El pueblo de Málaga que es el paraíso del níspero

Sayalonga, en plena Axarquía, es uno de esos pueblos con mucha historia y un clima y entorno privilegiado

Los encantos de estos tres pueblos blancos de la Axarquía de Málaga

Vista aérea de Sayalonga.
Vista aérea de Sayalonga. / sayalonga.es

Sayalonga es un encantador pueblo situado en la comarca de la Axarquía, es conocido como el paraíso del níspero en la provincia de Málaga. Este municipio, aunque pequeño, se distingue por su abundante producción de nísperos, un fruto exótico que ha encontrado en estas tierras mediterráneas un hogar perfecto. Además de su popularidad por este cultivo, Sayalonga alberga curiosidades arquitectónicas e históricas que lo convierten en un destino turístico de gran interés, ideal para aquellos que buscan descubrir la esencia de los pueblos andaluces y malagueños: vamos a adentrarnos en él.

El pueblo mantiene el encanto de sus raíces islámicas, lo que se refleja en el trazado urbano de calles estrechas y sinuosas, típico de las antiguas medinas árabes. Paseando por sus callejuelas blancas, aquellos que se dejen engatusar por Sayalonga pueden apreciar la Iglesia mudéjar de Santa Catalina, que data del siglo XVI y es un claro ejemplo de la influencia de la arquitectura islámica en la región. También es imperdible el Callejón Alcuza, un estrecho pasaje que sorprende por su reducido ancho de apenas 50 centímetros. Cabe destacar que sus calles, mayoritariamente, están muy bien cuidadas y con plantas que dan color al blanco de sus edificios y casas.

Pero si hay algo que distingue a Sayalonga, es su peculiar cementerio octogonal, único en la provincia de Málaga. Este cementerio, que se cree tiene vínculos con la masonería del siglo XIX, destaca por su forma inusual y se ha convertido en un símbolo del pueblo, despertando la curiosidad de los visitantes interesados en explorar la historia y los misterios que encierra.

La plaza de la Constitución de Sayalonga.
La plaza de la Constitución de Sayalonga. / sayalonga.es

La Fiesta Día del Níspero: un homenaje a la agricultura local

Sayalonga se ha labrado una reputación especial gracias a su clima mediterráneo, que favorece la producción de frutas tropicales como el níspero. Este fruto de sabor dulce y ligeramente ácido es uno de los principales cultivos de la localidad, compartiendo protagonismo con otros productos como los mangos, aguacates, chirimoyas y caquis, que poco a poco han desplazado a los tradicionales olivos y viñedos de la comarca. La ubicación geográfica del pueblo, con la montaña de La Rábita por un lado y el río Céjula por otro, crea un microclima perfecto para el cultivo de estas frutas, permitiendo que el níspero destaque por su calidad y sabor.

Cada primer domingo de mayo, Sayalonga triplica su población al celebrar el famoso Día del Níspero, una tradición que rinde homenaje a este fruto tan emblemático. La fiesta se ha consolidado como una de las citas más importantes del calendario local, atrayendo a visitantes de toda la provincia y más allá, es por eso una gran idea elegir mayo como fecha predilecto para visitarlo. Durante la fiesta, las plazas del pueblo, como la Plaza D. Rafael Alcoba y la Plaza de la Constitución, se llenan de vida con un sinfín de actividades que incluyen un pregón inaugural, actuaciones teatrales y musicales, exposiciones y puestos de artesanía local.

El Museo Morisco de Sayalonga.
El Museo Morisco de Sayalonga. / sayalonga.es

Un paseo por la historia de Sayalonga

La historia de Sayalonga está marcada por su origen durante el período de dominación musulmana, cuando surgió como una alquería que servía de punto de paso en las rutas que conectaban Málaga con Granada. Tras la caída de Vélez-Málaga en 1487, Sayalonga se rindió a los Reyes Católicos, buscando preservar ciertos derechos para la población morisca. Sin embargo, el malestar de esta comunidad culminó en la rebelión morisca de la segunda mitad del siglo XVI, en la que Sayalonga tuvo un papel destacado como epicentro de la resistencia. Finalmente, la sublevación fue sofocada, pero este capítulo histórico dejó una huella profunda en la identidad del pueblo.

Sayalonga no es uno de los pueblos más conocidos de la Axarquía, pero ofrece todos los elementos para disfrutar de una jornada inolvidable. Su entorno natural, con paisajes que combinan las montañas con la cercanía de la costa, brinda vistas panorámicas que invitan a detenerse y apreciar la serenidad del lugar. El núcleo poblacional principal se complementa con Corumbela, una pequeña aldea cercana, y diversas cortijadas dispersas por el término municipal, que han atraído a numerosos residentes extranjeros que han encontrado en Sayalonga un rincón tranquilo para establecerse.

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