provincia de Málaga tiene parte de las 14 joyas del medio ambiente de la provincia, dos de ellas son los parques naturales de Grazalema y Los Alcornocales. Ambos tienen la mayoría de su extensión en la provincia de Cádiz y comparten algunas características como puede ser una pluviometría algo superior al resto de la zona, flora y fauna que es similar en muchos puntos y la conservación de dos puntos de Andalucía que son de lo más alto en cuanto a valor ecológico. Cortes de la Frontera es un municipio malagueño con poco más de tres mil habitantes que reparte su término municipal entre los dos parques naturales: casi un cuarto del territorio pertenece al de Grazalema y casi un 70% del mismo a Los Alcornocales. Además, también se puede contar en sus inmediaciones con uno de los monumentos naturales de la provincia menos conocido: el cañón de las buitreras. Y es no es todo.
Su geografía garantiza al visitante entornos naturales y rutas senderistas por parte de los lugares más bonitos de la provincia, pero hay más. Como otros municipios de la zona, el corcho forma parte de la vida del pueblo que tiene también núcleos de artesanía cerámica y alfarera que merece la pena visitar junto con puntos de alto interés gastronómico: jamón, queso y pan de la mejor calidad son algunas de las viandas de las que aprovisionarse. En lo referente a patrimonio histórico posee algunos puntos tan llamativos y únicos como La casa de piedra. Es un edificio paleocristiano, datado entre los siglos VI y VII, excavado en la roca con bastantes adornos de esa época y que se utilizó como lagar entre los siglos XVIII y XIX. No hay muchos edificios paleocristianos en el Sur de la península ibérica que mantengan adornos de la época y en los que se pueda ver su pequeña planta. Merece la pena visitarlo, aunque no está en el casco urbano del pueblo, como tampoco la torre vigía del siglo XIII que se encargaba de la vigilancia de los caminos que unen a Cortes con el pueblo de Gaucín, dónde falleció Guzmán el BuenoGaucín y donde también hay grandes muestras de patrimonio histórico.
Pero el núcleo urbano que también ofrece detalles arquitectónicos y patrimoniales especiales más allá de su propio trazado en torno al río Guadiaro y atravesado por las vías del tren que dejan una bonita estación. La plaza y el edificio del ayuntamiento se construyeron en el siglo XVIII por orden del rey Carlos III, es de piedra, de trazos neoclásicos y supone un buen punto de partida para pasear por las calles de la localidad. De finales del XIX es su particular plaza de toros, que sigue activa y con capacidad para un millar de personas, además, en la calle Real, la fuente de los cuatro chorros es otro lugar típico que se puede visitar.
Arrullo del Guadiaro y grandes dosis de naturaleza
El río Guadiaro es el mayor curso de agua en esta parte de Andalucía y tanto Cortes de la Frontera como Cañada del Real Tesoro (el otro núcleo de población de Cortes donde está la parada del tren) se nutren de él para refrescarse en el verano y aprovechar la humedad de los terrenos que le rodean. Las dosis de naturaleza están garantizadas con los parques de Grazalema y Los Alcornocales alrededor, pero también se puede visitar lo que queda del poblado romano (Cortes el Viejo) que está en las proximidades de la localidad. Obligada visita tiene el espectacular cañón de las Buitreras, la preciosa cueva de La Pileta que alberga restos preciosos de la actividad humana en la prehistoria y está a poco más de 12 kilómetros de Cortes, o el bonito sendero de El Pimpollar que garantiza un paseo entre naturaleza y fauna mediterránea.
Todo esto es sólo parte del recorrido turístico que ofrece el pueblo y que puede ser ideal para algo más de una jornada, ya que si se toma punto de estancia de algunas noches en las vacaciones tiene cerca localidades como Ubrique, Grazalema o Ronda en la parte norte y otros lugares como Alcalá de los Gazules, que está menos de 60 kilómetros, pero más de una hora ya que hay que cruzar el precioso parque de Los Alcornocales. En cualquier caso, en función de los gustos, planes y la época del año en que se vaya a visitar se pueden trazar planes y rutas apetecibles. La parte buena es que la época estival no es tan dura como en otros puntos de la geografía andaluza y es complicado no rodearse de naturaleza si se elige para una jornada o varias de visita. Todo un hallazgo en una de las zonas más bonitas de la provincia malagueña.
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